8/12/18


DIDI-HUBERMAN
“EL CAPITALISMO ACEPTA LA CRÍTICA CON LA CONDICIÓN DE HACERLA INEFICAZ”
por Elena Pita
(El Mundo / La esfera de papel / 22-10-2018)

El filósofo francés Georges Didi-Huberman está considerado el gran pensador de las imágenes de nuestro mundo. De su significado, del vacío que dejan y de su poder. También tiene algo de oráculo desafiante, capaz de poner en duda las ideas más aceptadas.

De todo ello ha hablado en la Bienal de Pensamiento de Barcelona 2018, en un diálogo reflexivo con Nikki Giannari sobre la condición de los refugiados.

Sabio insobornable; estudioso impenitente que, pese a sí mismo, se ha convertido en objeto de interés de los medios de comunicación a los que, sin acritud pero tampoco desmayo, culpa de hacerle el juego al poder, el poder "hipócrita; liberalista y contrapuesto a la libertad" del capitalismo. A él acudimos los periodistas como a un oráculo, ansiando su lúcido análisis sobre el arte y las imágenes que nos alimentan.

Y él recibe con un disparo seco a modo de pregunta directa: "¿Qué quiere saber?". Y contestas: "Pues me gustaría preguntarle sobre el poder de la imagen, de las artes y la literatura, y su imbricación en nuestra sociedad y nuestra política hoy". Cara de desconfianza ante la periodista, clavada en medio de su estudio, junto al diminuto comedor contiguo a la cocina, las paredes de suelo a techo forradas de libros.

Georges Didi-Huberman (Saint-Étienne, 1953), historiador del arte y filósofo, profesor de la Escuela de Estudios Superiores en Ciencias Sociales y autor de más de una cincuentena de ensayos entre los que se suele destacar La imagen superviviente (editado por Abada), vive en un piso corriente próximo a la plaza de la República, en París; junto a su mujer, su bebé de 11 meses llamado Homero, y una gata bellísima de rayas trazadas a pincel. Atesoran sus paredes alrededor de 45.000 volúmenes leídos que no han satisfecho sus ganas de saber: aún visita con frecuencia la Biblioteca Nacional ("si supiera hasta qué punto somos ignorantes...", comenta el filósofo).


Ha fundido sus dos apellidos con un guion (en Francia basta con el paterno) para "asumir mi naturaleza impura". Didi-Huberman es hijo de padre sefardí de origen tunecino (un pintor que le enseñó su oficio) y madre polaca y judía askenazi, Didi-Huberman se presenta como "un emigrante fruto del encuentro en Francia de mis padres". Y sobre migración y refugiados conversará este lunes el filósofo del arte con la poeta griega Niki Giannari en el Centre de Cultura Contemporània de Barcelona (CCCB), dentro de la Bienal de Pensamiento Ciudad Abierta. Nota: el profesor que no quiere ser llamado profesor prefiere ofrecer en las páginas de La Esfera de Papel una clase magistral pero no de arte, sino de periodismo.


"La imagen dotada de imaginación (deseo) tiene la capacidad de desestabilizar el poder". ¿Es la imagen el poder mismo?


En general, excúseme, los periodistas quieren siempre una respuesta, y jamás hay respuesta.


Tan sólo hacemos como ustedes, los filósofos, preguntamos para intentar hacer reflexionar.


Cierto, la filosofía consiste en preguntar pero la dificultad está en encontrar la pregunta adecuada, y la suya debiera ser: ¿cómo se utilizan las imágenes? La imagen, como la palabra, no es algo único, no es verdad ni mentira, depende de su uso.


¿Y pierde la imagen su poder si el sujeto receptor llega previamente a ella empachado de otras imágenes?


Usted está confundiendo poder con potencial. Las imágenes tienen poder aunque no se las mire; o aunque nos saturen. Pero si uno selecciona una imagen que ha visto, le está otorgando su potencial: su capacidad de influir. Y esto es lo que hay que buscar en las imágenes, su potencialidad, que a veces es en sí misma una crítica al poder.


Hay imágenes que buscan deliberadamente bloquear nuestra imaginación: pienso en una parada militar de Corea del Norte. Pero, también, en la no-política europea sobre la migración...


Imágenes dictatoriales, pero ¿qué relación establece usted entre ambas?


¿Qué es esa (ausencia de) política sino un gran vacío repleto de imágenes y gestos que pretenden indicarnos lo que debemos pensar?


Hay imágenes claramente dictatoriales y otras que lo son, pero no claramente. Y éstas son las del capitalismo. La publicidad también es una imagen dictatorial, pero hipócrita. Quitarle a las imágenes su potencial es una estrategia de poder, y eso es lo que continuamente practican los medios de comunicación. La primera vez que se publicó la fotografía de Capa Muerte de un miliciano, lo hizo Life, enfrentándola a un anuncio de dentífrico, estableciendo una equivalencia insoportable que quiere hacer la imagen inofensiva. El capitalismo acepta la crítica a condición de hacerla ineficaz, lo que constituye una forma de censura. Y ésa es la inmensa responsabilidad de la prensa: el manejo de las imágenes. ¿Cómo se puede informar sobre los terribles sucesos que ocurren en Siria y a continuación dar una receta de pizza? Es escandaloso.

El concepto de pureza es a su juicio la gran mentira aceptada por el colectivo. ¿Le inquieta la creciente reivindicación de pureza y nacionalismo que hoy sufre Occidente?


