HUGO GIOVANETTI VIOLA
EL
EVANGELIO SEGÚN EL TRAIDOR
(LA
MALDITA COMEDIA)
primera edición WEB
primera edición 2007: Caracol al Galope /
elMontevideano Laboratorio de Artes
VIGÉSIMA ENTREGA
20
Isabelino
Pena y Esteban el Valiente se despertaron taladrados por el llanto-chillido de
Sara. Y enseguida reconocemos el encarnizamiento de Elkder y de Elkbio, y el
asesor de Judas sopla la lamparita y jadea como si rezara.
-La
Hija del Hombre ofendió al Sanedrín y tiene que pagar -pateó la tapa de la sheol el espía picudo. -Aquí no se salva
nadie, burra.
Entonces
meto el brazo tullido en el saq y
trepo los escalones a lo mandril y me asomo mintiendo un vale cuatro con gusto
a querosén:
-Soy
ciudadano romano, espía personal de tetrarca y amigo del legionario Publio.
¿Están tratando de que los empalen antes que a Barrabás?
Los
policías disfrazados de fariseos retrocedieron mirándose heladamente y les
hicieron una seña a los levitas que los esperaban en la calle.
-La
mamzer estaba jugando a la
resurrección en la Puerta de la Fuente y tiene que ser lapidada ya -cabecea el
tira que atrae a los tábanos. -Ni Roma ni Israel quieren más revoluciones de
profetas que se cagan en el sedile y
ángeles que no llegan y discípulos que se esconden.
-¿Y
dos hombres tan valientes precisaban levitas para llevarse presa a una novia de cuatro años?
-¿Y
al lobo quien lo mata?
-Les
regalo un dato, esclavos. Busquen a Barrabás cerca de la Calavera y lo van a
encontrar. Lleven muchos mercenarios.
ALMÁ
10: Rufo de Cirene empezó a trabajar en Betania aunque siguió supervisándote
los mosaicos y te mandaba correos con logiones atribuidos al Rabuní y noticias
de los viajes por Judea y Transjordania y los últimos prodigios pero cuando
venía a Jerusalén no cruzaba el Cedrón y ni siquiera pasaba la noche en el
huerto y tu madre vivía encerrada y empezó a cantar sola su pedacito de himno
comparable a que parió Nuestra Señora después que soñó al ángel aunque cuando emergía
de la sheol parecía eructar posca: y un día Juan Marcos entró
corriendo a la cabaña-taller para contarte la resurrección de Lázaro y supiste
que Jesús iba a morir muy pronto para juntar las almas que quisiera ser suyas y que las hormigas y las flores no
podían tener miedo de estar en Dios a oscuras
y sabían mejor que nadie que todas
las historias de amor que se sufren con fe eran santas y felices porque el sol
también sale: y esa tarde llovió enjoyadamente y Juan Marcos bajó a
avisarle a Sara que te quedabas en el Getsemaní y dormiste abrazada de Nazareno
y envuelta en el perfume del manto de Magdala y al amanecer llegó Rufo y les contó
que Lázaro se acordaba de haber estado en una cueva curvada hacia una gran brasa
de plata y Juan Marcos pregunto si más allá del siglo se tenía el mismo cuerpo
y el cireneo explicó que era la misma carne aunque hecha como de estrellas y
que cuando Lázaro llegó a la paz de diamante apareció una mirada azulísima a avisarle
que todavía lo necesitaban en Betania para glorificar el reino de la roca:
entonces le preguntaron de quién eran los ojos y el resucitado explicó De un lobo que domesticó Marta y se llamaba
Nazareno en homenaje a Jesús.
Isabelino
Pena escuchó las últimas amenazas que ladraron Elkder y Elkbio en la escalinata
y sonrió oscuramente:
-Ahora
le dicen la Hija del Hombre.
-Ahora
van a matarla de verdad -se agarra los pechos Sara. -No tendría que haber
jugado a la resurrección.
-Eso
es tener ovarios. Preciso que me ayudes a disfrazarme de puta retirada.
La
muchacha largó una carcajadita y volvió con un manto púrpura que olía a nardo
muy caro:
-Esto
se lo regaló Jesús a Almá. Lo tejió la Magdalena.
-Pero
pintame. Y poneme brazaletes y collares y tetas. Aunque primero tengo que
afeitarme por si se me vuela el velo.
-Y
yo qué hago.
-Vos
salís a buscarla por el barrio. Que se gasten siguiéndote entre los palacios y
el Templo. Pero no pises afuera de las murallas.
-No
la vas a encontrar.
-Sí.
Y la voy a salvar, cosita.
Y
después de travestirme como una enana cotorruda le beso enloquecidamente las
manos termino rezando:
-No
te olvides de ver en esta sumisión y arrodillamiento que a tu contrahecha
hermosura hago la humildad con que mi alma te adora.
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