18/4/18



CONFIESO QUE HE MORIDO

ISABELINO PENA detective de almas 3 / 4


primera edición WEB



DECIMONOVENA ENTREGA



DOS: LA REPÚBLICA DE LOS PINGÜINOS (2)

(el corralito secreto de los nuevos mafiosos)



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Isabelino Pena vio venir a Mariana con una sábana y dos cinturones y tuvo que taponearse un corto circuito de estornudos sin moco.


-A ver -le pide a la actriz. -Vos quédate quietita que terminamos enseguida.


La mujer amortajó completamente a la muchacha, la volvió a hacer sentar y le ató las manos y los pies con el rostro acalaverado.


-Ahora imagínate que sos el alma de la humanidad, como dice Don Coso -derrama un humo casi verde en el atardecer Mariana. -Imaginate que te enganchaste con este bombón y no te la mete nunca en más de tres años y te acaricia el lomo todas las noches hasta sacarte chispas. Y después te dormís sintiendo que sos la inmaculadísima y después te despertás sintiendo que sos el diablo, otra vez.


Entonces Pablo se ovilló agarrándose la entrepierna y dejó que la melena lo encapuchara.


-¿Para qué carajo te sirvió el polvo invisible, priti guman? -se arrodilla la ex-prostituta y descalza a la actriz y le besa un dedito gordo esmaltado. -Leonardo reventó cantando en bolas adelante de la gilada para que yo pudiera comprarme este palacio y dejara de changar pero resulta que ahora tengo que salir de ahí abajo y no hay nadie que me desate. ¿Vos te animarías a salir? ¿Te darías por vencida y le reconocerías a la jefatura mayor del machaje que lo único que querrías es creer? Contestame, divina.


Pero lo único que se siguió oyendo fue el enloquecimiento del pajarerío. Después Mariana desenvuelve a la muchacha mientras sentencia mordiendo el pucho en dirección al galán:


-El día que dejen de picar carne de ángeles en Casamar van a poder hacer arte, Peteco. Pero antes ni se gasten. Ah, y ya que están háganme salir dos autógrafos dedicados A las gurisas de la enfermería y esta noche soy Gardel. Te juro que a las pobres pirujas les va a importar más eso que veinte tickets de alimentación. Y así va el mundo, Coso.



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Isabelino Pena se rio fuerte:


-¿Los Pingüinos de Oro?


-Es el premio anual que entrega La farándula -me explica Pablo cuando pasamos en el ómnibus frente a la redacción del pasquín. -Se lo dan como a cuarenta o cincuenta figurones y al otro día el capanga progresista de bajo perfil sale posando con todos. Este año lo hacen el Six.


-Mirá qué progresista. ¿Y andarán mal de veras con el Bin Laden?


-Yo qué sé. Me contó Perales que este año les vuelven a dar un Pingüino a Piculín y a la Federica.


Se bajaron en el puerto y una cuadra antes de llegar a la plaza el muchacho confesó:


-Hoy no tengo ganas de predicar, don Isabelino. Me parece que Dios me abandonó de veras.


Entonces nos sentamos en el cordón de la vereda y le agarro mansamente una rodilla:


-Cuando nos pasa eso tenemos que transformarnos en Dios. Dejar de ser madera y unirnos con la llama.


Pablo no contestó pero al rato ya estaba cantando 48 huevos en la vereda de Gorlero:


Padre / hoy el llanto se disfraza de alergia / por tanto amor parido en el desierto. / Los profetas no cobran más que lágrimas muertas / y el pecho sigue andando. / Padre / hoy quisiera volar a tu derecha / por tanto amor sangrado en la cocina. / La canción no nos paga más que vasos mugrientos / y hay que seguir tragando. / Por qué me abandonás tantas veces al día / si vos sabés muy bien / que tus hijos ponemos cuarenta y ocho huevos contra la peste / aunque nadie nos vea.


Y de golpe cae una moneda en la pandereta y Federica Finkbein nos tajea con el verdor del sótano del mundo:


-Mirá lo que quedó de la bandita del Pez. Un guacho y un payaso.


