MARK STRAND
LA OBLIGACIÓN DE
CONTINUAR SIENDO UN POETA ES UNA FORMA DE SERVIDUMBRE
por Ezequiel Zaidenwerg
SEGUNDA ENTREGA
Regresaremos
más tarde a tu último libro de poemas. Pero tengo una larga lista de preguntas.
Entonces, ¿es cierto que enseñas o enseñabas escritura?
He enseñado escritura por temporadas durante años, gran parte de mi vida
académica, pero también he enseñado, recientemente, durante los últimos quince
años, mucho más literatura que escritura.
¿Cómo sientes
eso de enseñar a escribir poesía?
Pienso que es algo útil para aquellos poetas seriamente dispuestos a
escribir, y el profesor, si es bueno y además un poeta virtuoso, puede dar
buenos consejos y acortar el tiempo de aprendizaje. ¿Sabes? Mucho de lo que uno
descubre por sí mismo o misma, puede tomar mucho tiempo de aprender, mientas
que un maestro que está al lado puede dar muy buenos consejos. Pero no estoy de
acuerdo con los estudios de pre-grado en escritura creativa, sé que hay muchos,
muchos… Hay miles de estudiantes en los Estados Unidos que se gradúan en
escritura creativa, lo que significa que el objeto de estudio de sus cursos son
ellos mismos, ya sabes, no leen a Chaucer, Milton, Shakespeare y otros
clásicos, sólo leen sus propios poemas una y otra vez, los poemas de sus
compañeros, y eso no es preparación adecuada para un escritor.
¿Cuál sería
una preparación adecuada para ser escritor?
Pienso que el estudio de los clásicos.
¿Cuándo
estudiaste a los clásicos?
Bueno, intermitentemente, todo el tiempo. No los estudié como alumno de
pre-grado, estudié literatura inglesa, pero eventualmente leía de todo, no los
leí todos a la vez, estaba interesado en la historia de las artes, tenía otros
intereses además. Nunca estudié griego o latín así que no he leído a Homero o
Virgilio [en griego o latín]… Tú sabes, leía a Catulo, y a Virgilio, a Ovidio,
todos en traducciones, de joven, leía la Iliada y la Odisea.
¿Los leíste
cuando eras joven?
Tenía veintipocos, pero tengo que releerlos.
Leí una
entrevista donde decías que cuando enseñabas escritura dabas a tus estudiantes
patrones métricos y les pedías escribir en cuartetas…
Sí, creo que lo hacía de tanto en tanto, hace tiempo, cuando a los
estudiantes aún les interesaba hacer eso, ahora piensan que estaba loco. La
poesía ha cambiado mucho en los últimos quince años. No conozco a ningún poeta
joven con ganas de ponerse a practicar cuartetas o dísticos, dísticos heroicos
y esa clase de cosas.
Hay algunos
neo-formalistas en los Estados Unidos…
Sí, muchos son brillantes, pero a los brillantes no los calificaría de
neo-formalistas, porque eso es muy restrictivo. Hay una maravillosa poeta
llamada Gjertrud Schnackenberg que escribe con una métrica estricta y en rima,
y se da el caso de que ella es una poeta brillante que hace eso, pero hay un montón
de gente que no tiene nada de que escribir y también hace lo mismo, y sus
poemas resultan aburridos…
También has
dicho que el verdadero alimento de un poeta son otros poemas.
Pienso que eso es verdad. No creo que uno pueda convertirse en poeta sin
saber qué es un poema o sin tener algún contacto con la poesía. Pienso que uno
encuentra inspiración en otros poemas y eso hace que escribas. Es decir, cuando
contaba sobre mis comienzos como poeta te hablaba de haber estado fascinado por
los Veinte poemas de amor y una canción desesperada, y eso en
cierto modo me hizo querer escribir mis propios poemas de amor y una canción
desesperada. Creo que si algo te conmueve quieres ser capaz de reproducirlo,
pero en tus propios términos, sólo para ver si puedes crear algo parecido a lo
que el poeta más viejo que tú fue capaz de hacer.
¿Eso sería
entonces en cierta forma una traducción, traducir el vocabulario poético de
otro poeta en el tuyo propio?
Creo que uno ingiere o toma para sí otro poema, y luego éste toca una
cuerda dentro de ti, hace despertar algo en ti, y sientes necesidad de hacerte
cargo de lo que fuere que ha despertado y expresarlo sobre un papel. Supongo,
no lo sé, no he pensado en eso hace mucho tiempo.
Leyendo tus
poemas se siente que has creado un mundo alternativo o sustituto…
Es cierto…
¿De dónde
piensas que viene eso, y crees que tu obra como poeta en cierto modo crea una
novela con personajes y tramas?
En mis poemas hay muy pocos personajes y casi no existen tramas. Pero es
la otra vida, es un mundo verbal que he creado a partir de mi mundo, de mi
experiencia. Pero, ya sabes, las palabras crean ideas, crean sentimientos, y yo
he creado un mundo en el que ciertas ideas, ciertas actitudes, sentimientos, se
han vuelto señales conocidas, y tú lees mis poemas y –espero– estás en el mundo
de Strand, porque ciertas palabras lo sugieren, ya sabes, sugieren eso.
¿Cuáles son
tus palabras favoritas?
Desearía que hubiera más de ellas, pero durante un tiempo solían ser
palabras como “piedra”, “vidrio”, “cielo”, “mar”, ya sabes, muy genéricas… Mi
universo verbal era muy genérico, las imágenes de mi… Déjame empezar otra vez y
decir que las imágenes en mis poemas no son necesariamente visuales, muchas son
acciones, mis poemas describen actividades, a veces de un carácter nervioso o
absurdo, a veces de un tipo muy tranquilo, pero eso es lo que los anima. No soy
un poeta de la naturaleza, no profundizo en la apariencia de las cosas sino más
bien en el comportamiento de las cosas. Quiero decir, para mí la apariencia de
las cosas es sólo algo decorativo, el mar del Atlántico Norte alrededor de Nova
Scotia es decoración, lo que me interesa es aquello que se lleva a cabo delante
del telón de fondo de las montañas o el mar.
Pienso que el
humor es un componente importante de tu poesía.
La poesía es percibida, creo que equivocadamente, estrictamente como
seria, oscura…
¿De verdad?
Sí, quiero decir, los poetas son soñadores, ya sabes, ellos…
Ah, la poesía
en general, no tu poesía…
Claro, no mi poesía, no. Es etérea o desesperanzadora… Es decir, hay
mucho por qué desesperar… Hay mucho de lo que estar perturbado en nuestro
mundo, y hay también tanto absurdo y locura en nuestro mundo que sería erróneo
ignorarlo, me parece. Lo que leo en los periódicos me entretiene tan
frecuentemente como me molesta.
Acabas de
decir que te sientes entretenido y molesto en iguales proporciones, y yo estaba
pensando de camino a aquí, en el metro, que una de las cosas que me hace tan
atractiva a tu poesía es cómo es que puedes mezclar comedia y elegía.
Bueno, eso es algo muy deliberado.
Está hecho
tan elegantemente y de tal manera que la comedia nunca es explícita o frívola,
y la elegía tiene siempre ese lánguido tono implícito…
Pienso que lo has descrito muy bien, eso es exactamente lo que intento
hacer. He dicho que es melancolía y humor, pero creo que el matiz elegíaco es
muy característico de mis poemas, y trato de incluirlos a ambos en el mismo
poema y hacer la transición casi invisible, de modo que no sepas cómo es que
pasa…
“Casi
invisible”.
[Risas] Sí, casi
invisible. Creo que tienes toda la razón es eso.
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