7/7/20





LSD: CÓMO DESCUBRÍ EL ÁCIDO Y QUÉ PASÓ DESPUÉS EN EL MUNDO

Título original: LSD – Mein Sorgenkind
Ernst Klett, Stuttgart, 1979

Traducido por Roberto Bein
Editorial Gedisa, Barcelona, 1980 / Segunda edición, 1991


CUARTA ENTREGA


1 (3)


El cornezuelo de centeno (2)


A comienzos de la década del treinta se inició una nueva fase en la investigación del cornezuelo, cuando, según lo mencionado, laboratorios ingleses y americanos empezaron a averiguar la estructura química de alcaloides del cornezuelo. A través de la disociación química, W. A. Jacobs y L. C. Craig, del Rockefeller Institute de Nueva York, lograron aislar y caracterizar el componente fundamental común a todos los alcaloides del cornezuelo. Lo llamaron ácido lisérgico. Más tarde marcó un progreso importante, en sentido tanto químico cuanto médico, el aislamiento del principio hemostático del cornezuelo que actúa específicamente sobre el útero. La publicaron simultáneamente cuatro institutos independientes entre sí, entre ellos el Laboratorio Sandoz. Se trataba de un alcaloide con una estructura relativamente simple, al que A. Stoll y E. Burckhardt denominaron ergobasina (sinónimos: ergometrina, ergonovina). En la desintegración química de la ergobasina, W. A. Jacobs y L. C. Craig obtuvieron como productos de desdoblamiento ácido lisérgico y el aminoalcohol propanolamina.


La primera tarea que me planteé en mi nuevo campo de actividades fue ligar químicamente las dos componentes de la ergobasina, es decir, el ácido lisérgico y la propanolamina, para obtener el alcaloide por vía sintética.


El ácido lisérgico necesario para estos ensayos debía obtenerse a partir de la escisión de algún otro alcaloide del cornezuelo. Dado que el único alcaloide puro disponible era la ergotamina, la cual era ya producida por kilogramos en la sección farmacéutica, quise emplearlo como sustancia de partida para mis ensayos. Cuando le pedí al Dr. Stoll que firmara mi pedido interno de 0,5 gramos de ergotamina de la producción de cornezuelo, se apersonó en el laboratorio. Muy irritado me reprendió: “Si quiere trabajar con alcaloides del cornezuelo, tiene que familiarizarse con los métodos de la microquímica. No es posible que gaste una cantidad tan grande de mi preciosa ergotamina para sus ensayos”. (Microquímica = investigación química de cantidades mínimas de sustancia.)


En la sección de producción de cornezuelo, además del cornezuelo de procedencia suiza, del que se obtenía la ergotamina, también se extraía cornezuelo portugués, del que se desprendía un preparado de alcaloide amorfo que equivalía a la ya citada ergotoxina, producida por vez primera por Barger y Carr. Este material inicial poco valioso fue el que empleé entonces para la obtención de ácido lisérgico. Por cierto, este alcaloide adquirido de la fabricación debía someterse a nuevos procesos de purificación, antes de que fuera apto para su desdoblamiento en ácido lisérgico. En estos procesos de purificación realicé algunas observaciones que insinuaban que la ergotoxina podría no ser un alcaloide uniforme, sino una mezcla de varios alcaloides. Más adelante volverá a hablar de las consecuencias trascendentales de esta observación.

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