MARIE-LOUISE VON FRANZ
LA MUERTE COMO EL OTRO SINIESTRO
O BENÉFICO
QUINTA ENTREGA
Un analizando, que murió a los sesenta años de una enfermedad pulmonar,
le contó a su hijo su último sueño:
Abandonaba el hospital a pie y se dirigía a una puerta antigua de la
ciudad, que en la Edad Media representaba el límite de la ciudad. Allí se
encontraba a C.G. Jung (quien ya hacía algunos años había muerto). Se había
convertido en el soberano del reino de los muertos. Jung le decía: "Ahora
te tienes que decidir, si deseas continuar viviendo y con tu trabajo (era
pintor artístico) o si deseas abandonar tu cuerpo". Después veía que la
cama de su hospital era de alguna manera también su caballete.
Cuarenta y ocho horas después de este sueño murió en paz. Este sueño
parece querer decir que es importante enfrentarse a la muerte conscientemente,
que en cierto modo se debe decidir a favor o en contra de ella. Que la cama del
hospital se vuelva idéntica al caballete parece expresar que el soñante debe
concentrar ahora toda su fuerza creativa en morir, tal como antes lo había
hecho para pintar. En este caso el compañero instructor es Jung, a quien el
soñador tenía una gran admiración y sobre quien proyectaba la imagen del Sí
mismo.
Lo más frecuente es el "otro" que viene a buscar al
moribundo representado por medio de un pariente muerto (a menudo la madre), un
consorte o parientes muertos recientemente. De ello hay tantos ejemplos que han
dado pie a los espiritistas para establecer como representación fundamental que
es un muerto quien viene a buscar al moribundo y le ayuda a adaptarse a las
condiciones del más allá. Por ello me contento aquí con presentar unas pocas
experiencias que me parecen auténticas. Éste fue el sueño de una mujer que veía
a su difunta hermana menor "con risa radiante... con una corona
fúnebre blanca como la nieve en las manos". Al día siguiente le
llegó la noticia de que el ahijado de su hermana, que tenía diez años, había
muerto en un accidente. Otro testimonio informa de que había soñado que su
hermana, muerta hacía tiempo, aparecía vestida de blanco y decía: "Vengo
a buscar a mamá". La madre murió exactamente dos meses después.
Las visiones no se diferencian de estos sueños. También en ellos son
frecuentemente parientes, amigos o la pareja quienes vienen a buscar al
moribundo. Emil Mattiesen reunió gran cantidad de testimonios más antiguos de
este tema recogidos por allegados y parientes. Por ello me resisto a continuar
relatando otros ejemplos.
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