VALERIO MAGRELLI
“LA POESÍA SE REALIZA ENTRE DOS”
por
Isidora Tesic*
(CÍRCULO DE POESÍA)
Presentamos
una entrevista al poeta Valerio Magrellllevada a cabo por por Isidora Tesici.
Poeta, traductor y ensayista Valerio Magrelli (Roma, Italia, 1957) es uno de
los autores más destacados de la literatura contemporánea, con una producción
de poco más de una veintena de libros. Es autor, entre otros títulos, de los
libros Ora serrata retinae (Feltrinelli, 1980) y Il commissario Magrelli (Einaudi,
2018). Además, es especialista y profesor de literatura francesa, materia que
enseña en las universidades de Pisa y Cassino. Ha traducido directamente del
francés, entre otros, a Paul Valéry, Roland Barthes y Paul Verlaine. La
traducción de esta entrevista corre a cargo de Roberto Bernal.
La
siguiente conversación apareció en la revista italiana Q Code Magazine el 10 de diciembre de 2019. Agradecemos a la escritora
Isidora Tesic y al poeta Valerio Magrelli la autorización para traducir y
publicar esta entrevista.
¿Qué
es la verdad en la poesía?
Sobre
todo es una verdad que corresponde al lenguaje, porque en poesía, no existe una
verdad externa al lenguaje. La verdad, en la poesía, es la que habita dentro de
la propia poesía, es decir, dentro de esa peculiarísima frontera entre el
encuentro del pensamiento y el lenguaje. No existe una verdad que sólo sea
lenguaje, ni una verdad que sólo pertenezca al pensamiento. Yo diría que
estamos ante un procedimiento físico, un lugar, entre estas dos polaridades, al
que sólo se llega a caballo.
¿Y
con pensamiento también incluye sentimiento, alma y espiritualidad?
Así es;
pero es un sentimiento que no puede existir fuera de la palabra, de lo contrario
sería relegado a un discurso, a un sermón. Siempre hay que recordar que estamos
en el interior de una condición expresiva verbal. De lo contrario, la poesía
termina siendo otra cosa, y entonces, literalmente, en ese caso, desaparece.
Entonces,
es una condición de la existencia.
Sí. Hay
que tener presente que la poesía navega entre dos peligros, entre Escila y
Caribdis: por un lado, está el peligro de que se convierta en un ejercicio
estilístico que culmina en sí mismo; sin embargo, por otro lado, está el
peligro opuesto, es decir, que se convierta en discurso, doctrina, sentencia.
En cambio, la poesía siempre encuentra el equilibrio en las sílabas, en la
métrica alfabética.
Se
dice que todo ser humano es innumerable. Y que los innumerables se pueden
reconocer en cada ser humano. ¿Es esto lo que hace la poesía?
Todos los
seres humanos pueden y deberían leer poesía, pero sólo unos cuantos pueden
hacerlo, como en cualquier arte. No se puede pensar que escribir compete a
todos: es para el placer de todos, pero sólo algunos llegan a realizarlo.
Dentro de estos pocos, todavía son menos los que se mantienen vigentes a través
de los siglos, porque el gusto cambia: quizás un poeta que era adorado en el
siglo XIX, hoy está olvidado. Son escasos los poetas que llegan a un nivel de
tal intensidad, de complejidad, de perfección, que perduran en el tiempo. Así
que tenemos que buscar sus voces.
¿Y
el poeta puede vivir para todos?
La poesía
es un mecanismo que es activado por el lector: la poesía se realiza entre dos.
No existe un poeta sin un lector. Sólo que los poetas son muchos y los lectores
pocos. No tiene sentido la poesía si no sirve para animar una respuesta en el
lector.
La
conciencia de la posibilidad, ¿cómo se cultiva en la poesía? ¿Cómo practica el
futuro?
No lo sé.
