RICARDO AROCENA
DINOSAURIOS
Reflexiones sobre la ecología, el medio ambiente, las
multinacionales,la contaminación, los países desarrollados, los países
dependientes, los organismos internacionales y el destino de los dinosaurios.
SEGUNDA ENTREGA
MONSANTO: LOS CAMINOS
DEL MAL
La protesta contra esta
última corporación sacude año tras año a cientos de ciudades de más
de 48 países. El objetivo de los manifestantes ha sido concientizar acerca de
los riesgos que la empresa norteamericana representa por modificar genéticamente
alimentos que consume la sociedad o por producir agroquímicos como el Roundup,
más conocido como glifosato, que según la Organización Mundial de la
Salud es “probablemente cancerígeno para los seres humanos’’.
Entre los productos más
nocivos creados por la multinacional, de acuerdo a los especialistas estarían
la sacarina que modifica la flora bacteriana; los PCBs (bifenilospoliclorados),
es decir lubricantes y refrigerantes que afectan la piel y causan
alteraciones en la sangre y en la orina; el Poliestireno: que es
considerado el mayor residuo peligroso a escala global; el DDT
(diclorodifeniltricloroetano): que está prohibido por afectar al
hígado y los sistemas reproductivo y nervioso; los pesticidas en base
a Dioxina, producto que genera problemas de reproducción y
desarrollo, afecta el sistema inmunitario, interfiere en las hormonas y provoca
cáncer; los fertilizantes a base de petróleo que arrasan con los
microorganismos del suelo; el edulcorante Aspartamo que puede generar linfomas
y leucemia entre los jóvenes; las hormonas de crecimiento bobino que pueden
producir cáncer de mama, colon y próstata; y los Organismos genéticamente
modificados, que pueden provocar cáncer de hígado y riñón.
Desde los portales de los
grupos ecologistas se viene denunciando “que miles de víctimas fueron afectadas
por el herbicida llamado Agente Naranja producido por siete empresas químicas,
entre ellas Monsanto, el cual fue utilizado por Estados Unidos durante la
Guerra de Vietnam (1955-1975). Un número incalculable de civiles vietnamitas,
ex soldados y personal expuesto a la alta toxicidad del Agente Naranja
continúan desarrollando enfermedades terminales como el cáncer y sufren todo
tipo de horrores en su salud.” (http://olca.cl/articulo/nota.php?id=105402) Además la multinacional coordina con el Comité de
Investigación de la Defensa Nacional de EE.UU. la purificación y producción de
plutonio y otras sustancias químicas que se usan como detonantes para armas
nucleares.
Monsanto en nada ha
cambiado su actitud aun cuando las Naciones Unidas han sido contundentes en
cuanto a que, por ejemplo, los pesticidas enferman a los humanos, a
tal extremo que 200 mil personas mueren envenenadas al año. Con respecto a este
tema, el organismo internacional agrega que si bien su utilización favoreció el
incremento de la producción de alimentos también trajo consigo cáncer,
Alzheimer, Parkinson, trastornos hormonales, defectos de nacimiento,
infertilidad y daños neurológicos.
Todos estamos expuestos a
los pesticidas, mediante la comida, el agua, el aire, o por el contacto con sus
residuos. “Los pesticidas que se aplican en las plantaciones frecuentemente
contaminan los ecosistemas que les rodean e incluso los que están a más distancia,
con consecuencias ecológicas impredecibles. Además, la reducción de plagas
rompe el complejo equilibrio entre los predadores y las presas en la cadena
alimentaria”, constata el informe.
“Cuando hablamos de
agricultura de subsistencia, confiar en los pesticidas se convierte en una
carga económica para los granjeros: las malas hierbas y las plagas tienen
la capacidad de desarrollar resistencia y eso requiere pesticidas cada vez más
y más fuertes que los campesinos tendrán que comprar”, alerta el organismo
internacional, y promueve otras alternativas: “Con las prácticas
orgánicas, nos apoyamos en los procesos que practica el ecosistema y que aporta
nutrientes a la tierra de manera natural, volviendo innecesarios a los
fertilizantes sintéticos, que son muy caros”.
Por otra parte recientes
estudios están demostrando que los agricultores obtienen más rendimiento
cosechando por ejemplo arroz orgánico que haciéndolo con el transgénico, con lo
que cae el mito de que los productos genéticamente modificados permiten paliar
el hambre en el mundo. Los hechos demuestran lo
contrario, con el agravante de que el tratamiento de los transgénicos daña los
cultivos cercanos que no están diseñados para resistir los herbicidas.
Ante el descrédito de
estos productos Monsanto decidió producir orgánicos, a tal punto que por
ejemplo desmanteló una planta de semillas transgénicas ubicada en Malvinas
Argentinas, aunque seguramente incidió en su decisión la intensa movilización
popular en su contra dirigida por la Asamblea Malvinas Lucha por la Vida.
