AMIT GOSWAMI
“VENIMOS CON UN PLAN DE VIDA”
por Gaspar Hernández
(MENTENSANA)
Es físico y está
considerado como uno de los científicos pioneros del nuevo paradigma que une
física cuántica y conciencia. Se dio a conocer mundialmente a raíz del documental ¿¡Y tú qué sabes!?
¿Cómo empezó a interesarse por temas
espirituales?
Yo era un científico materialista. Pero un día me pasó algo muy especial. Me
habían invitado a dar una conferencia, no me había salido bien, estaba celoso
de mis compañeros. Por la noche, después de cenar, seguía estando celoso.
Estaba con ellos, en medio de una fiesta. A ellos les felicitaban, a mí no. Me
fui a la playa, solo, junto al mar. Y oí una voz que me decía que tenía que
cambiar de vida. No podía estar tan aferrado al éxito y al reconocimiento
profesional. Fue entonces, al oír aquella voz, al tener una experiencia
espiritual, cuando tuve claro que tenía que incluir la espiritualidad en mi
modo de ver el mundo. Y de ser un científico materialista pasé a ser un científico
espiritual.
Sus colegas científicos materialistas
no le debían aplaudir.
Hay muchos científicos que aún quieren tener el control, y que se consideran
como los antiguos curas medievales: con todo el poder. No aceptan que hoy en
día el conocimiento, y por lo tanto el poder, está en manos de la gente. Que
cada cual puede crear su propia realidad.
¿También “crea su realidad” una persona
a la que le ocurren desgracias?
Todos pasamos por malos momentos. Solo puedo decir que hacerse la víctima no
ayuda. Mi consejo a estas personas es que, sin presionarse, salgan de su papel
de víctimas.
¿Qué entiende por “crear la realidad”?
La realidad se manifiesta en presencia del observador. El punto de vista
cuántico nos dice que el mundo es posibilidad. No estamos limitados, no somos
máquinas, podemos elegir. Conectados al dominio de la posibilidad, podemos
crear nuestra realidad. Pero no desde nuestro ego, desde nuestro yo, sino desde
la conciencia, que es una.
¿Cómo podemos acceder a esta
conciencia?
Bajando el ritmo y, después, escuchando a nuestra intuición.
Nos cuesta seguir a la intuición.
Debido a las limitaciones que nos impone la mente racional. La intuición tiene
que ver con el sentir, no con el pensar.
¿Por dónde podemos empezar?
Fijándonos en nuestro cuerpo. Estimulando el chakra del corazón, coordinándolo
con el del plexo solar, de modo que integremos lo masculino y lo femenino que
hay en nosotros. Las mujeres tienen más desarrollada la energía del corazón,
los hombres el chakra del plexo solar. Las mujeres están acostumbradas a dar, a
querer incondicionalmente. Y los hombres suelen tener el chakra del corazón
cerrado: tienen miedo a ser vulnerables. Pero si somos capaces de armonizar las
dos energías, nuestra verdadera identidad aparece en el corazón, y somos
capaces de seguir la intuición sin filtrarla con pensamientos.
¿Nos falta seguir más al corazón?
Sin duda. Además, en esta era de la desinformación, enviamos wasaps sin ni tan
siquiera sentir en nuestro corazón el beso que estamos mandando o la frase “te
quiero”.
Volviendo a la Ley de la atracción,
hubo un tiempo en que parecía que visualizando nuestros deseos lo podríamos
lograr todo.
Hay verdad en la Ley de la atracción, pero solo en los arquetipos, que son
objetos del mundo supramental. Yo puedo atraer a mi vida arquetipos de belleza,
amor, bondad, justicia... Pero nada que ver con cosas materiales, como por
ejemplo coches o posesiones.
¿Puede argumentar un poco más lo de los
arquetipos?
Venimos al mundo con unos deberes, con unas tareas. Un plan de vida, de
aprendizaje, que guarda relación con un arquetipo que tenemos que explorar. La
belleza, por ejemplo.
Se trata de algo muy efímero.
Estamos hablando de cosas intangibles. El amor, por ejemplo. Cuando vemos el
amor en la persona querida y lo comparamos con el amor que sentimos hacia esa
misma persona hace unos meses, años, nos damos cuenta de que siempre se trata
de una experiencia nueva.
¿Cómo hacerla permanente?
A través de la manifestación en nosotros. No necesariamente a través del amor
romántico. Podemos llevar una vida dedicada al arquetipo del amor, a
entregarnos a los otros, tal y como hicieron Gandhi o Teresa de Calcuta. Un
arquetipo, por cierto, es lo que se reencarna.
Es usted un científico. ¿Está hablando
de reencarnación?
Hay una ciencia de la reencarnación. Y la física cuántica nos dice qué es
exactamente lo que se reencarna: el aprendizaje que hemos hecho en esta vida.
Nuestra capacidad para amar, sería en este caso. Nuestro carácter, por decirlo
de otro modo.
O sea, según usted, ¿no morimos
completamente?
Nuestro cuerpo físico muere, pero el carácter sobrevive a la muerte física. Es
la no-localidad de la memoria cuántica. Sin la física cuántica, no podemos
entender este tipo de memoria.
La física cuántica, por lo tanto, es
revolucionaria.
Sin duda. Nos está diciendo que todos somos uno. Si somos capaces de acceder al
estado de conciencia en que todos somos uno, a ese plano de la potencialidad
todo es posible. Nuestros ancestros no solo se veían como un cuerpo físico.
Y usted y yo, ahora, ¿qué somos?
Somos mucho más. También somos un cuerpo sutil, al que deberíamos dar más
importancia. Lo manifestado, es decir, lo que vemos y tocamos, tiene un orden
que viene de lo no manifestado. Y muchas enfermedades provienen de lo sutil.
Por suerte, cada vez la medicina está contemplando esa energía sutil, que no
por no poderse ver es menos real. Ya hay tecnología para poderla medir, como la
GDV.
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