13/12/17

HUGO GIOVANETTI VIOLA


CONFIESO QUE HE MORIDO


ISABELINO PENA detective de almas 3 / 4


primera edición WEB



PRIMERA ENTREGA



SEÑAL DE AJUSTE



Se advierte al lector que estas ficciones policiales son específicamente carroñeras, pero no participan del tiroteo periodístico puntual. A veces fermentan durante años en la catacumba del inconsciente y emergen tratando de imprimirle un trasluz-trinidad al infierno cotidiano.: fe, esperanza y amor. Aunque los colmillos de Hitler, Stalin, Bin Laden, Bush & Co, sigan chorreando sopa en la Fonte invencible.


Como siempre nos pasa, este díptico novelesco entrevera facciones y situaciones más o menos imitadas de la realidad histórica, pero construye esencialmente una invención total. Vale decir: los fascistas y los mafiosos que ensucian estas aventuras existen nada más que en el territorio independiente del texto. Y así pasó siempre en la libre expresión estética, incluida la horrorosa espiral inferior del Dante.


Por tanto, quienes se sientan parcialmente representados por nuestros personajes deberán despreocuparse: en el campus simbólico, no hay alusión que valga. O, en todo caso, deberían preocuparse por sus certezas / fantasmas íntimos.


H.G.V.




CRONO-GUÍA


1983


A los 71 años, José Ángel Rosso -viudo jubilado y con dos hijos en el exilio- se hace detective privado y escritor de sus propias aventuras, bajo el seudónimo de Isabelino Pena. Su primer caso involucra en la búsqueda de una centenaria guitarra nacarada (la estrellera) que perteneció a un Regusci carolino caído con Aparicio Saravia.


1993


Leonardo Regusci -cantautor con tres discos grabados en Montevideo entre el 75 y el 85- vuelve a su Maldonado natal y forma la Banda del Pez, que actúa en la Casa de Mimí. Leonardo convive con Mariana Ventura y Pablo, hijo de la prostituta.


1994


Federica Finkbein, directora del suplemento puntaesteño del diario La farándula, y productora televisiva, contrata a Leonardo Regusci -que empieza a ser sobrenombrado satíricamente como Jesús de Punta del Este- para cantar en una fiesta nudista: Leonardo sufre una crisis vascular durante la actuación y muere catatónico. Mariana Ventura abandona la prostitución.


1995-98


La Banda del Pez autoproduce un CD de ínfima difusión y se disuelve. Abel Rosso, hijo de Isabelino Pena, publica la nouvelle Jesús de Punta del Este. El texto es adaptado para el cine por un realizador uruguayo que termina traicionando iscarióticamente su propio proyecto, hasta que en 2006 otra clase de artista concretará la filmación de lo que ya es un mito referencial en nuestra cultura matrera del siglo XXI.


2001


Casamar -el celebérrimo laberinto del glamour donde entregó su vida Leonardo Regusci- es comprada por un empresario ítalo-argentino sobrenombrado El Sultán o el Bin Laden.


2002


El Bambino Cardetti -megaproductor porteño idolatrado por sus aquelarres televisivos- y el dueño de Casamar se asocian para tratar de filmar Jesús de Punta del Este, con guión de Federica Finkbein. Isabelino Pena (muerto por primera vez en el 83) es reclamado por Pablo Ventura para protagonizar otro caso-patriada-novela.




UNO: FINAL EN EL OBELISCO (1)
(crímenes y milagros en el 83)




para Pablo Pollovero
primer hincha que pidió la salida
de Isabelino Pena a la cancha

para Celia verdesio
y su santa suavidad




En las trincheras
-lo escribo porque sé-
no hay
ateos.
JUAN DE MARSILIO



¡Y qué interesante es el mundo
cuando uno está a punto de abandonarlo!
TERESA DE LISIEUX




1




Isabelino Pena volvió de recoger el correo en la planta baja y encontró a doña Pura regando un macetón del palier.


-Santa Rosa no falla -sonríe mi vecina de puerta hacia el ventanal neblinoso y después señala el cartel que colgué ayer de tarde: ISABELINO PENA / DETECTIVE DE ALMAS / SE ATIENDE SOLAMENTE A LOS POBRES DE ESPÍRITU. ¿No tiene miedo que se metan nada más que para robarle?


