ANÓNIMO
INGLÉS DEL SIGLO XIV
LA
NUBE DEL NO-SABER
Franciscus hanc editionem fecit
VIGESIMOQUINTA ENTREGA
20 / Que de un modo espiritual Dios
todopoderoso defenderá a todos los que se por su amor no abandonasen su
contemplación para defenderse a sí mismos
Pienso
que los que se esfuerzan por ser contemplativos no sólo deberían perdonar a
todos los que se que se quejan de ellos, sino que han de estar tan preocupados
en su propio trabajo que ni siquiera se den cuenta de lo que se dice o se hace
a su alrededor. Es lo que hizo María Magdalena, y por eso es nuestro modelo. Si
seguimos su ejemplo, Jesús hará ciertamente por nosotros lo que hizo por ella.
¿Y
qué fue lo que hizo? Recordarás que Marta urgía a Jesús a que reprendiese a
María; a que le dijera que se levantara y la ayudara en la faena. Pero nuestro
Señor Jesucristo, que discernía los pensamientos secretos de todos los
corazones, comprendió perfectamente que María estaba inmersa en una
contemplación amorosa de su divinidad, y por eso se puso de su parte. Con una
cortés delicadeza propia de su bondad, contestó por ella ya que su amor por Él
no le permitía dejarle el tiempo suficiente para contestarle por sí misma. ¿Y
qué le dijo? Marta había apelado a Él como a juez, pero Él le contestó más que
como juez. Habló como defensor legal de María puesto que esta le amaba tanto.
“Marta, Marta” le dijo. La llamo dos veces por su nombre para cerciorarse de
que le escuchaba y se detuvo lo suficiente para que prestara atención a lo que
le iba a decir. “Te ocupas y te turbas por muchas cosas”. Esto indica que las
personas activas están siempre ocupadas e interesadas por un sinfín de asuntos
relativos primeramente a sí mismos y después a sus hermanos cristianos según lo
exige el amor. Quería que Marta se diera cuenta de que su obra era importante y
valiosa para su desarrollo espiritual. Añadió, sin embargo, para que no
concluyera que era la mejor obra posible: “Una sola cosa es necesaria”. ¿Y qué
crees que es esta sola cosa? Se refería, sin duda, a la obra del amor y de la
alabanza de Dios por sí mismo. No hay obra mayor. Quería, finalmente, que Marta
comprendiera que no es posible dedicarse enteramente a esta obra y a la acción
al mismo tiempo. Las preocupaciones de cada día y la vida contemplativa no
pueden combinarse adecuadamente aunque puedan unirse de una forma incompleta.
Para aclarar esto, añadió: “María ha elegido la mejor parte, que no le será
quitada”. Pues la obra del perfecto amor que comienza aquí en la tierra es la
misma que el amor que es vida eterna; son una sola cosa.
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