EL
EVANGELIO SEGÚN EL TRAIDOR
(LA
MALDITA COMEDIA)
primera edición WEB
primera edición 2007: Caracol al Galope /
elMontevideano Laboratorio de Artes
VIGESIMOCUARTA ENTREGA
24
Isabelino
Pena contempló el resplandor desbarrancado de Jerusalén y el horizonte que se
aduraznaba sobre las crestas de Emaús y sonrió:
-Qué
belleza.
-Lo qué.
-Todo.
-Cuidado. Mientras sigas enamorado del mundo
los cuervos van a seguir comiéndote vivo y al final ni siquiera vas a ser capaz
de protestar.
-Pero
mirá cómo les planea la sombra en los jazmineros. Y parece que fueran
enguirnaldando las fogatas.
-Todavía estás borracho.
-Gran
verdad. ¿Y por qué te oigo hablar si ahora no te veo los ojos?
-¿Satanás es hermoso?
-¿Qué
es lo hermoso?
-Lo santo. Nada más que lo santo.
Y
de golpe baja una bandada de garcitas blancas y me arrastran la lacrimosidad
hasta el camino que va a Cesarea y Samaría y grito igual que estuviera en el
estadio de Liverpool:
-Ta.
Entendí. Almá se escondió en la quinta de José de Arimatea: donde no podía
buscarla nadie que no creyera.
-Hosanna al Hijo de David.
ALMÁ
12: El domingo de los rayos Jesús durmió en Betania y el lunes empezó la
batalla pascual en el Templo y al otro día escuchaste la parábola de los hijos
del viñador y los chiquilines terminaron gritándote que el maestro no había
podido limpiarte la ceguera porque no tenías fe y fue la primera vez que se
burlaron llamándote la Hija del Hombre y de golpe te pusiste a llorar en el
atrio y entonces se te acercó que respiraba como la luna llena y te dijo que se
llamaba María de Nazaret y era la madre del maestro y le preguntas cuándo supo
que Dios la había elegido para enamorar al mundo y mientras te contaba el sueño
del ángel sentiste que movía las manos como si te peinara la melena invisible y
al final dijo El ángel tenía los ojos
iguales a tu perro: y cuando anocheció preferiste no escaparte al Getsemaní
y esperaste a los chiquilines en la plaza del acueducto sabiendo que iban a
venir a reírse o algo peor y apenas aparecieron señalaste al lobo y gritaste El Padre me mandó a Nazareno porque soy la
que tiene más fe en Jerusalén y cuando te preguntaron con qué autoridad
podía decirles eso una mamzer ciega
por impureza les contrapreguntaste callados porque muchos tenían animales con
nombre propio y los querían más que a los padres y diste un par de zancadas
haciendo chistar el polvo igual que Jesús y te montaste en el lobo por las
dudas antes de enloquecerlos ladrando Entonces
yo tampoco les contesto quién me dio la autoridad para portarme como la Hija
del Hombre: y esa noche soñaste que María de Nazaret te besaba la punta de
la boca y podías ver la luna.
Isabelino
Pena se agarró al perro como una vieja-jockey y apenas pudo levantar un brazo
frente al asombro de Juan Marcos y después se le volaron restallantemente el
turbante y el velo empezó a cantar con el jopo encrestadísimo:
-En el borde del camino hay una
silla / la rapiña merodea aquel lugar / la casaca del amigo está tendida / el
amigo no se sienta a descansar.
Nazareno
abandona el Camino de la Cautividad y atraviesa el desfiladero-pradera que
resplandece a la derecha de la ruta a Betania y me acuerdo mucho más del Gusano
Loco del Parque Rodó que sacudía la sonrisa hipnotizada de mis hijos que del
lamentable terremoto de la Montaña Rusa donde subí una sola vez jurando no
volver a comprar sufrimiento.
-¿Otra
vez arroz, lobito? -protestó el detective mientras trepaban el rocaje de la
Calavera.
Y
ahora el bulto de la llorona arrodillada frente al stipes parece demasiado sobrevolado por los cuervos que brillan con
majestuosa voracidad y me acuerdo de Esteban.
-Usted
es más rápido que Ghiggia, ángel -tiró las tetas hechas con trapos Isabelino
Pena mientras cruzaban el escalonamiento de naranjales y quintas que declinaban
hacia la mansión de José de Arimatea.
-Ahora hay que caminar -se empaca frente
a la verja mi Rocinante celestial y prefiero enfrentarme al santo sepulcro
ridiculizado por un pollerón y no por los calzoncillos de la época.
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