20/4/17

RICARDO AROCENA


LOS BESAMANOS



Los especialistas alertan que no deben ser confundidos con los chupacabras, aunque en algo se les parecen.


El BESAMANOS es el nombre de un críptido legendario contemporáneo, que se describe como un ser que atacaría a animales de diferentes especies incluido el hombre, con la extraña costumbre de lamerle los dedos para lograr su propósito. 


El mito tuvo su origen en el Uruguay. Se cuenta que existe en México, América Central y América del Sur, en países como Costa Rica, México, Bolivia, Ecuador, Argentina, Brasil, Puerto Rico, Honduras, Nicaragua, Colombia, Guatemala, El Salvador, Panamá, Perú, Chile, Venezuela, Paraguay y en Estados Unidos y en cualquier lugar del planeta Tierra.


La descripción más popular es que sería una criatura de pequeño cerebro y cuello alargado como el de una jirafa, al que arrastra por el suelo, por estar siempre diciendo que SI. Se los considera animales de pedigree, que procuran reducir a la servidumbre a los que consideran inferiores.


Son extremadamente fieles a sus amos y según los primeros reportes de avistamiento, suelen realizar extraños rituales iniciáticos cuando se reúnen en grupo o logias, adonde se los ve encorvados por el peso de la culpa, o de sus prominentes labios. 


No toleran que nadie los confronte y no responden jamás por sus acciones, amparándose para ello en el relativo poder que les otorga el andar siempre en jauría y dominar ciertos códigos, que son su principal forma de distraerse.


Los especialistas alertan a la población de su extrema peligrosidad y que suelen habitar en inexpugnables murallas, adonde se sienten omnipotentes, pero que huyen cuando ven mucha gente junta. Escapan bamboleándose y produciendo abundante saliva, mientras buscan desesperadamente saciar su extraña costumbre de besar manos. 


Si bien su dieta es muy amplia, les encanta las SUPREMAS, por lo cual los servicios policiales alertan a las avícolas de su actividad depredatoria.


Se dice que el BESAMANOS aparece predominantemente en las siguientes formas específicas: Reptiliana, Mamífera y Canina, según el hábitat en que se los encuentre, que les encanta el color verde y son apasionados defensores de los coleccionistas de armas.


Tienen el pelo lacio, y les gusta sacarse de encima las Motas. Se solicita a la población que si tiene más información sobre estos especímenes, la comuniquen por este "miedo de información", pero que si se encuentra con alguno, se ponga a resguardo por su peligrosidad.




LOS BESAMANOS (II)




El Besamanos I, no podía más de indignación, cómo una ex-subalterna, una inferior, había osado cuestionar, nada menos que al sistema de ascensos y para colmo a través de un medio de comunicación. Por eso recorría, bamboleante y con grandes zancadas, la sala atestada de papeles, arrastrando el inflado labio leporino: la espesa baba ácida caía en cascada sobre los códigos y leyes apilados en desorden. Atorado solamente atinaba a decir:


-¡Hay que frenarla! ¡Lo hago yo solo si ustedes no me acompañan!


El resto de los Besamanos nada decía. Asustados ante el repentino ataque de histeria, solamente atinaban a protegerse de la ira desaforada y la lluvia ácida, tapándose con las respectivas togas.


-¡Ya la denuncié, y me tienen que apoyar! -bramaba el Besamanos I, indignado.


Reunidos en un improvisado conciliábulo, los otros cuatro se decían en voz baja que el horno no estaba para bollos, que no era el momento para denunciar a nadie y que había que esperar una oportunidad mejor. Empujado de atrás por el grupo, el Besamanos II se acercó al que blasfemaba, para hacerle saber la opinión colectiva al Besamanos protestón, que respondió dando grandes voces.


-¿Esperar qué? ¡Ya está hecha la denuncia! -respondió, mientras con velocidad de simio, subía y bajaba las altas paredes.


Ante la violenta respuesta, el contubernio de los cuatro restantes volvió a reunirse en un rincón, junto a las telarañas. Al cabo de unos minutos, nuevamente se adelantó el Besamanos II, entre desafiante y atemorizado:


-No deberías haberla denunciado a un subordinado, en todo caso, si te sentiste ofendido, eras vos el que deberías haberla llevado a juicio.


-¡Cómo no estar ofendido de tamaña declaración! ¿Pero qué querían, que actuara yo y quedara pegado ante la opinión pública? ¡Teníamos que haber actuado los cinco, para que nos vieran unidos, así la gente nos da corte! Pero no..., dieron un paso atrás y quedé solito -gimió el Besamanos I, haciendo pucheros.


Tenía el rostro bañado en lágrimas y los alaridos eran tan fuertes, que uno de sus aterrorizados colegas cerró las puertas de la muralla, porque, como se sabe, en Besolandia, suelen haber mil oídos agazapados escuchando. Es que uno de los peores enemigos de los Besamanos, son los Escucharruidos, seres de grandes orejas y que susurran. Y había que contrarrestarlos.


-Después de lo de la Jueza, no nos conviene actuar en grupo y tenemos que pasar más desapercibidos -rumió el Besamanos II, mientras se sacaba las Motas en forma grosera.


-¡Además nos vieron vetar el impuesto! -comentó con voz cascada el Besamanos III, escondido atrás de la muralla conformada por los otros Besamanos.


-Tampoco gustó el apoyo al coleccionista -comentó con voz acaramelada y gesto dulce el Besamanos IV, mientras bailoteaba, los dedos en el bolsillo. -¡Nadie cree en el amor y la amistad!


La tarde caía. En la habitación continuaban amontonándose los expedientes. El Besamanos II se les acercó.


-¡Tranquilos! Se me ocurre una idea.


En seguida se agruparon todos alrededor.


-¿Qué tal si formamos una Comisión Investigadora? -propuso el Besamanos II.


-¿Investigadora de qué? -repreguntaron los otros, atropelladamente.


-De lo que sea. No importa. Así molestamos un poco a nuestros archienemigos: es año electoral -respondió el Besamanos II, mientras estiraba su larga trompa, saboreando de antemano lo que podían conseguir a cambio.


La propuesta encantó al resto de los Besamanos, que se reunieron en torno al escritorio, dando saltitos de alegría.


-¡Y de paso quedamos bárbaro...!, ¡Y de paso ganamos puntos...! -saborearon excitados los cinco su victoria, sabiendo que la idea gustaría a los Amos.


-¡Y de la investigación... tiene que salir un culpable! -agregó el Besamanos de voz cascada. -¿Desde cuándo cualquiera puede opinar de nosotros sin consecuencias?


-Pero nadie debe sospechar que es una venganza, por supuesto... -agregó con voz irónica el Besamanos I.


Fuera de sí de alegría, los Besamanos bailaron hasta altas horas, mientras cantaban:


-Una muralla molesta mucha gente, dos murallas molestan mucha más, tres murallas molestan mucha gente...



Y fue tanta la euforia que se les fue la noche y cuando quisieron acordar, era de día y tenían que irse a dormir, porque como se sabe, los buenos Besamanos no soportan la luz. (Continuará)

No hay comentarios: