Completitud circular

Hace como mil años atrás creo yo, una mujer me rozó con su ala izquierda, y me marcó el espíritu por toda la eternidad. O por lo menos es eso lo que sentí hasta hace un tiempo.

Lo curioso es, que muchos siglos más para acá, pero todavía lejos del hoy, otras alas marcaron una y otra vez mi espíritu y fueron tantas las marcas, como manchas tiene un tigre para citar mi naturaleza astrológica china, aunque podría haber dicho una cebra, pero carecería de significado y belleza.

Con el tiempo descubrí, que las mujeres con las que comulgaba algo mucho más allá que sentirse muy bien, todas, me parecieron que tenían algó en común. Y comprendí que me enamoraba de mujeres siempre similares y que todos los finales, eran casi casi, iguales…

Más tarde descubrí que Yung, hablaba que un hombre se enamora de su Ánima, de una proyección interna de su propia feminidad.
Estaba jodido. Que mujer de mierda tengo dentro mío.

Hoy mas viejo y no necesariamente más sabio, conciente de todo lo arriba mencionado, cuando sentí el llamado interno de las campanas vibradoras de nuestro interior. Cuando descubrí que ella comenzó a llenar mis visiones, y mi piel, imaginar la suya y mi lengua, su sabor, Recordé y ví que sería una reverenda estupidez vivir lo que ya sabía lo que inevitablemente iba a suceder y sin embargo, me dedique a sentir, a investigar que me producía la simple proximidad con ella. A conocerme y saber todo lo que me producía dolor y placer.

Ojo, solo hablo de la proximidad espacial, justamente nunca atravesando las frontera en que la descubriría en la intimidad del cuerpo y del espíritu, justamente de eso estoy hablando, entonces, pude descubrir el Amor, no el de ella, sino el que hay en mi que no es más grande ni más pequeño que el tuyo o el de cualquiera, pero sentir la vibración de mi cuerpo, las caricias de mi espíritu y la felicidad que provoca.

Claro que para sentir todo esto, la voracidad queda de lado. Es solo saber que es natural tener hambre, pero que uno no puede comer cualquier cosa y menos, si sabernos que lo que ingerimos es veneno en cierta forma, y que la Vida todo lo da en una enorme generosidad y que nos da doblemente de todo lo que elegimos, sea esto bueno, o malo.

Ella, seguirá intacta, habitando en las cofradías de mis devoción por la completitud, por una intuición muy oculta, pero que ya puedo ver con más claridad, aunque no sea del todo nítido. Pero aprendí a esperar nada, y a agradecer siempre por permitirme sentir esto que llamamos Vida.

NICE DAY