SAN
JUAN DE LA CRUZ
LLAMA
DE AMOR VIVA
OCTOGESIMOTERCERA
ENTREGA
CANCIÓN TERCERA (10)
¡Oh lámparas de fuego,
en cuyos resplandores
las profundas cavernas
del sentido
que estaba oscuro y
ciego,
con extraños primores
calor y luz dan junto a
su Querido!
DECLARACIÓN
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Volvamos pues, ahora al propósito de estas profundas cavernas de las
potencias del alma en que decíamos que el padecer del alma suele ser grande
cuando la anda Dios ungiendo y disponiendo con los más subidos ungüentos del
Espíritu Santo para unirla consigo. Los cuales son ya tan sutiles y de tan delicada
unción, que, penetrando ellos la última sustancia del fondo del alma, la
disponen y saborean, de manera que el padecer y desfallecer en deseo con
inmenso vacío de estas cavernas es inmenso. Donde debemos de notar que, si los ungüentos
que disponían a estas cavernas del alma para la unión del matrimonio espiritual
con Dios son tan subidos como habemos dicho, ¿cuál pensamos que será que será
la posesión de inteligencia, de amor y gloria que tiene ya en la dicha unión con
Dios el entendimiento, voluntad y memoria? Cierto, que conforme a la sed y
hambre que tenían estas cavernas será ahora la satisfacción y hartura y deleite
de ellas, y conforma a la delicadeza de las disposiciones será el primor de la
posesión del alma y fruición de su sentido.
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