Estoy a la vez aterrado y encolerizado. Llevo 40 años dedicado al mundo del arte, vivo bien a nivel personal, pero cuanto más veo más me angustio y cada vez relaciono más el presente con hechos históricos. Un historiador del arte trabaja con la belleza, y con frecuencia establece una relación de consolación, pero es muy importante reflexionar sobre el lugar que ocupan las imágenes creadas por el arte en su referencia a lo que yo llamo "lo peor": el arte nunca es inofensivo. Y el mejor ejemplo que jamás haya habido es Goya.


Y ahora que el arte se ha convertido en una mercadería, ¿cuáles son a su juicio los artistas que todavía reflejan mejor la controversia entre las realidades del mundo y el ser humano?


Si uno observa con detenimiento descubre gente fantástica que inventa nuevas maneras de hacer arte. Consiste en saber buscar y no atender simplemente a la corriente general. De nuevo la responsabilidad es de ustedes, los periodistas. ¡Dejen de escribir artículos sobre lo ya conocido y hablen de lo desconocido! ¡Sean valientes!, pues ahí encontrarán el arte. La pureza va muy unida a otro fenómeno que es el consenso. Amélie Nothomb escribe un libro y todo el mundo habla de ello. Pero ¿por qué no miramos más allá? Hay gente mucho mejor. Hace falta la valentía de elegir y amar lo que es diferente, y ése debiera ser vuestro oficio: hacer aparecer lo que no es aparente.


¿Podría dar alguna pista concreta que marque esa diferencia en el arte de hoy?


En la exposición que hace unos años comisarié, Levantamiento, encontré muchísimos artistas jóvenes en cada uno de los países donde se mostró. Y entre los consagrados, citaría a Gerhard Richter. El Reina Sofía que dirige Borja-Villel nos permite descubrir continuamente nuevos artistas interesantes. Es la antítesis de ciertos museos esnobs, como por ejemplo el Centro Pompidou.


¿Es cierto que se propuso ser historiador del arte para encontrar la salvación del mundo?


¿Yo? No sé quién habrá podido escribir algo así, porque sucede justamente lo contrario: el arte es una práctica de la libertad que no es posible si uno no se preocupa de la libertad de los otros. Inventando nuevas formas el arte nos descubre nuevos pensamientos. Y sí puede ayudarnos a pensar de forma diferente, pero no nos salva ni nos redime de nada. El arte no aporta ninguna solución.


La pregunta, totalmente naif, era si el arte puede hacer algo para cambiar el mundo.


Sí, pero solamente algo parcial.


¿La forma de ver el mundo?


Sí, eso es. Depende de cómo uno mire el Guernica puede cambiar su forma de pensar en lo que realmente ocurrió: hay que buscar, pero nada nos aporta una solución total.


¿Tiene sentido hoy seguir hablando de sublevación, de revolución?


La sublevación no cesará jamás en el mundo: es inherente al deseo de emancipación y libertad. Aparece aquí, se la sofoca, y surge por otro lugar. Pero la revolución es algo completamente distinto: es la sublevación que logra sus objetivos y se instituye como Estado.


¿El feminismo es hoy una sublevación necesaria? ¿Podría ser la próxima revolución?


El feminismo es una causa fundamental, pero repito: ¿qué uso hacemos de él? El feminismo anglosajón de identidad, que se aísla en su lucha, no me interesa demasiado porque se aparta del resto de cuestiones derivadas de la opresión, como el racismo, la pobreza, la desigualdad, etcétera. Las reivindicaciones han de ser consideradas en su relación con el resto.


¿Se refiere al movimiento #MeToo? ¿Cree que aísla su reivindicación?


¿Todo eso del Facebook? [Dibuja el símbolo de un hashtag] ¿Eso? No puedo responder: escucho sobre ello, pero en mi vida he visto una página de Facebook ni una de Twitter, y no me vanaglorio de ello, más bien me excuso, pero veo a mi alrededor tanta gente que pierde su potencial con esa comunicación a ultranza... La cuestión no es comunicar, sino fabricar los objetos públicos. En mi caso, escribir libros. Y luego que la gente haga lo que quiera con mi trabajo. En mis libros todo está muy claro. Hay una decisión de pensamiento, no cambian de opinión todos los días, como sucede con ese tipo de comunicación excesiva, porque si uno no toma decisiones es políticamente ineficaz.


Repite con frecuencia que la historia es siempre cruel. ¿Tal es la naturaleza humana?


[Emite una exclamación de horror, un ¡Agh!]. Es la pregunta de un niño a la que soy incapaz de responder. Bergson habla mucho de los "falsos problemas".Y ése es un ejemplo: ¿es interesante establecer si el hombre es bueno o malo por naturaleza? Nunca lo sabremos, depende de las condiciones.


¿Qué tipo de literatura le ha hecho a usted "humanamente hombre"?


Kafka, Georges Bataille, Baudelaire, y muchos poetas... Y, sobre todo, muchos filósofos; menos novelistas. Lo que le hace a uno humano no es leer un libro, sino una biblioteca. Y no es difícil, simplemente necesitas tiempo.


¿El humor ha sido censurado?


El humor no se puede censurar simplemente porque reside en el inconsciente, que por mucho que lo censures siempre logra resurgir. Felizmente, porque el humor es importantísimo.


¿Hace cuánto tiempo que no lee la prensa?


Leo los diarios pero jamás las revistas, porque la información que aportan o es excesiva o insuficiente. Y cuando veo la televisión me siento consternado y cada vez más colérico.

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