Para la dirigente de “Madres de Ituzaingó” Sofia Gatica, la corporación produce
agroquímicos que son "fumigados en sus hijos, en las frutas,
hortalizas"; "son ellos que controlan nuestro sistema alimentario. Lo
que nosotros estamos exigiendo del gobierno es el derecho de elegir lo que
comemos y queremos que nuestros campesinos tengan sus semillas criollas, que
puedan pasarlas de mano a mano, sin tener que pagar nada a nadie". (Ecoportal.net)
AGONÍA PLANETARIA
La eventualidad de una agonía planetaria
comprueba que los que sostenían que “la naturaleza lo aguanta todo”, estaban
profundamente descaminados y que su lógica solamente conduce al agotamiento de
los recursos naturales. Pero poco se viene haciendo para evitarlo, salvo que
alguien piense que alcanza con repetir el discurso de lo políticamente
correcto. Esta retórica, tiende a ocultar a los mayores responsables del
desastre, pero mientras con voz engolada en los encuentros mundiales los
líderes repiten que hay que conservar la biósfera, producir en forma
planificada y usar de modo razonable lo que nos ofrece el medio ambiente, cada
día desayunamos informándonos de nuevas catástrofes naturales.
Mucha agua ha pasado
desde la Cumbre de Nueva York de 1997, durante la cual más de 60 jefes de
Gobierno y Estado revisaron la situación ecológica mundial, sin embargo
continuamos sacudidos por los mismos temas que fueron tratados. En aquel
entonces las discusiones giraron en torno a problemas como la desertificación del
planeta, la deforestación, el recalentamiento global, el crecimiento
demográfico y la disminución y polución de las reservas de agua dulce y fueron
la continuación de las iniciadas en Río de Janeiro en 1992, pero con
posterioridad a los dos eventos los participantes llegaron a la conclusión de
que no se consolidaron “los beneficios originalmente prometidos, especialmente
en lo que respecta a los países pobres y de menor desarrollo”, a tal punto que
hasta el Secretario de la ONU, ante la profundización del deterioro ecológico
protestó que había que “convertir las palabras en acción”.
Pese a las amonestaciones la Tercera Cumbre Mundial sobre
el Desarrollo Sostenible, celebrada en el 2002, tuvo un
menor respaldo político y se caracterizó por una mayor ambigüedad,
aunque autocríticamente observó qué era lo que estaba impidiendo progresar
desde la Cumbre de 1992 y como respuesta aprobó el “Plan de Aplicación de
las Decisiones de Johannesburgo”, que contiene medidas concretas, metas y
objetivos cuantificables y sujetos a plazos fijos. Pero hay quienes
afirman que el verdadero éxito de aquella reunión fue el
énfasis puesto en temas tales como la erradicación de la pobreza, el
acceso al agua y a los servicios de saneamiento y la salud.
Por aquel entonces, la economista y Premio Médicis
de Ensayo Viviane Forrester, adelantaba que la globalización era un
horror económico que hundía a amplias
capas de la población en la mera subsistencia diaria. “De la explotación a la
exclusión, de ésta a la eliminación e incluso a desastrosas explotaciones aún
desconocidas, se gesta, indetectable, la violencia de la calma. Las masas
planetarias anestesiadas no se percataron de la existencia de una propaganda
eficaz que supo apoderarse de una serie de términos positivos, seductores, para
acapararlos, tergiversarlos y conservarlos juiciosamente. Así pues, tenemos un mercado
libre para obtener ganancias; planes sociales encargados de expulsar de su
trabajo, al menor costo posible, a hombres y mujeres que a partir de entonces
quedan privados de medios de subsistencia e incluso de un techo; un Estado
providencial que actúa como si reparara las injusticias flagrantes, a menudo
inhumanas. Ante ello, no hay lucha alguna, salvo la que reivindica un espacio
creciente para una economia de mercado, omnipotente, que posee una lógica
propia a la cual no se enfrenta ninguna otra.”, resume la Licenciada Eurosia
Carrascal, el pensamiento de Forrester.
Es que, como decía Leonardo Boff, además de la
conservación de la flora y de la fauna, por supuesto importa la sobrevivencia
humana. Las cumbres pusieron en relieve que “naturaleza y sociedad son un todo
inseparable”; así como impacta el exterminio de las especies animales y la
deforestación de los bosques causados por el “horror económico”, también lo
hace la marginación de amplios sectores sociales.
No obstante, más de una década después de realizada la
Tercera Cumbre Mundial, el informe del Programa del Medio Ambiente (PNUMA)
lacónicamente constata una vez más la falta de avances y propone invertir el 2%
del PIB mundial en diez sectores fundamentales como transición hacia una economía
sustentable.
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