ALBERTO METHOL FERRÉ
LOS ESTADOS CONTINENTALES Y EL
MERCOSUR
TERCERA
ENTREGA
LA CONFUSIÓN CONTEMPORÁNEA EN TORNO
AL CONCEPTO DE ESTADO-NACIÓN (2)
J. Ramiro Podetti
El
resto de los interlocutores de Methol pueden agruparse en seis instancias bien
diferenciadas, que marcan el ritmo de sus reflexiones, por momentos más veloz
de lo que una lectura comprensiva desearía.
1)
La primera corresponde a la inteligencia estratégica de las empresas mundiales,
representada para el caso por el ingeniero japonés Kenichi Ohmae y el abogado y
economista austríaco-estadounidense Peter Drucker, ambos con larga y preferente
dedicación a la consultoría de empresa y el management.
Han sido elegidos como representantes de dos posiciones opuestas con relación a
la situación actual del Estado-Nación y su futuro esperable, con el fin de
dotar de un marco general al tema del libro.
2)
La segunda corresponde a los estudios sobre la nación y el nacionalismo,
provenientes de distintas disciplinas. En primer lugar aparecen el antropólogo
checo-británico Ernest Gellner y el teólogo belga-brasileño José Comblin (este
último con una única obra sobre el tema, pero a la que Methol adjudica
importancia). Pero en el diálogo con Gellner y Comblin se incluye un amplio
espectro de otros autores: los historiadores estadounidenses Hans Khon y
Carlton Hayes (a quienes algunos atribuyen la fundación de los estudios rigurosos
sobre el nacionalismo), el historiador marxista británico Eric Hobsbawn, la
historiadora marxista francesa Claudie Weill, y James Kurth, prominente miembro
del establishment conservador
estadounidense, politólogo doctorado en Harvard bajo la tutoría de Samuel
Huntington y profesor de Estrategia en la Escuela de Guerra Naval de Estados
Unidos. Desde posiciones tan distintas, Hobsbawm y Kurth resultan funcionales a
Methol para la presentación del “principio del umbral”, o escala mínima
necesaria para la sustentabilidad del Estado-Nación, del que hace reiterado uso
en el texto. Por último habría que señalar que la elección del ya mencionado
José Comblin se debe no solo a la calidad de su obra Naçâo e nacionalismo, sino a que sintetiza muy bien la producción
de varios otros autores relevantes, y especialmente la de algunos “isebianos”,
miembros del célebre Instituto Superior de Estudios Brasileños (ISEB); Helio Jaguaribe,
Álvaro Vieira Pinto, Alberto Guerreiro Ramos, Cândido Mendes de Almeida y
Roland Corbisier. Aunque parezca larga, la lista no agota los autores aludidos
en torno a la nación y el nacionalismo.
3)
Los siguientes interlocutores provienen del campo en el que Methol deposita la
principal responsabilidad sobre los estudios globales, la geopolítica. Hay
nuevamente un interlocutor principal, Hans Weigert, de quien señaló en algunas
oportunidades que la lectura de Geopolítica,
generales y geógrafos le permitió confirmar el concepto de “Estados
Continentales”, luego de haberlo leído por primera vez en el artículo de Juan
Domingo Perón “Confederaciones continentales”, publicado en 1951. Cabe señalar
que Geopolítica, generales y geógrafos se
publicó en Estados Unidos en 1942 y su versión castellana, editada en México
por el Fondo de Cultura Económica, estuvo disponible al año siguiente. Hans
Weigert se formó en la escuela de Karl Hauschofer, el padre de la geopolítica
alemana, pero al subir Hitler al poder se marchó al exilio. Luego de un paso
por Inglaterra donde tomó contacto con Halford Mackinder, se radicó en Estados
Unidos como profesor de Geografía y Relaciones Internacionales y cumplió un rol
importante en el desarrollo de la geopolítica norteamericana. En realidad a
poco de avanzar en la lectura se advierte que Weigert aparece fundamentalmente
para presentar la tesis de Friedrich Ratzel, pensador alemán que junto a
Alexander von Humboldt y Carl Ritter (ambos también mencionados en el libro) es
uno de los fundadores modernos de la Geografía. Methol aludió en sus últimos
años reiteradamente a Ratzel, adjudicándole un sitio de privilegio en la
formación del concepto de “Estado-Continental”. Sus restantes interlocutores
geopolíticos son aquí Halford Mackinder -para cuya visión global tampoco
escatima elogios-, el almirante Alfred Mahan, padre del pensamiento naval
estadounidense, y el jurista y filósofo alemán Carl Schmitt.
4)
Una cuarta instancia proviene de la economía. Específicamente interesan a
Methol los teóricos de la Revolución Industrial y el interlocutor privilegiado
en este caso en el alemán Friedrich List, de quien se cita en varias
oportunidades su Sistema Nacional de
Economía Política. Pero reconociendo siempre la paternidad sobre sus ideas
de Alexander Hamilton y el célebre Report
on Manufactures de 1792, documento fundador del llamado Sistema Americano
de Economía Política. Naturalmente aparecen otros integrantes de la línea
hamiltoniana, como Mathew Carey, Henry Clay y por último el padre del
panamericanismo, James Baine.
5)
La quinta instancia es la del pensamiento latinoamericano, con la inclusión del
antecedente del “iberismo” peninsular. Aquí el interlocutor principal es Juan
Domingo Perón, a quien Methol atribuye haber definido por primera vez el camino
principal de la integración de la América del Sur, y por tanto una estrategia
práctica para su realización: la unidad argentino-brasileña, frente a “las
monsergas del latinoamericanismo declamatorio”. (2) Como antecedentes aparecen
algunos hombres de la generación del novecientos: el uruguayo José Enrique
Rodó, el argentino Manuel Ugarte y el peruano Francisco García Calderón, que
Methol considera fundadores del latinoamericanismo como proyecto de reunificación
continental. Otros interlocutores importantes de la reflexión de Methol en este
campo son el economista argentino Alejandro Bunge y los chilenos Eliodoro
Sánchez y Guillermo Subercaseaux, protagonistas de los primeros proyectos de
unión aduanera en el Cono Sur. A continuación aparece Mario Travassos, que
recibió la influencia de Ratzel a través de su principal difusor en el mundo
iberoamericano, el español Carlos Badía Malagrida. Finalmente aparecen dos
protagonistas de la primera oleada integracionista de los sesenta: Felipe
Herrera y Raúl Prebisch. No podría omitirse, entre los antecedentes relevantes
del pensamiento latinoamericano en materia de política continental a Juan
Bautista Alberdi, a quien Methol adjudica la más profunda conciencia sobre la
cuestión en el siglo XIX, estableciendo un paralelismo con Felipe Herrera en el
siglo XX.
6)
Por último una sexta instancia está representada por el pensamiento estratégico
estadounidense contemporáneo. El análisis que propone Methol se instala
naturalmente en el mundo de la posguerra fría, y desde ya considera que los intentos
más interesantes de comprensión del mundo actual provienen de Estados Unidos,
por la sencilla razón de que el triunfo en la Guerra Fría lo dejó
paradójicamente obligado a tener la visión mundial más penetrante. Aquí los
interlocutores más apreciados son Henry Kissinger y Zbigniew Brzezinski, pero con
quien finalmente más dialoga es con Samuel Huntington.
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