CLARISSA PINKOLA ESTÉS
MUJERES QUE CORREN CON LOS LOBOS
SEXAGESIMOSÉPTIMA
ENTREGA
CAPÍTULO 8
El instinto de
conservación:
La identificación de
las trampas, las jaulas y los cebos envenenados
La mujer fiera (2)
La pérdida brutal en
los cuentos de hadas
Es más que razonable preguntarse el porqué de la presencia de episodios tan
brutales en los cuentos de hadas. Se trata de un fenómeno que se registra en los
mitos y el folclore de todo el mundo. La monstruosa conclusión de este cuento es
típica de los finales de los cuentos de hadas cuyo protagonista espiritual no puede
completar la transformación que pretendía.
Psicológicamente, el brutal episodio transmite una apremiante verdad
psíquica.
Esta verdad es tan apremiante -y, sin embargo, tan fácil de desdeñar con
un simple "sí, bueno, lo comprendo", por más que con ello la persona
vaya directamente a su condena- que no es probable que prestemos atención a la
alarma si esta se expresa en términos más blandos.
En el moderno mundo tecnológico, los brutales episodios de los cuentos
de hadas han sido sustituidos por las imágenes de los anuncios de la
televisión, como los que muestran una instantánea familiar en la que uno de los
miembros de la familia ha sido borrado y un reguero de sangre sobre la
fotografía subraya lo que ocurre cuando una persona conduce en estado de
embriaguez, o esos anuncios que intentan disuadir a las personas de que
consuman drogas ilegales, en los que un huevo friéndose en una sartén revela lo
que ocurre en el cerebro humano cuando uno consume drogas. El elemento brutal
es una antigua manera de conseguir que el yo emotivo preste atención a un
mensaje muy serio.
La verdad psicológica que encierra el cuento de "Las zapatillas
rojas" es que a una mujer se le puede arrancar, robar y amenazar su vida
más significativa o se la puede apartar de ella por medio de halagos a no ser
que conserve o recupere su alegría básica y su valor salvaje. El cuento nos
invita a prestar atención a las trampas y los venenos con los que fácilmente
tropezamos cuando estamos hambrientas de alma salvaje.
Sin una firme participación en la naturaleza salvaje, una mujer se muere
de hambre y cae en la obsesión de los "me siento mejor", "déjame
en paz" y "quiéreme... por favor".
Cuando se muere de hambre, la mujer acepta cualquier sucedáneo que se le
ofrezca, incluyendo los que, como placebos inútiles, no le sirven absolutamente
para nada y los que son destructivos, amenazan su vida y le hacen perder
lastimosamente el tiempo y las cualidades o exponen su vida a peligros físicos.
El hambre del alma induce a la mujer a elegir cosas que la harán bailar
locamente y sin control... hasta llegar finalmente a la casa del verdugo.
Por consiguiente, para comprender más profundamente este cuento, tenemos
que percatarnos de que una mujer puede extraviar totalmente el camino cuando
pierde su vida instintiva y salvaje. Para conservar lo que tenemos y encontrar de
nuevo el camino de lo femenino salvaje, tenemos que saber qué errores comete
una mujer que se siente tan atrapada. Entonces podremos retroceder y reparar
los daños. Entonces podrá tener lugar la reunión.
Tal como veremos, la pérdida de las zapatillas rojas hechas a mano
representa la pérdida de la vida personalmente diseñada y de la apasionada
vitalidad de una mujer, así como la aceptación de una existencia excesivamente
domesticada, lo cual conduce a la larga a la pérdida de una percepción fiel,
que provoca a su vez los excesos que llevan a la pérdida de los pies, la
plataforma que nos sostiene, nuestra base, una parte muy profunda de la
naturaleza instintiva que sostiene nuestra libertad.
"Las zapatillas rojas" nos muestra cómo se inicia el deterioro
y a qué estado nos reducimos si no intervenimos en nombre de nuestra propia
naturaleza salvaje. No nos engañemos, cuando una mujer e esfuerza por
intervenir y luchar contra su propio demonio cualquiera que éste sea, su
esfuerzo es una de las batallas más dignas que se pueden emprender tanto desde
el punto de vista arquetípico como desde la perspectiva de la realidad
consensual. Aunque la mujer pudiera llegar como en el cuento hasta el fondo del
mayor de los abismos por medio del hambre, la captura, el instinto herido, las
elecciones destructivas y todo lo demás, el fondo es el lugar que alberga las
raíces de la psique. Allí están los apuntalamientos salvajes de la mujer. El
fondo es el mejor terreno para sembrar y volver a cultivar algo nuevo. En este
sentido, alcanzar el fondo, aunque sea extremadamente doloroso, es también
llegar al terreno de cultivo.
Aunque por nada del mundo desearíamos la maldición de los perjudiciales zapatos
rojos y la consiguiente disminución de vida ni para nosotras ni para las demás,
hay en esta ardiente y destructiva esencia algo que combina la vehemencia con
la sabiduría en la mujer que ha bailado la danza maldita, que se ha perdido a
sí misma y ha perdido la vida creativa, que se ha precipitado al infierno con
un barato (o caro) bolso de mano y que, sin embargo, se ha mantenido aferrada en
cierto modo a una palabra, un pensamiento, una idea hasta que, a través de una
rendija, pudo escapar a tiempo de su demonio y vivir para contarlo.
Por consiguiente, la mujer que ha perdido el control bailando, que ha
perdido el equilibrio y ha perdido los pies y comprende el estado de privación
a que se refiere el final del cuento de hadas, posee una sabiduría valiosa y
especial. Es como un saguaro, un espléndido y hermoso cacto que vive en el
desierto. A los saguaros se los puede llenar de orificios de bala, se les
pueden practicar incisiones, se los puede derribar y pisotear, y ellos siguen
viviendo, siguen almacenando el agua que da la vida, siguen creciendo salvajes
y, con el tiempo, se curan.
Los cuentos de hadas terminan al cabo de diez páginas, pero nuestras
vidas no. Somos unas colecciones de varios tomos. En nuestras vidas, aunque un episodio
equivalga a una colisión y una quemaduras siempre hay otro episodio que nos
espera y después otro. Siempre hay oportunidades de arreglarlo, de configurar nuestras
vidas de la manera que merecemos. No hay que perder el tiempo odiando un
fracaso, el fracaso es mejor maestro que el éxito. Presta atención, aprende y
sigue adelante. Eso es lo que estamos haciendo con este cuento. Estamos prestando
atención a su antiguo mensaje. Estamos aprendiendo lo que son las pautas
perjudiciales para poder seguir adelante con la fuerza propia de quien puede
presentir las trampas, las jaulas y los cebos antes de caer en ellos o ser atrapados
por ellos.
Vamos a empezar a desentrañar este importante cuento, comprendiendo lo que
ocurre cuando la existencia vital que más apreciamos, con independencia de lo
que otros piensen de ella, la vida que más amamos, pierde su valor y se
convierte en cenizas.
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