-No. Las cosas que me quedan son del tiempo del jopo. Y además no se olvide que yo primero atiendo por el portero eléctrico.


-Le aclaro que para mí es un honor tener un detective al lado -parpadeó la mujer dulcemente gibosa. -A mí me encantaba Bogart.


-¿Sabe cómo la voy a empezar a llamar si a usted no le molesta, doña Pura? La Dama de Nácar.


-Bueno. Muchísimas gracias.


-¿Sabe que acabo de recibir carta de mis dos hijos el mismo día y me siento un Hombre Nuevo sincronizado con el Gran Tiempo y la Más Dimensión?


-Dónde viven sus hijos.


-En México y en Brasil.


-¿Y se piensan quedar?


-Por un tiempo, nomás. Extrañan demasiado.


-Este barrio es precioso -vuelve a regar la Dama. -Hasta yo oigo los pájaros.


-Nosotros nos mudamos en el 53 -prendió un Republicana el investigador liliputiense. -Era puro arenal.


-Yo le aclaro que a mí me obligaron a mudarme mis sobrinos cuando cumplí noventa y nueve años. Pero estoy encantada.


-Noventa y nueve años.


-¿Y qué voy a hacer? Si uno disfruta -parpadea la Dama y no puedo evitar arrodillarme y besarle los huesitos de la mano libre.


Después Isabelino Pena entró en su living-comedor-oficina y leyó y releyó las cartas de sus hijos escuchando a Mozart.




2




Isabelino Pena le arrimó fuego a una mujer achinada y teñida de rubio que se sentó en la otra mesa a tomar caña con vermut. Ella deja de espejar miopemente el televisor y pita sonriendo:


-Gracias. ¿Qué me contursi? El Wilson se les emperró y salute Parque Hotel. ¿Usted vive por aquí?


-En los bloques del Banco Hipotecario.


-Ah: yo estoy en la Cooperativa de los Portuarios Progresistas. Me tuve que venir por un tiempo a vivir con mi hija y el marido.


El investigador liliputiense le hizo una seña al gordo para que le preparara otra caña doble con fernet. Me doy cuenta que los whiskeros del mostrador ya nos agarraron de punto pero muerdo la pipa vacía sin el menor odio.


-¿Usted para aquí, no? -enderezó de repente su gordura entallada la mujer. -¿No sabe si tendrán interés en contratar una cantante de tangos? A lo mejor los fines de semana podría marchar muy bien.


-No me parece. Esto es un cuchitril. Y además los que se maman con escocés y sueñan con palos verdes son capaces de tomarse cualquier cosa para la farra.


-Sería cuestión de hacer la prueba -porfía Peluca de Oro, soplando el humo hacia el televisor. -Mi novio es guitarrista y apenas pueda zafar de la familia vamos a empezar a trabajar en serio. Tenemos un amigo en Buenos Aires con posibilidades de meterme en Grandes Valores del Tango y todo.


-Cómo te llamás, mija -se acarició el jopo muy engominado el investigador.


-Mi nombre artístico es Denise Pasquet. Pero me dicen Beba.


En ese momento el gordo trae la caña y me contrabandea una guiñada asquerosa.


-Y vos cómo te llamás -sele le aterciopeló la ronquera a la cantante.


-José Ángel Rosso. Pero mi nombre profesional es Isabelino Pena.


Y me zampo media copa y explico:


-Soy detective y escritor de mis propias aventuras. Me decidí a empezar a los setentaiún pirulos.


-Mirá vos. Yo siempre fui fanática de Columbo.


Ahora parpadea con la misma sedosidad de doña Pura y murmuro lagrimeando:


-Vamonós, por favor. Te acompaño a tu casa.


-Terminate la copa.


-No. Pero después de treinta años prometo que voy a terminar de venir a este galpón de Satanás, Negro Jefe.


El viejito se puso el gacho y la gabardina y dejó dos billetes apelotonados.


-Hay que ignorarlos. Son cascarriaje de barrio residencial -le doy el brazo a Peluca cuando los whisqueros nos despiden con una silbatina. -Mirá: en ese caserón que da a Caramurú vive la viuda de Torres-García. Ella tiene PAX-LUX.


-Qué raro hablás, petiso.


El detective y la cantante repecharon la niebla coreando pedazos de Las cuarenta y Uno y al llegar a los bloques Isabelino Pena señaló un gran tacho de basura y dijo:


-Pero tenemos que volver a dar el corazón, hermana.