Siempre soy muy escéptico acerca de los discursos que están demasiado alejados
de la forma-poética, de lo concreto de la poesía. La poesía tiene una
naturaleza silábica, vive en la palabra, en la rima, en lo plural, en un punto
de expresión. Son movimientos mínimos que pueden desencadenar grandes
emociones. Pero siempre hay que partir de un arraigo muy concreto.
Por
lo tanto, la relación con el lenguaje siempre permanece y, con él, el acto
creador de la poesía.
Exactamente.
Siempre hay que volver y partir de ahí. La poesía siempre ha sido socavada ―esa
es la palabra correcta― desde el teatro, la plegaría, la retórica y la
filosofía. Yo la veo como un ser inerme rodeado de estos poderes mucho más
fuertes; poderes que no pueden esperar para apropiarse de ella, y la arrastran
continuamente. De este modo, la mística trata de tirar de ella, el teatro
intenta sacarle provecho, así como el discurso o la política. Todo alrededor de
la poesía, que es mucho más desarmada y mucho más pura.
Quizá
el permanecer inerme podría reconocerse no como un acto de debilidad, sino más
bien como un acto de resiliencia.
Qué lindo
esto, estoy de acuerdo contigo. Pero la debilidad de la poesía es algo
objetivo: pensemos en cuántos poetas, a lo largo de la historia, se han visto
obligados a trabajar para los políticos, para los partidos. Pero… sí, diría
que, finalmente, son ciertas ambas observaciones: hay algo indefenso y a la vez
resistente en la poesía. Por supuesto, mucha gente quiere aprovecharse de eso. La
poesía es demasiado desafiante porque consigue tener un poder práctico. Basta
con ver la clasificación de los libros, basta pensar en la idea misma de una
clasificación de libros. Una de las mayores desgracias, mucho mayor que la
aparición del best seller, es la idea de verificar la presencia
del best seller en los periódicos. Lo dije hace casi
30 años: incluir esta clasificación es un crimen; más aun: una incitación a la
delincuencia, porque la gente comenzará a comprar los libros que más venden. Es
una especie de círculo vicioso, como el perro que se muerde la cola: en vez de
sugerir los libros para leer, se indica los que son más leídos. Esta es una
forma más de desposeer la poesía. Dicho esto, la poesía siempre seguirá
siendo una ocupación de unos pocos, porque, de todos modos, es más extenuante
que otras. Es más fácil ser arrastrado por alguien que caminar por nuestra
cuenta, y la poesía invita a caminar por cuenta propia. No es rentable, es
costosa y, al mismo tiempo, desafiante; siempre gustará a un pequeño grupo de
fieles y apasionados. Desde este punto de vista, es realmente una religión del
lenguaje.
La
Historia y sus narraciones. ¿Qué recoge la poesía para el mañana?
Puede
hacer mucho y, sobre todo, puede hacerlo de mil maneras. Una de las cosas más
hermosas, más humanas de la poesía, es su diversidad. Una diversidad
extraordinaria, que a menudo olvidamos. Aquí la poesía implica la coexistencia
del poeta dialectal, del poeta experimental, de Sandro Penna y de Giorgio
Caproni, de un poeta cerebral como Andrea Zanzotto y de un poeta espiritual
como Mario Luzi. Este espléndido abanico expresivo es su gran fortaleza: hablar
del hombre en todos sus destellos.
¿Quién
es el otro hoy? ¿Cómo lo reconoces?
