CARLOS
CASTANEDA
LAS
ENSEÑANZAS DE DON JUAN
(Una
forma yaqui de conocimiento)
TRIGESIMOQUINTA ENTREGA
PRIMERA
PARTE
“LAS
ENSEÑANZAS”
IV
(2)
Martes,
30 de enero, 1962
-¿Qué ve usted cuando
Mescalito lo lleva consigo, don Juan?
-De esas cosas no se
platica. No puedo decirte eso.
-¿Le pasaría algo malo
si me dijera?
-Mescalito es un
protector, un protector manso y bueno, pero eso no quiere decir que pueda uno
burlarse de él. Por ser un protector bueno también puede ser el horror mismo
para los que no le gustan.
-No quiero burlarme de
él. Sólo quiero saber qué hace hacer o ver a otras personas. Yo le describí a
usted todo cuanto Mescalito me hizo ver, don Juan.
-Contigo es diferente,
a lo mejor porque no conoces sus modos. Hay que enseñarte sus modos como se
enseña a caminar a un niño.
-¿Cuánto tiempo más hay
que enseñarme?
-Hasta que él mismo
empiece a tener sentido para ti.
-¿Y entonces?
-Entonces comprenderás
solo. Ya no tendrás que decirme nada.
-¿Puede usted decirme
solamente a dónde lo lleva Mescalito?
-No puedo hablar de
eso.
-Nada más quiero saber
si hay otro mundo al cual lleva a la gente.
-Hay.
-¿Es el cielo?
-Te lleva a través del
cielo.
-Quiero decir, ¿es el
cielo donde está Dios?
-Ya te estás haciendo
el pendejo. No sé dónde está Dios.
-¿Es, Mescalito, Dios
el único Dios? ¿O es uno de los dioses?
-Es sólo un protector y
un maestro. Es un poder.
-¿Es un poder dentro de
nosotros mismos?
-No. Mescalito no tiene
nada que ver con nosotros mismos. Está fuera de nosotros.
-Entonces todo el que
ve a Mescalito debe verlo en la misma forma.
-No, de ninguna manera.
No es el mismo para todos.
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