28/4/17


RICARDO AROCENA

DINOSAURIOS

Reflexiones sobre la ecología, el medio ambiente, las multinacionales,la contaminación, los países desarrollados, los países dependientes, los organismos internacionales y el destino de los dinosaurios.



SEGUNDA ENTREGA



MONSANTO: LOS CAMINOS DEL MAL


La protesta contra esta última corporación sacude año tras año a cientos de ciudades de más de 48 países. El objetivo de los manifestantes ha sido concientizar acerca de los riesgos que la empresa norteamericana representa por modificar genéticamente alimentos que consume la sociedad o por producir agroquímicos como el Roundup, más conocido como glifosato, que según la Organización Mundial de la Salud es “probablemente cancerígeno para los seres humanos’’.  

Entre los productos más nocivos creados por la multinacional, de acuerdo a los especialistas estarían la sacarina que modifica la flora bacteriana; los PCBs (bifenilospoliclorados), es decir  lubricantes y refrigerantes que afectan la piel y causan alteraciones en la sangre y en la orina; el Poliestireno: que es considerado el mayor residuo peligroso a escala global; el DDT (diclorodifeniltricloroetano): que está  prohibido por afectar al hígado y los sistemas reproductivo y nervioso; los pesticidas en base a Dioxina, producto que genera problemas de reproducción y desarrollo, afecta el sistema inmunitario, interfiere en las hormonas y provoca cáncer; los fertilizantes a base de petróleo que arrasan con los microorganismos del suelo; el edulcorante Aspartamo que puede generar linfomas y leucemia entre los jóvenes; las hormonas de crecimiento bobino que pueden producir cáncer de mama, colon y próstata; y los Organismos genéticamente modificados, que pueden provocar cáncer de hígado y riñón.

Desde los portales de los grupos ecologistas se viene denunciando “que miles de víctimas fueron afectadas por el herbicida llamado Agente Naranja producido por siete empresas químicas, entre ellas Monsanto, el cual fue utilizado por Estados Unidos durante la Guerra de Vietnam (1955-1975). Un número incalculable de civiles vietnamitas, ex soldados y personal expuesto a la alta toxicidad del Agente Naranja continúan desarrollando enfermedades terminales como el cáncer y sufren todo tipo de horrores en su salud.” (http://olca.cl/articulo/nota.php?id=105402) Además la multinacional coordina con el Comité de Investigación de la Defensa Nacional de EE.UU. la purificación y producción de plutonio y otras sustancias químicas que se usan como detonantes para armas nucleares. 

Monsanto en nada ha cambiado su actitud aun cuando las Naciones Unidas han sido contundentes en cuanto a que, por ejemplo, los pesticidas enferman a los humanos, a tal extremo que 200 mil personas mueren envenenadas al año. Con respecto a este tema, el organismo internacional agrega que si bien su utilización favoreció el incremento de la producción de alimentos también trajo consigo cáncer, Alzheimer, Parkinson, trastornos hormonales, defectos de nacimiento, infertilidad y daños neurológicos.


Todos estamos expuestos a los pesticidas, mediante la comida, el agua, el aire, o por el contacto con sus residuos. “Los pesticidas que se aplican en las plantaciones frecuentemente contaminan los ecosistemas que les rodean e incluso los que están a más distancia, con consecuencias ecológicas impredecibles. Además, la reducción de plagas rompe el complejo equilibrio entre los predadores y las presas en la cadena alimentaria”, constata el informe.




“Cuando hablamos de agricultura de subsistencia, confiar en los pesticidas se convierte en una carga económica para los granjeros: las malas hierbas y las plagas tienen la capacidad de desarrollar resistencia y eso requiere pesticidas cada vez más y más fuertes que los campesinos tendrán que comprar”, alerta el organismo internacional, y promueve otras alternativas:  “Con las prácticas orgánicas, nos apoyamos en los procesos que practica el ecosistema y que aporta nutrientes a la tierra de manera natural, volviendo innecesarios a los fertilizantes sintéticos, que son muy caros”.




Por otra parte recientes estudios están demostrando que los agricultores obtienen más rendimiento cosechando por ejemplo arroz orgánico que haciéndolo con el transgénico, con lo que cae el mito de que los productos genéticamente modificados permiten paliar el hambre en el mundo. Los hechos demuestran lo contrario, con el agravante de que el tratamiento de los transgénicos daña los cultivos cercanos que no están diseñados para resistir los herbicidas.




