ANÓNIMO
INGLÉS DEL SIGLO XIV
LA
NUBE DEL NO-SABER
Franciscus hanc editionem fecit
VIGESIMOTERCERA ENTREGA
17 / Que un verdadero contemplativo
no ha de mezclarse en la vida activa ni preocuparse de lo que está a su
alrededor ni siquiera defenderse contra los que le critican
En
el Evangelio de san Lucas leemos que nuestro Señor entró a casa de Marta, y
mientras ella se puso inmediatamente a prepararle la comida, su hermana María
no hizo otra cosa que estar sentada a sus pies. Estaba tan embelesada
escuchándole que no prestaba atención a lo que hacía Marta. Ciertamente las
tareas de Marta eran santas e importantes. (Son, en efecto, las obras del
primer grado de la vida activa). Pero María no les daba importancia. Ni se daba cuenta tampoco del
aspecto humano de nuestro Señor, de la belleza de su cuerpo mortal, o de la
dulzura de su voz y conversación humanas, si bien esta podría haber sido una
obra más santa y mejor. (Representa el segundo grado de la vida activa y el
primero de la vida contemplativa). Pero se olvidó de todo esto y estaba
totalmente absorta en la altísima sabiduría de Dios oculta en la oscuridad de
su humanidad.
María
se volvió a Jesús con todo el amor de su corazón, inmóvil ante lo que veía u
oía hablar y hacer en torno a ella. Se sentó en perfecta calma, con el amor
gozoso y secreto de su corazón disparado, hacia esa nube del no-saber entre
ella y su Dios. Pues, como he dicho antes, nunca hubo ni habrá criatura tan
pura o tan profundamente inmersa en la amorosa contemplación de Dios que no se
acerque a Él en esta vida a través de esta suave y maravillosa nube del
no-saber. Y fue esta misma nube donde María dirigió el oculto anhelo de su
amante corazón. ¿Por qué? Porque es la parte mejor y más santa de la vida
contemplativa que es posible al hombre y no la hubiera cambiado por nada de
esta tierra. Aun cuando Marta se quejara a Jesús, regañándole por no ordenarle
que se levantase y la ayudase en la tarea, María permanecía allí muy quieta e
imperturbable, sin mostrar el más mínimo resentimiento contra Marta por su
regaño. Pero esto en realidad no ha de sorprendernos, pues estaba totalmente
absorta en otra actividad totalmente desconocida para María, y no tenía tiempo
de comunicárselo a su hermana o de defenderse. ¿No ves, amigo mío, que todo
este incidente relativo a Jesús y a las dos hermanas eran una lección para las
personas activas y contemplativas de la Iglesia de todos los tiempos? María
representa la vida contemplativa, y todos los contemplativos deben modelar sus
vidas en la suya. Marta representa la vida activa, y todas las personas activas
deberían tomarla como su guía.
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