CONFERENCIA
DE RUBÉN DARÍO SOBRE JULIO HERRERA Y REISSIG (3)
(Teatro
Solís / 11 de julio de 1912)
Cuando escribe Herrera
y Reissig versos como los inéditos de “Las clepsidras”, y que se titulan “El
collar de Salambó” -un milagroso collar de milagrosas pupilas- el gran poeta ha
aparecido ya. Decidme si no tengo razón, cuando hayáis escuchado estos motivos,
de una música exquisita, y que caracterizan al ensoñador, al sentimental y
cerebral amoroso, y al seguro ejecutante:
OJOS
VERDES
Nubia de crespas
campañas
Y Escocia de verdes
lagos
Ensueñan en las
entrañas
Vistas de tus ojos
vagos.
Melancolías hurañas
Beben el absinthio…, y
magos
Cometas hacen aciagos
Signos entre tus
pestañas
Oh tus cambiantes y
finos
Y oblicuos ojos
felinos!...
Ábreme la maravilla
De tu honda mirada
verde.
Mar de vida en que se
pierde
Mi taciturna barquilla…
OJOS
DE ORO
Sueñan heroicos
delirios
Tus ojos, como áureos
dardos;
Osiris, Menfis,
gallardos
Faraones y martirios…
India: elefantes,
leopardos…
Judá: incensarios y
cirios…
Dorada legión de bardos
Y sacerdotes asirios.
Amas el sol, oh, mi
ensueño?
Quieres cruzar el
espacio?...
Amor será el Clavileño
Que te conduzca al
Palacio
Donde mora el feliz
dueño
De tus ojos de topacio…
OJOS
GRISES
No sé qué hurañas
regiones
De ventisqueros y
riscos,
Se insinúan en los
discos
De tus dos ojos
lapones.
Noche boreal…
Cerrazones…
Kremlin de nácar…
Apriscos
De osos que braman
ariscos,
Hacia las
Constelaciones…
No llores, mi dulce
Cleo!
Amor regirá el trineo
Por la quimera sin fin…
E iremos hacia los
grises,
Vagos, enfermos países
Que hay en tus ojos de
esplín…
OJOS
AZULES
Son más dulces que un Leteo
Tus pupilas, cual si
ellas
Entonaran dos estrellas
Su “Gloria en excelsis
Deo”…
Fulgen místicas
centellas,
En inefable azuleo,
Como un idilio de
bellas
Palomas del Himeneo…
Sueñas de amores
floridos?
Ya están los cisnes
uncidos
La góndola nos espera…
Seré Lohengrin o Raúl,
Y te amaré en la Isla
Azul
De la eterna primavera…
OJOS
NEGROS
La noche del odio
eterno
Cristalizó en el
diamante
De tus pupilas, que
Dante
Tomara por el Infierno.
Desoladas en su interno
Maleficio obsesionante,
Hay en su noche
enervante:
Vacío, Caos e Invierno…
Aunque a traición me
han herido
Con sus filosos
destellos,
Dame, por Dios, esos
bellos
Ojos que tanto he
querido,
Ay! para enlutar con
ellos
El féretro de tu
olvido.
¡Decadentismo!, ¡malhadada
palabra! No, señores, tradición de casta; y antes de buscar a los autores del Mercure, recordad pensares y decires de
nuestros clásicos castellanos. Naturalmente, entre Góngora y Gutierre de
Cetina, y el autor de esas estrofas, hay nuevos cristales de poesía que hacen
ver los ojos de las mujeres de diferente modo, y nuevas inquietudes que han
encontrado singulares maneras de expresarse; aunque siempre sobre la tierra sea
incambiable el antiguo verso:
Ya
que así me miráis, miradme al menos.
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