La poesía
tiene hoy una gran tarea, porque la revolución tecnológica e informática ha
alterado completamente nuestros parámetros y nuestra vida. Pienso en las horas
que niños y jóvenes pasan solos ante imágenes proyectadas en las pantallas, en
el aislamiento, en un desarraigo de toda forma de relación real. Emmanuel
Levinas habla del encuentro entre los hombres como de un encuentro basado en la
mirada. ¿Qué hay en la mirada de un niño que pasa tres horas delante de un
videojuego? Los peligros han aumentado. Por solidaridad, no me gusta el pasado
y me horroriza el culto a los años pasados. El pasado fue un montón de ruinas,
de horrores, y no tenemos nada de que arrepentirnos. Dicho esto, es necesario
luchar contra las seducciones de la industria tecnológica que, para hacer
dinero, llega incluso a deformar el crecimiento de un individuo. Niños
abandonados solos ante el televisor, condiciones sociales que obligan a los
padres a elegir. Creo que si pudieran elegir, nadie abandonaría a un niño
delante de un videojuego: esto también modificará profundamente nuestras
capacidades críticas. No sabremos leer un libro, porque nunca nos habituamos.
Por tanto, debemos luchar muy a fondo, y la poesía debe ser un estímulo para el
cuidado del pensamiento crítico. Si tuviera que decirlo en una sola frase,
diría que hoy el trabajo del escritor es mantener viva esta llama.
Y
también es tener un aparato de respuesta al mundo y al otro.
Sí.
También está la tutela del otro, que corre el riesgo de desaparecer. Pensemos
en los chats, en relaciones que ya no existen desde el punto de vista físico.
El Otro, nuestro Prójimo, está hecho también de olor, tacto, quizá de sabor… A
través del chat se expresa una escritura cursi, con diez términos y, de hecho, ni
siquiera más alfabética, sino compuestos por simples emoticones. Estamos
retrocediendo a la edad de piedra.
¿La
poesía hace justicia? ¿Cuál puede ser su papel hoy?
He
escrito un libro entero ―titulado Il commissario Magrelli― en
el que hablo de esto. No me identifico en lo que hoy es la justicia. Creo que
la historia es bipolar. Hemos pasado de la tortura, contra la que luchaba de
modo sacrosanto (¡además, laico!) Beccaria, al total salvoconducto de cualquier
culpable. Pero tiene que haber un punto medio, tiene que haber
condenas. Ni yo ni mi personaje somos reaccionarios, sin embargo, creemos
que quien le arroja ácido a una mujer ya no debe vivir en una comunidad. Deberá
vivir aislado, sometido a una institución democrática como la cadena perpetua
(que, en un referéndum de hace algunos años, fue reivindicada por casi el 80%
de los italianos). Suponiendo, por supuesto, que las cárceles sean humanas,
estén vigiladas y permitan al preso un estilo de vida digno. Quien mata, ha
perdido el derecho a vivir en una comunidad, porque este derecho se gana. Si
desfiguras a una mujer o violas a un niño, simplemente debes ser “apartado”,
sin ensañamiento, sin venganza. Pero incluso sin posibilidad de indulto, porque
su víctima no tendrá nunca la oportunidad de ser reparada. Y hasta que la
Izquierda, sobre todo la Izquierda católica, no comprenda esto, me niego a
discutir el feminicidio. ¿Cuál es el punto de seguir hablando de esto cuando el
culpable no está siendo procesado? Quiero perseguir democráticamente a los
culpables: este es mi sueño infantil y, como todos los sueños infantiles, nunca
se harán realidad. Pero al menos puedo divertirme expresándolo. Cabe decir que
esto me ha hecho discutir con muchos amigos que piensan que son de izquierda,
cuando simplemente están del lado de los criminales. Yo elijo estar del lado de
las víctimas. Hay una hermosa frase de Emmanuel Carrère que dice: “No me pidan
compasión por los criminales, la mía se agotó completamente con las víctimas”.
¿La
poesía también puede ser una resistencia ante lo real? ¿Cómo lo consigue?
Sí, la
poesía nace de la realidad, está impregnada de la realidad y es una reflexión
sobre la realidad. Después de eso, el lector deberá, más o menos, hacerla suya.
En algunos casos, he leído versos que me han hecho darme cuenta de lo que
estaba viviendo. Versos que pueden tener incluso el alcance de la revelación.
Dar
un nombre a las cosas las introduce al mundo. ¿Cómo debemos hoy relatar el bien
común?
