SAN
JUAN DE LA CRUZ
CÁNTICO
ESPIRITUAL
QUINCUAGESIMOSÉPTIMA
ENTREGA
CANCIÓN
21
De
flores y esmeraldas,
en
las frescas mañanas escogidas,
haremos
las guirnaldas
en
tu amor florecidas
y
en un cabello mío entretejidas.
DECLARACIÓN
(2)
5
/
Para cuya inteligencia es de saber, que todas las virtudes que el alma y Dios
adquieren en ella son en ella como una guirnalda de varias flores con que está
admirablemente hermoseada, así como de una vestidura de preciosa variedad. Y
para mejor entenderlo, es de saber que, así como las flores materiales se van
cogiendo las van en la guirnalda que de ellas hacen compuniendo, de la misma
manera, así como las flores espirituales de virtudes y dones se van adquiriendo
se van en el alma asentando; y, acabadas de adquirir, está ya la guirnalda de
perfección en el alma acabada de hacer, en que el alma y el Esposo se deleitan
hermoseados con esta guirnalda y adornados, bien así como ya en estado de
perfección. Estas son las guirnaldas que dice han de hacer, que es ceñirse y
cercarse de variedad de flores y esmeraldas de virtudes y dones perfectos, para
parecer dignamente con este hermoso y precioso adorno delante la cara del Rey,
y merezca la iguale consigo, poniéndola como reina a su lado, pues ella lo
merece con la hermosura de su variedad. De donde hablando David con Cristo en
este caso dijo: “Astitit Regina a dextris tuis in vestitu deaurato, circumdata
varietate”; que quiere decir: “Estuvo a tu diestra vestida de perfecto amor, y
cercada de variedad de dones y virtudes perfectas. Y no dice: “Haré yo las
guirnaldas solamente, ni ‘harálas tú’” tampoco a solas, sino “haremos”
entrambos juntos. Porque las virtudes no las puede obrar el alma ni alcanzarlas
a solas sin ayuda de Dios, ni tampoco las obras Dios a solas en el alma sin
ella; porque, aunque es verdad, que ·todo dado bueno y todo don perfecto sea de
arriba, descendida de el Padre de las lumbres, como dice Santiago (1,17),
todavía eso mesmo no se recibe sin la habilidad y ayuda de el alma que lo
recibe. De donde, hablando la esposa en los Cantares con el Esposo, dijo; “Tráeme,
después de ti correremos” (1,3). De manera que el movimiento para el bien de
Dios ha de venir (según da aquí a entender) solamente; mas el correr no dice
que Él solo, ni ella sola, sino “correremos entrambos”, que es el obrar de Dios
y el alma juntamente.
6
/
Este versillo se entiende harto propiamente de la Iglesia y de Cristo, en el
cual la Iglesia esposa suya habla con Él, diciendo: “haremos las guirnaldas”,
entendiendo por “guirnaldas” todas las almas santas engendradas por Cristo en
la Iglesia, que cada una de ellas es como una guirnalda arreada de flores de
virtudes y dones, y todas ellas juntas son una guirnalda para la cabeza de el
Esposo Cristo. Y también se puede entender por las hermosas guirnaldas, que por
otro nombre se llaman laureolas, hechas también en Cristo y la Iglesia, las
cuales son de tres maneras. La primera, de hermosas y blancas flores de todas
las vírgenes, cada una con su laureola de virginidad; y todas ellas juntas
serán una laureola para poner en la cabeza de el Esposo Cristo. La segunda
laureola, de las resplandecientes flores de los santos doctores, cada una con
su laureola de doctor; y todos juntos serán una laureola para sobreponer en las
de las vírgenes en la cabeza de Cristo. La tercera, de los encarnados claveles
de los mártires, cada uno también con su laureola de mártir; y todos ellos
juntos serán una laureola para remate de la laureola de el Esposo Cristo. Con
las cuales tres guirnaldas estará Cristo, Esposo tan hermoseado y tan gracioso de
ver, que se dirá en el cielo aquello que de Él dice la esposa en los Cantares,
y es: “Salid, hijas de Sión, y al rey Salomón mirad con la corona con que le
coronó su madre en el día de su desposorio y en el día de la alegría de su
corazón” (3,11). Haremos. Pues, dice, estas guirnaldas
en
tu amor florecidas.
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