ESTÉTICA DE LA CREACIÓN VERBAL
(siglo XXI editores / 1982)
Traducción de Tatiana Bubnova
CENTÉSIMA ENTREGA
EL PROBLEMA DEL AUTOR (12)
4
/ 4 Tradición y estilo
Nos queda tocar brevemente
el problema de la correlación entre el espectador y el autor que ya hemos
tocado en los capítulos anteriores. El autor posee autoridad y el lector lo
necesita no como una persona, no como otro hombre, ni como un héroe, ni como un
determinismo del ser, sino como un principio a que hay que seguir (sólo
un examen biográfico del autor lo convierte en héroe, en un hombre determinado
en el ser al que se puede contemplar). La individualidad del autor como creador
es creativa y de un orden especial extraestético; es una activa individualidad
de visión y estructuración, y no una individualidad visible y estructurada. El
autor llega a ser un individuo propiamente dicho sólo allí donde referimos a él
el mundo individual de héroes creados por él o donde él es parcialmente
objetivado como narrador. El autor no puede ni debe ser definido por nosotros
como persona, porque nosotros estamos en él, vivenciamos su visión activa; y
sólo al término de la contemplación artística, o sea cuando el autor debe
dirigir activamente nuestra visión, objetivamos nuestra actividad vivida bajo
su orientación (nuestra actividad es la de él) en cierta persona, en la faz
individual del autor, que a menudo colocamos gustosamente en un mundo de héroes
creador por él. Pero este autor objetivado que deja de ser el principio de la
visión es diferente del autor como héroe de una biografía (que es una forma que
carece de principios científicos). El intento de explicar a partir de su imagen
individual el determinismo de su creación, de explicar a partir del ser la
actividad creadora: en qué medida es posible esto. Así se define la situación y
el método de la biografía como forma científica. El autor ante todo debe ser
comprendido a partir del conocimiento de la obra como su participante, como el
director autoritario del lector. Comprender al autor en el mundo histórico de
su época, su lugar en la colectividad social, su situación de clase. Aquí
rebasamos los límites del análisis del acontecimiento de la obra e ingresamos
en los dominios de la historia; un examen netamente histórico no puede dejar de
tomar en cuenta todos estos momentos. La metodología de la historia literaria
está fuera de los propósitos de nuestro trabajo. Dentro de la obra, el autor es
para el lector el conjunto de principios creativos que deben ser realizados, la
unidad de los momentos transgredientes de la visión activamente referidos al
héroe y su mundo. Su individuación en tanto que hombre es un acto creativo secundario
del lector, del crítico, del historiador, independiente del autor en tanto que
principio activo de la visión, que es acto que lo vuelve pasivo a sí mismo.
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