MICHAEL MOORE: “EL MIEDO ALREDEDOR DE JOKER ES UNA DISTRACCIÓN PARA NO
VER LA VERDADERA VIOLENCIA QUE NOS ESTÁ DESGARRANDO”
por Javier Contreras
(CULTO / 6-10-2020)
Al tiempo
que Joker se establece como uno de los grandes estrenos del año, también
se sitúa al centro de las controversias. Algunos han dicho que es problemática
y que romantiza la violencia, pero otros aseguran que es una película
necesaria. El documentalista Michael Moore, autor de Bowling for Columbine y
Fahrenheit 9/11 elogió el mensaje del filme. "¿Cuánto tiempo ha pasado
desde que vimos una película que aspirara al nivel de Kubrick?", escribió
en un posteo que reproducimos a continuación.
La noche del miércoles fui al Festival de cine de Nueva York y fui
testigo de una obra maestra cinemática, la película que el mes pasado ganó el
gran premio a la mejor película del Festival internacional de Venecia. Se
llama Joker, y todos los estadounidenses hemos oído hablar de esta
película de la que debemos temer y mantenernos alejados. Nos han dicho que es
violenta, enferma y moralmente corrupta, una incitación y celebración del
asesinato. Nos han dicho que la policía estará afuera de cada función en caso
de que haya "problemas". Nuestro país está en una situación de
desesperanza, nuestra Constitución está hecha pedazos y un maníaco imprudente
en Queens tiene acceso a códigos nucleares, pero por alguna razón, deberíamos
estar asustados de esta película.
Yo sugeriría lo opuesto: el mayor daño a la sociedad podría ocurrir si
NO vas a ver esta película, porque la historia que cuenta y los problemas que
plantea son tan profundos, tan necesarios, que si quitas la mirada de esta
genialidad de pieza artística, te perderás el regalo del reflejo que nos está
ofreciendo. Sí, hay un payaso perturbado en ese espejo, pero no está solo,
nosotros también estamos ahí.
Joker no es una película de superhéroes, supervillanos ni de cómics.
Está situada en algún punto entre los años 70 y 80 en la ciudad de Gotham, y
los cineastas no intentan disfrazar la ciudad por otra cosa que lo que es: la
ciudad de Nueva York, el cuartel central de todo lo malo, la de los ricos que
nos gobiernan, de las corporaciones a las que servimos, y de los medios que nos
alimentan con las noticias sin profundidad que ellos creen que tenemos que
absorber.
Esta semana que pasó, la semana en que el presidente gobernante se acusó
a sí mismo y –al más verdadero estilo de Joker– se burló de la
incapacidad de Mueller y los demócratas de detenerlo, dándoles todo el material
que necesitaban. Pero incluso así, diez días después de alardear de su
culpabilidad, seguía sentado en la oficina oval, con sus códigos nucleares
manchados por la grasa de un KFC, así que dio la orden de echar a andar el
helicóptero. El sonido de las aspas acelerando sólo significaba un alerta para
que los periodistas corrieran a la "conferencia de prensa" diaria.
Trump salía hacia la cacofonía ensordecedora de la aeronave y de manera pública
y criminal, le pedía a la República Popular de China que interfiera en las
elecciones de 2020 mandándole información sucia acerca de los Biden. Él y la
alfombra mágica que tiene por cabello se alejaron y excepto por el ciudadano
que reclamaba "¿Puedes creerlo?", no pasó nada más.
Mientras este fin de semana se estrena Joker, (en los días
que llega a trabajar) Trump Jr. sigue sentándose en la oficina oval, soñando
sobre sus nuevas conquistas y su corrupción. Pero esta película no es sobre
Trump, es sobre el Estados Unidos que nos dio a Trump, el país que no siente la
necesidad de ayudar a los marginados y a los desprotegidos. El Estados Unidos
en que los inmundamente ricos se vuelven más ricos e inmundos.
En esta historia hay una pregunta desconcertante: ¿Qué pasa si un día
los desposeídos deciden pelear de vuelta? (Y no me refiero a aparecer con un
portapapeles ofreciéndole a la gente registrarse para votar). La gente se
preocupa de que esta película sea demasiado violenta para ellos. ¿En serio?
¿Considerando todo por lo que estamos pasando en la vida real? Permites que tu
colegio lleve a cabo simulacros de tiroteos con tus niños, dañándolos
emocionalmente de manera permanente, mostrándole a los pequeños que esa es la
vida que hemos creado para ellos.
Joker deja en claro
que realmente no queremos llegar al fondo del asunto o intentar entender por
qué hay gente inocente que –cuando ya no puede soportar más– se convierte en
Jokers. Nadie quiere preguntar por qué dos jóvenes inteligentes se saltaron su
clase de filosofía francesa avanzada en la secundaria de Columbine para
asesinar a 12 estudiantes y un profesor. ¿Quién tendría el atrevimiento de
preguntar por qué el hijo del vicepresidente de General Electric entraría a la
primaria de Sandy Hook en Newton, Connecticut, para hacer explotar los pequeños
cuerpos de 20 niños de primer grado? ¿O por qué el 53% de las mujeres blancas
votaron por un candidato presidencial que ha revelado en público su talento
como un depredador sexual?
El miedo y los gritos alrededor de Joker son una
artimaña, una distracción para que no miremos a la violencia real que está
desgarrando a nuestros compañeros humanos. Los 30 millones de estadounidenses
que no tienen seguro de salud es un acto de violencia. Millones de mujeres
abusadas y niños viviendo en el miedo es un acto de violencia. Amontonar a 59
estudiantes como sardinas sin ningún tipo de valor en las salas de clases de
Detroit es un acto de violencia.
Mientras los medios de comunicación esperan atentos al próximo tiroteo,
a ti, a tus vecinos y a tus colegas, ya les han disparado numerosas veces, con
tiros directos a cada uno de sus corazones, esperanzas y sueños. Tu jubilación
ya se acabó hace tiempo. Estás endeudado por los próximos treinta años porque
cometiste el crimen de educarte. Has llegado a pensar en no tener hijos porque
no tienes suficiente corazón como para traerlos a un planeta que está muriendo
y en el que 20 años después de nacer tendrán una sentencia de muerte. ¿La
violencia en Joker? ¡Alto, deténganse! La mayoría de la violencia
en la película es la que se comete contra el mismo Joker, una persona que
necesita ayuda, alguien que trata de sobrevivir en una sociedad codiciosa. Su
crimen es que no logra conseguir ayuda. Su crimen es que es el centro de un
chiste en que los ricos y famosos se ríen de él.
Cuando el Joker ya no lo puede soportar sí te sentirás terrible, pero no
por la –poquísima– sangre que se ve en pantalla, sino porque tú estabas
alentándolo y –si eres honesto cuando eso pasa– le agradecerás a la película
por conectarte con un nuevo deseo de no correr a la salida de emergencia más
cercana para salvar tu propio trasero, y en vez de eso, ponerte de pie, pelear
y centrar tu atención en el poder no violento que tienes en tus manos todos los
días.
Gracias Joaquin Phoenix, Todd Phillips, Warner Bros. y a todos los que
hicieron esta importante película en este tiempo importante. Me encantaron los
múltiples homenajes a Taxi Driver, Network, Contacto y Tarde
de Perros. ¿Cuánto ha pasado desde que vimos que una película aspirara al
nivel de Stanley Kubrick? Anda a ver esta película, lleva a tus hijos
adolescentes. Saca tus propias conclusiones.
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