La mujer de rostro muy recauchutado siguió caminando del brazo de Piculín Romay. Y cuando Pablo termina de cantar resplandecientemente humillado me agacho para tirar la moneda a la mierda y comento:


-Y sin embargo Piculín te escuchaba llorando como una niña.



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Isabelino Pena pidió que le cuidaran bien la bicimoto y taconeó eléctricamente hasta el despacho del Comisario.


-Disculpe la hora -huele más a after-shave que a café el bigotón. -Pero el Chancho me llamó a las dos de la mañana a mi casa y me dijo que quería confesar.


El detective empezó a masticar un jazmín del país y preguntó:


-Está muerto.


-Sí. Mientras entregaban los Pingüinos de Oro se encerró con tres botellas de whisky en el Six y reventó. Le grabé medio cassette antes que entrara en coma. Lo único que se entiende es que mató a Renzo por traidor.


-¿Y a Shirley?


-Ya estaba estrangulada. Dijo que la colgó para que la viera la luna.


-¿Qué poético? ¿Y por qué me llamó?


-Porque hay una parte del divague donde nombra a Los redentores de Liverpool. Me gustaría escucharlo con usted.


-Dele nomás.


Entonces la voz del hombre sobrenombrado Chancho nos inunda con una especie de PAX-LUX amniótica:


-Yo traicioné a Jesús y Renzo al Che. Los redentores saben. Yo fui de Liverpool y mi madre del Partido y en México me abracé de un caballo y lloré. Le di la idea al Pingüino y lloré. Y el Bin Laden se timbeó a la Shirley y Renzo se rifó al Comandante. Pobrecito. Piculín se hizo filmar vestidito de novia. Y la Judas es peor que el Bambino y me queda un caballo. Pero el viejo entendió.


-Ta. Alcanza -puso cara de estar oliendo un agusanamiento el policía. -¿Los jazmines se los traga?


-A veces.


-¿Y no se habrá tragado algo que yo no sepa sobre la timba VIP?


-No, Inspector. Pero si sueño con algún sincronismo simbólico le pego un fonazo enseguida.


-Videos. Quiero videos.



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Isabelino Pena y Pablo Ventura fueron invitados al lanzamiento del rodaje. Llegamos muy temprano y salimos con Perales a una de las terrazas amiboidales de Casamar.


-Qué atardecer -empezó a filmar angurrientamente el productor free-lance.


-Guarda que esas con las hijas del Bin Laden -se le acobalta la mirada con el rebrillo de la piscina a Pablo.


-Sí, pero están en bolas en público. Tanto les da. ¿Qué me cuentan del Chancho?


-Vamos a ver qué cuenta La farándula mañana -chistó el detective. -Y hablando de Babilonia: lo que yo no sabía era que la timba VIP funcionaba en Haras de la Barra.


-¿Quién te dijo? Tas loco. Allí fue el casamiento de Piculín y Renzo. Y no lo escondieron mucho. Mirá: lo único que se sabe de la tima VIP es que hay carne muy fresca en danza. Eso te lo aseguro.


-De qué edad.


Los lomos de la Isla Gorriti y Punta Ballena se ensangrentaron de golpe y Perales se encinchó la entrepierna:


-Menos de diez. Y ojo que a mí también me da asco porque tengo una nietita. Dale: vamos pa adentro que empezó el chupitaje.


-Andá que ya te alcanzamos.


-En esta terraza nos despedimos de Leonardo -se abisma el querube. -Aquella puerta da al anfiteatro.


-Entonces aquel ojazo de buey que acaba de prenderse es el de la oficina del Sultán.


-Claro.


-¿No te llevás mi panamá que yo voy enseguida?


-Qué vas a hacer.


-Voy a quedarme un poco con la cresta metida en el Gran Tiempo ya rezarle a la Niña de los Ojos de Plata.


Pablo agarró el sombrero y apoyó una rodilla en el suelo:


-Traje el video por las dudas. La bendición, Tatita.


-Calma y fe. Las milicias vamos a seguir repartiendo el pan viejo hasta que amanezca todo -prometo acariciándole la melena purpúrea.

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