MARINA POSE
FOTOGRAFIAR Y RECREAR LAS
MORADAS DEL AIRE
La fotógrafa y plástica multimediática
Marina Pose realizó sus primeras
muestras en el Uruguay a partir de 1983 (Manos,
El hombre y su medio ambiente, XLV Salón Aniversario del FCU) y a partir de 1986 se radicó en España, donde
continuó exponiendo durante veinte años (Agrupación
fotográfica de Canillejas, El color
de Madrid, Retratos, Fotógrafos contra
la tortura, Moradas del aire y 1ra Bienal de Arte Contemporáneo
Internacional).
Después del retorno al Uruguay
en 2006, ha participado en exposiciones colectivas (Mujer y punto, Mujeres
uruguayas II) y montado nuevas muestras individuales (Analema, Asuntos vidriosos
y Gatos Pardos), además de seguir
desempeñándose como ilustradora, videísta, productora y co-conductora, junto a Eduardo Nogareda, del programa radial El truco de la serpiente (Emisora del
Sur, SODRE).
Durante su estadía en Madrid fue
coordinadora de la Escuela de Teatro
TEFA y realizó un espectáculo junto a Olga
Manzano y Manuel Picón.
Actualmente está preparando la
muestra Fotograma 2013, habiendo
también sido invitada para exponer ese mismo año en Quito junto con las
fotógrafas uruguayas que integran el Taller
Aquelarre.
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¿En qué momento de tu vida
decidiste dedicarte al quehacer fotográfico en forma vocacional y profesional?
La verdad que no sabría fijar un momento en especial, me gustó hacer
fotografía desde muy pequeña. Tenía un tío que siempre estaba con la cámara
haciendo fotos de familia, y sobre todo de nosotros, los más pequeños. Hasta el
día de hoy conservo muchas de esas imágenes en blanco y negro. O sea que
vocación, creo, tuve siempre, como que nací con ella. En cuanto a dedicarme
profesionalmente, posiblemente fue cuando me decidí a estudiar fotografía, allá
por los 80, en el Fotoclub Uruguayo. Allí me di cuenta de que hacer fotos es
una cosa seria y un medio de expresión artística extraordinario. Incluso a nivel personal me
abrió caminos. Yo era muy tímida y el hecho de tener una cámara en la mano me
daba una enorme seguridad en mi misma.
Sabía que lo que hacía estaba bueno, me gustaba, en fin, funcionaba muy bien
aquello
¿Cuándo empezaste a sentir la
necesidad plástica de transformar el campo de la toma fotográfica en un espacio
re-estructurado y re-texturado para expresar con más poder de hipnosis tus
“facciones espirituales”?
Independientemente de la fotografía, me sedujeron siempre las formas
estéticas y las expresiones plásticas. Cuando estaba en 4ºaño de escuela, lo
que más feliz me hacía era que la maestra nos mandara a escribir redacciones, porque allí tenía la posibilidad de hacer ilustraciones con volúmenes, texturas,
colores irreales, collages, diría yo. Aquella maestra me apoyó mucho en esta
iniciativa mía. Luego, con los años, ya dedicada a la fotografía, y estando
fuera del Uruguay, en España, me surgió
la posibilidad de hacer mi primera muestra individual en Madrid y como contaba
con muy pocos medios económicos para montar los cuadros clásicos con sus paspartús,
sus marcos y sus vidrios, busqué un camino alternativo que no desluciera el
trabajo, que quedara a la vez creativo, original. Y así, empecé a montar en
cartones, cajas, cilindros, maderas y diferentes objetos, (¡incluso en una
guitarra!) que remozaba o restauraba con lacas, betunes…. A veces la imagen
fotográfica era alcanzada y manchada por estos elementos o por tintes
especiales. En realidad no había inventado nada nuevo, era una forma de instalación, pero en aquél momento
despertó especial interés y yo sentí que eso era lo que más me gustaba hacer. No
sé si mi espíritu quedó hipnotizado con ello, pero yo encontré un camino que me
hace bien recorrer sin abandonar tampoco las otras formas sencillas de mostrar
una imagen.
Durante tu estadía de veinte
años en España -de 1986 a 2006- profundizaste un vínculo con el teatro que ya
se había iniciado en el Uruguay, llegando incluso a incursionar en la actuación
y en la docencia. ¿Cómo funcionó la interacción dialéctica entre el lenguaje
plástico y el actoral?
Durante mi estadía en España yo tuve la oportunidad de acercarme al
teatro, ya del lado de adentro. En Uruguay fui siempre una mera espectadora y
lo más cerca que estuve de él fue haciendo fotografías, por ciertos a
grandes artistas como China Zorrilla o Dahd
Sfeir, cuando pudieron volver a los escenarios en Uruguay, año 85. Siempre me
gustó, pero creo que si no me hubiese ido de mi país, nunca se me hubiera
ocurrido subir a un escenario. En Madrid, con Eduardo Nogareda, el amor de mi
vida, y por quien emigré, conocí a gente como Olga Manzano y Manuel Picón, y
con ellos trabajé unos 10 años en su escuela TEFA (taller de ensayo y formación
del actor. Esta etapa de mi existencia, fue fundamental para mí, yo sería otra
persona si no hubiese tenido esa oportunidad. El lenguaje plástico y el
actoral, son para mí casi lo mismo, hasta sin el casi, el teatro es plástico,
es estético, es mostrar con el cuerpo, o con el gesto, y con la palabra un
sinfín de imágenes. Tú no puedes leer un poema, o decir un texto si no
trasmites imágenes. Y eso de trasmitir imágenes, es lo que yo hago con la
cámara. Hasta la postura para hacer una foto, el desenfado para hacer un encuadre,
la relación con el objeto o con el modelo, es teatral. Siempre hacemos teatro.
Y como el teatro ayuda a superar el
sentido del ridículo, hace que te liberes a la hora de captar una imagen,
porque eso no solo se logra con la cámara, que en realidad no es más que una
herramienta, sino que el mejor resultado, creo yo, se da cuando te involucras
con tu cuerpo y todos tus sentidos.
¿Cuáles son tus próximos
proyectos, tanto a nivel individual como integrada al Taller Aquelarre?
Mis proyectos ahora mismo están enfocados a dos muestras, una es Fotograma 2013, donde espero exponer
como en los períodos anteriores, y la otra un poco más próxima, pero también
para el 2013, abril y mayo, será en el Centro Cultural Metropolitano en Quito, Ecuador
por invitación de nuestra Embajada en ese país. Para esta muestra he invitado a
siete fotógrafas uruguayas: Manuela Aldabe, Nancy Urrutia, Elisa Pintado,
Annabella Balduvino, Marta Pagliano, Lilián Castro y Ana Casamayou. Todas
excelentes profesionales de nuestro medio que contamos con el apoyo invalorable
del Taller Aquelarre.
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