SEIS POEMAS INÉDITOS DE ANDREA ESTEVAN
Andrea Estevan
(Uruguay, 1974) ha publicado el poemario Madrelengua
(Ediciones de la Crítica, 2011), coordina junto a Alicia Preza el ciclo el ciclo de tertulias literarias “La Pluma
Azul” y participará como invitada, junto a Eduardo
Nogareda y Horacio Cavallo, en
el segundo recital del ciclo “Rumor de hipnótico concierto” (que organizan Vitanova Producciones y Pocitos Libros) a realizarse el viernes
15 de junio. Los textos que presentamos pertenecen al poemario inédito Cuatro lunas en París.
Tal vez el azar nos abrace
traspase
trescientos treinta y seis días
nos
bese el cuello
nos
tuerza con su lengua
la
mujer asoma
por
el ojo de una aguja
mujer
de blanca espalda
mujer
sin tacto
mujer
casi transparente
mujer
sin paredes ni techo
mujer
de labios ilesos
lúcida
insinuadora
mujer
semipenumbra
mujer
de miel
mujer
pétalos erizados
mujer
irisada
la mujer pasa por detrás
se
sitúa a la sombra del hombre
dispara
su luz
lo
eclipsa en forma de anillo
mujer
menguante
mujer
nueva
mujer
creciente
mujer
llena
Tendida en su cama
una
mujer desnuda canta
late
desliza su lengua
precipita
mi pavimento
espiral
traza mirada vacía
me
ve mirándola
comienza
a moverse
muy
lentamente
resbaladiza
superficie
las
luces se ocultan húmedas
al
aire libre de París
puerta
de cuarto sin lluvia
entro
su
boca de pez sin paz
me traga
Quisiera
salir dejar sobre la mesa
la mayor
cantidad de palabras
hacer
visibles las moléculas
calor de
mi cuerpo entre tus manos
despertar
te en mi abrazo
trazo tus
células con mi identidad
Rue
Racine Stella Hotel
me
aproximo a la zona
tu
distancia me cerca
admiro tus
detalles
sobre mi
espalda tu voz
roza
amable y casual
no quise
insistir
me acucian
tus labios
ya desnuda me duermo
Nos
separa la fase siguiente
la
infinidad de tiempo
la
contingencia de espacios
la
precedencia
la
intuición irrealizable
en pocas
palabras
con todos
sus matices
al modo de
Rimbaud
“transformar la vida”
la poesía
de todos los modos
doblegándonos
Poseía casi todo
cuerpo
blanco
lánguido
silencio
silencio
hielo de Mallarmé
la
luna revela su raza
arrastra
red a su presa
reduce
todo a cero
encela
la escena platónica
oficio
del vicio se inicia
teme
entregarse a su arte
penetrar
sin dejarse penetrar
la
belleza no es encuentro casual
aunque parezca
La Luna golpea mi espalda
no
respondo a su vértigo
siempre
se re-hace y crece
golpea
golpea golpea
no
respondo
la
mujer envejece se hace niña
gota
que muere de sal
el
Sena es una boca muda
llena
de recuerdos
de
lo nunca sucedido
verso
sin revés anverso continuará
mujer
amante verso interminable
cuando
la tarde se haga noche
desdicha
hecha silencio/ lo presiento
será en otra luna lo otro
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