He
intentado relatarlo en varias ocasiones, cada uno intenta hacerlo a su manera.
Hay un poema en el que describí que estoy en el baño lavándome los dientes y
escuchando a mi hija cantando al otro lado de la pared. Y escribí: “Es más que
suficiente”. A veces me doy cuenta de que perdemos el sentido de las
proporciones, por lo que, en realidad, una cosa tan pequeña puede representar
el propósito de una vida. ¿Qué podría ser mejor que tener una hija que canta a
mediodía? Yo diría que podría ser el objetivo de una vida, ¿no? Que
después uno sale y lo olvida, es inevitable. En este caso, entonces, la poesía
ha servido para detenerme, para recordarme que las cosas realmente grandes son estas.
Es el canto de tu hija al otro lado de la habitación. Por desgracia, los
residuos nos envenenan. Bueno, tal vez la poesía es una forma particular de
eliminar los residuos. En algún lugar también lo escribí.
¿Cuáles
son las preguntas que debemos empezar a responder colectivamente?
Quizás la
pregunta que creo es la más importante, por la repugnante calidad de las
personas que me rodean en la ciudad de Roma, es: “¿Por qué no dejas en paz a tu
prójimo?”. En mi opinión, lo que falta en nuestro mundo occidental, aunque
privilegiado, es el respeto al prójimo. Tanto es así que escribí un libro
titulado Sopruso: istruzioni per l’uso [Opresión: instrucciones para
el uso], en el que afirmo: “Ama a tu prójimo como a tu prójimo le gustaría ser
amado”, y no “como a ti mismo”. Quiero que todos obedezcamos una especie de
nuevo mandamiento: “No molestes a tu prójimo”. Y si esto fuera acatado,
viviríamos mucho mejor.
¿Algunos
versos para despedirnos?
De Il sangue amaro:
Mi
fragilidad, fragilidad mía,
pero ¿qué
hago contigo?
Tengo
cincuenta años y tiemblo cuando relampaguea,
y todavía
me equivoco de lugar
como cuando
me equivoqué de pupitre en la guardería.
Tengo un
cuerpo perforado por ganchos,
el sueño
como un campo de escombros,
la fuerza
que se desmorona, la memoria fracturada,
y en este
Gran Desorden, lo único que queda intacto eres tú,
mi
herida, mi Grial, código de barras
de un
extraño que está herido, que fracasa,
obligado
a ser yo.
Mi
fragilidad, topo del enemigo,
criatura
indefensa que me deja desamparado,
la única
verdadera recompensa de la muerte
será
saber que estarás muerta conmigo,
mi motor,
mi
terror,
mi
consustancial derrota.
Traducción
de Roberto Bernal**
*Isidora
Tesic (Brescia, Italia, 1996) hizo su primera aparición como autora en el
Festival de Mantova (2014) con L’Alfabeto dei Fuori Tema,
seleccionado en el concurso Meglio di un romanzo. En el mismo
año inició su colaboración poética con el artista Giorgio Miliani, que la llevó
a la creación de la sección Intagli y que
dio forma a su colección inédita de poemas breves Canti ad ombre rare. Come fiume alla tua
sponda (Zephyro Edizioni, 2017) es su primera colección de cuentos.
Desde el 2015 escribe para Q Code Magazine las
columnas Parole in Esilio y Battiti per minuto.
**Roberto
Bernal (Villa Madero, Guerrero, 1975) ha publicado notas, textos narrativos y
traducciones en las revistas El poeta y su trabajo, La tempestad, Periódico de Poesía, Este País y Crítica de la
BUAP. Es colaborador del suplemento La Jornada Semanal.
Tradujo del italiano a Giorgio Caproni, Sandro Penna, Antonio Montale, Antonia
Pozzi, Andrea Zanzotto y Giorgio Agamben.
No hay comentarios:
Publicar un comentario