-No me hablés como un cura.


-Y no encurdarnos con recuerdos nunca más, Peluca de Oro. A la que precisamos es a tu Mujer Nueva.


Entonces ella envejece relampagueantemente y me doy cuenta que tiene algún familiar preso o desaparecido y la acompaño hasta la casa sin agregar ni mu.




3




Isabelino Pena demoró media tarde en contestar las cartas y después bajó a hacer los mandados con una chismosa. En el jardín encuentro a la sobrina de la Dama de Nácar, que chista señalando el tacho número 13:


-Hace como una hora que apareció un bichicome muerto en la vereda. Ya llamamos dos veces a la comisaría pero deben tener las bicicletas pinchadas, estos sinvergüenzas.


El detective casi corrió hasta el círculo de gente y un vecino retomó el sacudimiento de una mueca de circunstancias:


-Se ve que vino a comer a la basura y ahí le dio algo.


Los ojos del caído parecen reverberar en la cumbre de la niebla azulada por el foco mercurial: es un hombre sesentón de escrúpulos rotosos, pero el sobretodo y los vaqueros lo amortajan con demasiada justeza como para no pertenecerle.


-Quién te mató sin que les hagas nada -rezó el viejito antes de sentenciar: -Este hombre no es ningún bichicome. Se ve que cayó al lado del tacho, nomás.


-Clavado. Si era el 13 -me electriza una voz que conozco demasiado.


Algunos vecinos se rieron y otros miraron repugnadamente al hombre-gnomo que siguió viaje por Grito de Gloria mientras aullaba:


-Bajá con forro que hay sopa de almeja, Pepe.


-¿Este no es el famoso Chueco de Maracaná? -queda intrigado el almacenero.


-Sí -escupió en la vereda Isabelino Pena -A veces cae al barrio y lo dejan dormir en El reenganche.


En ese momento aparece la policía y decido ir por última vez al galpón del maligno, aunque antes vuelvo a casa a desempolvar el 32 corto que heredé de mi padre.




4




Isabelino Pena pidió una caña doble y se sentó frente al televisor sin volumen. El Chueco hace delirar a los whisqueros con cuentos de quilombo, hasta que se decide a picanearme:


-Mirá cómo se prendió el enano de jardín. Por lo menos se le paran las orejas, carajo.


-Y ahora que se puso de detective no tiene más remedio que meter la trompa en los cojinches -fregó el mostrador el gordo. -Hay mucho cuerno en danza.


-El Señor es mi pastor -tomo un gran trago de oro.


Entonces el Chueco hizo atorar de risa a los whiskeros poniéndose muy bizco y ordenó:


-Trancá, gordo. Tengo que echarle otro taco a la rubia o se me pianta.


El ex-campeón mundial se balancea hasta el cuartito trasero y enseguida escuchamos el crescendo y el morendo insufrible de la bestia de dos cabezas.


-Che, preciso algún pierna -se asomó por la cortina el veterano de Maracaná, en calzoncillos. -La mina quiere guasca en serio. Dice que se los pasa a todos, lo mismo.


Y tuerce el mascarón con las córneas recvueltas.


-Vo, Pepe: ¿no te animás a pajearla, aunque sea? Me dijeron que es la ordinaria que te llevaste anoche. Hoy apareció otra vez y se me metió en la cucha de prepo.


Isabelino pena se incorporó de un salto y le clavó la 32 en la sien al mestizo:


-Quieto, basura. Y te arrodillás inmediatamente a pedirle perdón a la Virgen en el nombre de TODOS LOS QUE COLABORAMOS CON ESTE CIRCO!!!! QUE SE TE ESCUCHE BIEN. CARAJO!!!!


Pero alguien me hace una llave que me obliga a soltar la pistola y el Chueco la pesca al vuelo y gatillea varias veces apuntándome a la cabeza hasta que lo trincan en patota.


-Era una joda, vo -prendió la luz del cuartito el gordo para mostrarme la cama vacía.


-Sí, ya sé. La pistola también está vacía -la recojo del suelo y me acomodo el gacho. Pero yo me di cuenta que era una joda. Y en cambio ustedes se cagaron todos juntos hasta las patas, perros del Anticristo.



Entonces los whisqueros sueltan al Chueco y lo último que veo es un puño encapuchándome con la fosforecencia del sótano del mundo.

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