PAULO
FREIRE
CAPÍTULO 1 (7)
PEDAGOGÍA
DEL OPRIMIDO
DECIMOQUINTA ENTREGA
Es
interesante observar la advertencia que hace Lukács (12), al partido
revolucionario sobre que “…debe, para emplear las palabras de Marx, explicar a
las masas su propia acción, no sólo con el fin de asegurar la continuidad de
las experiencias revolucionarias del proletariado, sino también de activar
conscientemente el desarrollo posterior de estas experiencias”.
Al
afirmar esta necesidad, Lukács indudablemente plantea la cuestión de la
“inserción crítica” a que nos referíamos.
“Explicar
a las masas su propia acción” es aclarar e iluminar la acción, por un lado, en
lo que se refiere a su relación con los datos objetivos que le provocan y, por
otro, en lo que se dice respecto a las finalidades de la propia acción.
Cuanto
más descubren, las masas populares, la realidad objetiva y desafiadora sobre la
cual debe incidir su acción transformadora, tanto más se “insertan” en ella
críticamente.
De
este modo, estarán activando “conscientemente el desarrollo posterior” de sus
experiencias.
En
un pensar dialéctico, acción y mundo, mundo y acción se encuentran en una
íntima relación de solidaridad. Aun más, la acción sólo es humana cuando, más
que un mero hacer, es un quehacer, vale decir, cuando no se dicotomiza de la
reflexión. Esta última, necesaria a la acción, está implícita en la exigencia
que plantea Lukács sobre la “explicación a las masas de su propia acción, como
se encuentra implícita también en la finalidad que él da a esa explicación -la de
activar conscientemente el desarrollo
posterior de la experiencia”.
Para
nosotros, sin embargo, el problema no radica solamente en explicar a las masa sino
en dialogar con ellas sobe su acción. De cualquier forma, el deber que Lúkacs
reconoce al partido revolucionario de “explicar a las masas su acción” coincide
con la exigencia que planteamos sobre la inserción crítica de las masas en su
realidad, a través de la praxis, por el hecho de que ninguna realidad se
transforma a sí misma. (13)
La
pedagogía del oprimido que, en el fondo, es la pedagogía de los hombres que se
empeñan en la lucha por su liberación, tiene sus raíces allí. Y debe tener, en
los propios oprimidos que se saben o empiezan a conocerse críticamente como
oprimidos, uno de sus sujetos.
Ninguna
pedagogía realmente liberadora puede mantenerse distante de los oprimidos, vale
decir, hacer de ellos seres desdichados, objetos de un tratamiento
humanitarista, para intentar, a través de ejemplos sacados de entre los
opresores, la elaboración de modelos para su “promoción”. Los oprimidos han de
ser el ejemplo de sí mismos, en la lucha por su redención.
Notas
(12)
George Lukács, Lénine, en Études et Documentation Internationales, Paris,
1965, p. 62.
(13)
“La teoría materialista de que los hombres son producto de las circunstancias y de la educación, y de que, por lo tanto, los
hombres modificados son producto de
circunstancias distintas y de una educación distinta, olvida que las
circunstancias se hacen cambiar precisamente
por los hombres y que el propio educador necesita ser educado.” Marx, Tercera tesis sobre Feuerbach, en
Marx-Engels, Obras escogidas, Editorial
Progreso, Moscú, 1966, t. II, p. 404.
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