LSD: CÓMO DESCUBRÍ EL ÁCIDO Y QUÉ PASÓ DESPUÉS EN EL
MUNDO
Título original: LSD – Mein Sorgenkind
Ernst Klett, Stuttgart, 1979
Traducido por Roberto Bein
Editorial Gedisa, Barcelona, 1980 / Segunda edición, 1991
CUARTA ENTREGA
1 (3)
El cornezuelo de centeno (2)
A comienzos de la década del treinta se inició una nueva fase en la
investigación del cornezuelo, cuando, según lo mencionado, laboratorios
ingleses y americanos empezaron a averiguar la estructura química de alcaloides
del cornezuelo. A través de la disociación química, W. A. Jacobs y L. C. Craig,
del Rockefeller Institute de Nueva York, lograron aislar y caracterizar el
componente fundamental común a todos los alcaloides del cornezuelo. Lo llamaron
ácido lisérgico. Más tarde marcó un progreso importante, en sentido
tanto químico cuanto médico, el aislamiento del principio hemostático del
cornezuelo que actúa específicamente sobre el útero. La publicaron simultáneamente
cuatro institutos independientes entre sí, entre ellos el Laboratorio Sandoz. Se
trataba de un alcaloide con una estructura relativamente simple, al que A.
Stoll y E. Burckhardt denominaron ergobasina (sinónimos: ergometrina,
ergonovina). En la desintegración química de la ergobasina, W. A. Jacobs y L.
C. Craig obtuvieron como productos de desdoblamiento ácido lisérgico y el
aminoalcohol propanolamina.
La primera tarea que me planteé en mi nuevo campo de actividades fue ligar
químicamente las dos componentes de la ergobasina, es decir, el ácido lisérgico
y la propanolamina, para obtener el alcaloide por vía sintética.
El ácido lisérgico necesario para estos ensayos debía obtenerse a partir de
la escisión de algún otro alcaloide del cornezuelo. Dado que el único alcaloide
puro disponible era la ergotamina, la cual era ya producida por kilogramos en
la sección farmacéutica, quise emplearlo como sustancia de partida para mis
ensayos. Cuando le pedí al Dr. Stoll que firmara mi pedido interno de 0,5
gramos de ergotamina de la producción de cornezuelo, se apersonó en el
laboratorio. Muy irritado me reprendió: “Si quiere trabajar con alcaloides del
cornezuelo, tiene que familiarizarse con los métodos de la microquímica. No es
posible que gaste una cantidad tan grande de mi preciosa ergotamina para sus
ensayos”. (Microquímica = investigación química de cantidades mínimas de
sustancia.)
En la sección de producción de cornezuelo, además del cornezuelo de procedencia
suiza, del que se obtenía la ergotamina, también se extraía cornezuelo
portugués, del que se desprendía un preparado de alcaloide amorfo que equivalía
a la ya citada ergotoxina, producida por vez primera por Barger y Carr. Este
material inicial poco valioso fue el que empleé entonces para la obtención de
ácido lisérgico. Por cierto, este alcaloide adquirido de la fabricación debía
someterse a nuevos procesos de purificación, antes de que fuera apto para su
desdoblamiento en ácido lisérgico. En estos procesos de purificación realicé
algunas observaciones que insinuaban que la ergotoxina podría no ser un
alcaloide uniforme, sino una mezcla de varios alcaloides. Más adelante volverá
a hablar de las consecuencias trascendentales de esta observación.
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