ENCUENTRO CON LA SOMBRA
(El poder del lado oscuro de la
naturaleza humana)
Carl
G. Jung / Joseph Campbell / Marie-Louise von Franz / Robert Bly / Ken Wilber /
Nathaniel Branden / Sam Keen / Larry Dossey / Rollo May / M. Scott Peck / James Hillman / John Bradshaw y
otros.
Edición a cargo de Connie Zweig y
Jeremia Abrams.
CIENTOSEXAGESIMOPRIMERA
ENTREGA
NOVENA PARTE
EL TRABAJO CON LA SOMBRA: CÓMO
ILUMINAR LA OSCURIDAD
MEDIANTE LA TERAPIA, LOS RELATOS Y
LOS SUEÑOS
38: EL TRABAJO CON LOS SUEÑOS DE
LAS MUJERES
Karen Signell (3)
La
intensa y prolongada experiencia con nuestra familia, con las luchas de sus
miembros reclamando atención y poder, con sus pactos, secretos y
resentimientos, afecta profundamente a las expectativas inconscientes que
solemos abrigar con respecto a nosotros mismos y a nuestros semejantes. Estas
expectativas suelen ser compartidas por toda la familia, lo cual nos permite
hablar de la existencia de una “sombra familiar”. Es por ello que algunos de
los sentimientos más poderosos de nuestra sombra se manifiestan en la relación
que sostenemos con nuestros parientes. Así, por ejemplo, en el seno de la familia
nos habituamos a ocupar un determinado estatus -ya sea ventajoso o no- y
tendemos inconscientemente a aspirar a ese mismo nivel aprendido en el entorno
social en el que nos hallamos inmersos.
Los
dueños revelan situaciones y actitudes inconscientes, en especial, aquellas
relacionadas con el orden que ocupamos en la relación familiar: el mayor, el
mediano, el pequeño, el hijo único, el gemelo.
El
hijo mayor, por ejemplo, suele estar expuesto a padecer celos. El nacimiento de
sus hermanos supone para él un cambio radical y arbitrario que le obliga a
compartir lo que hasta ese momento había disfrutado únicamente para él. La
experiencia de los más pequeños, sin embargo, es muy diferente porque ellos
nacieron en un mundo en el que los demás ya existían y no esperan más que una
pequeña tajada. Por otra parte, a los hermanos mayores suele obligárseles a
reprimir sus sentimientos negativos y a comprender a los pequeños. Esta es una
situación clásica relativa a los celos que suele afectar posteriormente a la
vida de la persona.
A
veces la sombra se halla tan alejada de la conciencia y resulta tan amenazadora
que la puerta no puede abrirse hasta que uno se encuentre preparado para
afrontarla porque, en tal caso, uno podría verse desbordado por el inconsciente
y perecer ahogado por la ansiedad arquetípica. En los trabajos de grupo, por
ejemplo, una persona puede aprestarse -impulsada por el entusiasmo- a “descubrirlo
todo”, cuanto más profundo mejor, pero no hay que olvidar que cada persona
tiene un grado de vulnerabilidad que no debemos dejar de lado.
Lo
más profundo no siempre es lo mejor. Después de todo, las defensas sirven para
algo. Si nuestra curiosidad nos lleva a desprendernos de una coraza antes de
tiempo podemos dejar nuestras heridas al descubierto. El proceso natural de
curación lleva tiempo. Sólo cuando hayamos elaborado otra capa protectora para
la herida que se esconde en su profundidad estaremos realmente en condiciones
de observar sin peligro.
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