MORIR CON APARICIO
HUGO GIOVANETTI VIOLA
VIGÉSIMOSEXTA
ENTREGA
CUARTO (2)
CUANDO cruzaron el
Daymán junto con el coronel Muñoz y su ayudante ya había vadeado casi todo el
ejército y antes de que vadearan la otra orilla los salpicó una bala de cañón
que picó en unas laguna sobre la izquierda hubo otros cuatros tiros aunque sin
consecuencias Es el machito nuestro dijo Lucas jadeándote en la oreja En fija
que perdimos el cañón que garreamos en Fray Marcos y vaya a saber cuántas
carretas del Parque estos Bichos de mierda me ensartaron el brazo A mí el
tobillo izquierdo dijiste Aunque al principio parecía una mordida mientras
sentías arder una segunda espuela engarfiada en la carne y el hormiguear del
miedo bombeado por tu estómago cuerpo arriba y abajo mientras la División se
reagrupaba para tomar distancia dentro de aquel ejército en total desorden allí
fue que Lussich les hizo la primera cura y los mandó seguir para no perder
tiempo hasta que fueran recogidos por alguna carreta vos tenías orificio de
salida y muy poca hemorragia pero el brazo de Lucas parecía desguazado por un azadón
Felicitaciones los consoló Lussich Acaban de contener nada menos que al Secxto
de Caballería pronto tuvieron suerte y se apelotonaron en una carreta donde fue
más profunda la sensación de abrigo que el horror de encontrar un hombre
desangrándose y otro regurgitando un ininterrumpido aullido con timbre de fagot
y dormiste profundo hasta que el primer chucho te hizo saltar palpándote el
pulso crepitante que te hinchaba las vendas Mala señal pensaste sumergido en un
caldo de sudor congelado Lucas se había dormido y los otros dos hombres apenas
respiraban de repente escuchaste una voz enronquecida y aflautada y jadeante
preguntando al final de un retumbar de cascos Ha visto coronel lo que pasa y
agregando con furia Qué cadetada he cometido No se ofusque General y tratemos
de salvar el ejército contestó el coronel Y adónde vamos ahora preguntó el
General No sé dijo Muñoz Sólo voy marchando para alejarnos del enemigo Y adónde
nos llevará este camino Por aquí no conozco preguntemos en aquella estancia y
escuchaste el galope chapoteante de Muñoz y Saravia y volviste a palpar aquel
aire siniestro que te hinchaba la pierna Esto ha de ser gangrena columbraste
arreciado por un chucho solemne Doctor Lussich gritaste hasta perder la voz
cuando cayó la noche sobre la retirada del Ejército Nacional Revolucionario Voy
a morir nomás razonaste con incredulidad y al acampar supiste que Lussich no
había vuelto de hacer la recorrida Lucas se despertó pero apenas hablaron
después de recibir doble ración de agua porque los otros dos ni siquiera
tragaban y escrutaron la luminosidad de un fogón culebreante que se amustió
enseguida para dejarle paso a rabiosos relámpagos que explotaban como auras de
magnesio sobre el hombre encharcado en sangre estropajosa y el del aullido con
timbre de fagot Vamos che dijo Lucas No te va a pasar nada Te parece que lloro
solamente por mí preguntaste llorando: Volvieron a marchar antes de que
aclarara y Lussich se les reunió recién por el camino porque se había perdido
al terminar la recorrida y tuvo que encontrar la División a la luz de los rayos
durante aquellas horas en las que te amansaste balanceando tu vida sin
desesperación ni furia ni esperanza Lo que importa es haber peleado por mi
gente repensabas palpando cada pocos minutos la hinchazón crepitante Y haber
tenido un amor de verdad: Hay que cortar la pierna lo antes posible dijo
Lussich después de revisarte y vos no protestaste porque hacía demasiadas horas
que estabas afiebrado ensopado achuchado lacerado y cagado y cuando te
abrasaron la fetidez del buche con un farol de caña viste cómo Sabino empezaba
a caminar empecinadamente por la pampa leonada del Río de la Plata con Natacha
dormida colgándole de un hombro en dirección a vos mientras te serruchaban los
quilómetros blandos de la pierna anteriores al hueso Hay que vadearlo igual