Ante el descrédito de estos productos Monsanto decidió producir orgánicos, a tal punto que por ejemplo desmanteló una planta de semillas transgénicas ubicada en Malvinas Argentinas, aunque seguramente incidió en su decisión la intensa movilización popular en su contra dirigida por la Asamblea Malvinas Lucha por la Vida. Para la dirigente de “Madres de Ituzaingó” Sofia Gatica, la corporación produce agroquímicos que son "fumigados en sus hijos, en las frutas, hortalizas"; "son ellos que controlan nuestro sistema alimentario. Lo que nosotros estamos exigiendo del gobierno es el derecho de elegir lo que comemos y queremos que nuestros campesinos tengan sus semillas criollas, que puedan pasarlas de mano a mano, sin tener que pagar nada a nadie". (Ecoportal.net)




AGONÍA PLANETARIA




La eventualidad de una agonía planetaria comprueba que los que sostenían que “la naturaleza lo aguanta todo”, estaban profundamente descaminados y que su lógica solamente conduce al agotamiento de los recursos naturales. Pero poco se viene haciendo para evitarlo, salvo que alguien piense que alcanza con repetir el discurso de lo políticamente correcto. Esta retórica, tiende a ocultar a los mayores responsables del desastre, pero mientras con voz engolada en los encuentros mundiales los líderes repiten que hay que conservar la biósfera, producir en forma planificada y usar de modo razonable lo que nos ofrece el medio ambiente, cada día desayunamos informándonos de nuevas catástrofes naturales.




Mucha agua ha pasado desde la Cumbre de Nueva York de 1997, durante la cual más de 60 jefes de Gobierno y Estado revisaron la situación ecológica mundial, sin embargo continuamos sacudidos por los mismos temas que fueron tratados. En aquel entonces las discusiones giraron en torno a problemas como la desertificación del planeta, la deforestación, el recalentamiento global, el crecimiento demográfico y la disminución y polución de las reservas de agua dulce y fueron la continuación de las iniciadas en Río de Janeiro en 1992, pero con posterioridad a los dos eventos los participantes llegaron a la conclusión de que no se consolidaron “los beneficios originalmente prometidos, especialmente en lo que respecta a los países pobres y de menor desarrollo”, a tal punto que hasta el Secretario de la ONU, ante la profundización del deterioro ecológico protestó que había que “convertir las palabras en acción”.


Pese a las amonestaciones la Tercera Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible, celebrada en el 2002, tuvo un menor respaldo político y se caracterizó por una mayor ambigüedad, aunque autocríticamente observó qué era lo que estaba impidiendo progresar desde la Cumbre de 1992 y como respuesta aprobó el “Plan de Aplicación de las Decisiones de Johannesburgo”, que contiene medidas concretas, metas y objetivos cuantificables y sujetos a plazos fijos. Pero hay quienes afirman que el verdadero éxito de  aquella reunión fue el énfasis puesto en temas tales como la erradicación de la pobreza, el acceso al agua y a los servicios de saneamiento y la salud.


Por aquel entonces, la economista Premio Médicis de Ensayo Viviane Forrester, adelantaba que la globalización era un horror económico que hundía a amplias capas de la población en la mera subsistencia diaria. “De la explotación a la exclusión, de ésta a la eliminación e incluso a desastrosas explotaciones aún desconocidas, se gesta, indetectable, la violencia de la calma. Las masas planetarias anestesiadas no se percataron de la existencia de una propaganda eficaz que supo apoderarse de una serie de términos positivos, seductores, para acapararlos, tergiversarlos y conservarlos juiciosamente. Así pues, tenemos un mercado libre para obtener ganancias; planes sociales encargados de expulsar de su trabajo, al menor costo posible, a hombres y mujeres que a partir de entonces quedan privados de medios de subsistencia e incluso de un techo; un Estado providencial que actúa como si reparara las injusticias flagrantes, a menudo inhumanas. Ante ello, no hay lucha alguna, salvo la que reivindica un espacio creciente para una economia de mercado, omnipotente, que posee una lógica propia a la cual no se enfrenta ninguna otra.”, resume la Licenciada Eurosia Carrascal, el pensamiento de Forrester.


Es que, como decía Leonardo Boff, además de la conservación de la flora y de la fauna, por supuesto importa la sobrevivencia humana. Las cumbres pusieron en relieve que “naturaleza y sociedad son un todo inseparable”; así como impacta el exterminio de las especies animales y la deforestación de los bosques causados por el “horror económico”, también lo hace la marginación de amplios sectores sociales.



No obstante, más de una década después de realizada la Tercera Cumbre Mundial, el informe del Programa del Medio Ambiente (PNUMA) lacónicamente constata una vez más la falta de avances y propone invertir el 2% del PIB mundial en diez sectores fundamentales como transición hacia una economía sustentable.

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