dijo la voz del general Saravia Y no nos será posible despuntarlo o encontrar
algún paso más arriba mi General le preguntó Muñoz Solamente saliendo para
atrás reflexionó Aparicio Pero nos acercaríamos como a una legua y media de Muniz Creo
preferiblemente eso que cruzar aquí le aconsejó Muñoz Se va ahogar mucha gente
y perderemos muchas armas y esa será la más grande y verdadera derrota Muy bien
dijo Aparicio buscaremos un baqueano y esperaremos la noche para operar entonces
se te formó aquel rostro tan parecido al tuyo sobre la superficie interior de
la herida aunque alargado y verde y con algo de lobo Este gaucho gordito se
creía que era un jefe revolucionario y él mismo vio venir las avanzadas del
Tobiano y se emperró en porfiar que eran cuatro vacas locas igual los tenía a
ustedes para carne de cañón y ahora se escapará por la frontera o amañará algún
pacto con Batlle y Ordóñez para seguirse forrando allá en el Cordobés decía la
voz del otro Lucas gritaste Lucas entreabriendo los ojos mientras un insondable
dolor te asaba vivo del muñón a la ingle pero Lucas todavía descansaba hundido
en el desmayo que le provocó el corte de su brazo derecho y los otros dos
hombres seguramente ya estarían bajo tierra entonces manoteaste el cintillo Y
ella qué nos importa te arengaron los dientes del Otro Ella no va a pensar en
vos la noche que se case imaginatelá machihembrada con otro decía Otro Pensá
pero vos acezabas conteniendo los músculos de la imaginación y Sabino emergió
surcando los trigales con Natacha colgándole de un hombro aunque faltaba mucho
para tenerlo cerca Falta mucho pensaste Hay que aguantar pensaste y el otro
sentenció Todo es horrible Justo no hace falta la guerra para darse cuenta de
eso Lucas gritaste Lucas y entreabriste los ojos para verlo empozado en un
claror lunar filtrado en pleno día Todavía siento el brazo Justito se quejó Vos
cómo te sentís Bien ronqueaste orejeándolo con el rabo del ojo No te vas a
morir pensaste Estás salvado pero más asustado que caballo en batalla y una
mezcla de compasión y orgullo te obligó a levitar sobre la gusanera para
ofrecer la mansa heredad del amor Hay que portarse bien muchacho murmuraste
tratando de sonreír aunque un chucho solemne te desflecó la boca El General
acaba de ordenar que reforcemos a Nepomuceno en la vanguardia dijo Lucas
nervioso No escuché contestaste Estabas delirando dijo Lucas Por eso no
escuchaste El general acaba de mandar mensajero para pedir tiradores porque
parece que esta noche vamos a contramarchar por atrás del Tobiano Ya sé hermano
ya sé lo interrumpiste asqueado aunque no le dijiste Me importa un real carajo
esta guerra de mierda y cerraste los ojos para ver galopar el cadáver indómito
de Aparicio Saravia en la línea de fuego Da lo mismo morir por Aparicio que
reventar cinchando en cualquier otra cosa te consolaba el Otro rezumaba una
baba verde por el hocico Morir con Aparicio
corregiste Es lo mismo porfiaba el Otro igual todo termina en nada vos que no
creés en Dios lo tendrías que saber Creo en Sabino porfiaste y de golpe lo
viste volar a ras de tierra y escuchaste la tos perruna de Natacha Falta poco
pensaste Hay que aguantar pensaste Pero si eso que ves no es nada más que un
espejismo se rio el Otro Es un hombre murmuraste Un hombre mientras la palidez
de tu hermano se instalaba jadeando sobre tu sesgo izquierdo Por qué hay que
sufrir tanto Sabino preguntaste y él descargó a Natacha y te mostró las llagas
de los brazos sin contestarte nada La Flor gritaste Hermano descolgame esa
estrella de allá arriba y metémela en la boca y él desprendió la chispa que te
sobrevolaba y la posó en tu lengua para que paladearas la blancura inmortal Hay
que resucitar dijo entonces el hombre y tu pierna volvió suavemente a su sitio
aunque era de otra carne invulnerable al tiempo y al absurdo y al mundo
entonces sonreíste.
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