BACH Y VIVALDI: DOS
CUMBRES PARALELAS
(MusicaAntigua
28 / 7 / 2017)
Bach y Vivaldi murieron el
mismo día con sólo nueve años de diferencia, vivieron la misma época y fueron
dos de los grandes nombres propios de la música del Barroco.
En realidad esta no
pasa de ser una mera coincidencia que nos sirve como pretexto para escribir
este artículo, y así recordar a estos dos maravillosos compositores que, aunque
fueron casi coetáneos (sólo siete años le llevaba el italiano al alemán), nunca
llegaron a conocerse personalmente.
Ambos han pasado a
la posteridad, a la historia de la música y gran parte de sus obras
determinaron el rumbo de la historia de la música.
Vivaldi murió en 1741 en
Viena y Bach el mismo día, pero nueve años más tarde, en Leipzig, a más de 500
kilómetros de distancia, pero ambos en el centro de Europa.
Antonio
Vivaldi nació el 4 de marzo de 1678 en Venecia y fue bautizado provisionalmente
en su casa y oficialmente en la iglesia de San Giovanni in Bragora,
que aun se erige en la espléndida ciudad de los canales.
El bebé recibió el
bautismo en su casa “per pericolo di morte“, según una breve noticia que
ofrece detalles sobre su nacimiento.
Durante toda su
vida padeció asma, una afección incurable que él mismo describió como una “strettezza
di petto” (estrechez de pecho).
A pesar de esta
limitación física fue ordenado sacerdote, se convirtió en un virtuoso del
violín y en el principal animador musical del Ospedale della Pietà, para niños
huérfanos o abandonados.
Su aportación a la
música de concierto fue invaluable, e influyó en las composiciones de otros
grandes músicos como Händel y el mismo Bach.
Pese a ello, su
obra fue ignorada durante mucho tiempo, hasta que a principios del siglo XX el
interés por la música del periodo barroco fue reavivado.
Su obra más
representativa es la serie integrada por cuatro conciertos titulada Las Cuatro
Estaciones, en las que una orquesta acompaña a un violín a lo largo de cuatro
piezas inspiradas en cada estación del año.
Vivaldi era pelirrojo, por
lo que recibió el apodo il prete rosso (El cura Rojo), puesto que
también fue sacerdote católico.
Además, pese a que
desde niño recibió instrucción en violín, el que se convirtió en su instrumento
principal, Vivaldi también destacó como autor de grandes óperas.
Vivaldi falleció a los 63
años de edad mientras se encontraba en Viena y en el contexto de la cruenta
Guerra de Sucesión Austríaca.
Murió empobrecido y
de una inflamación interna durante la noche del 27 al 28 de julio de 1741.
Johann Sebastian
Bach nació en Eisenach, en el corazón de Alemania, a finales de marzo
de 1685, en el seno de una gran familia de músicos.
Su padre, Johann
Ambrosius Bach, fue trompetista de la corte y director de los músicos
locales.
Todos sus tíos
también eran músicos profesionales.
El futuro genio
llegó al mundo en una casa que ya no existe, pero que estaba situada al lado de
la actual Bachhaus Eisenach, un magnífico museo que cada año atrae a miles de
visitantes, casi tantos como la Beethoven-Haus en Bonn.
Bach sufrió la pérdida
de su madre en 1694 y la de su padre menos de un año después.
Desde 1700, cuando
viajó a Luneburgo, se desempeñó como cantor, violinista y organista.
Ciudades
importantes a lo largo de su carrera fueron Weimar, Arnstadt, Mühlhausen,
Köthen, donde compuso sus mejores obras, como los Conciertos de Brandenburgo, y
Leipzig, donde pasó los últimos 27 años de su vida como cantor en la
Thomasschule, un edificio que quedó completo destruido durante los bombardeos
de 1944.
A más de un cuarto
de siglo de su fallecimiento, la música de Johann Sebastian Bach no
sólo no envejece, sino que sigue influyendo en los compositores actuales.
Fue un genio que
gozó del aplauso en vida, pero cuya obra fue sepultada en el olvido al poco
tiempo de morir, hasta el punto de que los hijos, también músicos, se hicieron
más famosos que el padre.
Bach murió el 28 de
julio de 1750, a los 65 años de edad, aquejado de una progresiva ceguera que le
mantuvo encerrado en una habitación oscura.
Las causas de su
muerte han sido relacionadas con las defectuosas operaciones de cataratas que
sufrió y con una posterior infección que lo remató.
Como ha ocurrido
con muchas otras mentes geniales, Bach no fue apreciado como grande en su
época.
Fue hasta que en
1829 el compositor y director de orquesta Mendelssohn dirigió uno de sus
conciertos cuando la obra de Bach comenzó a ser reconocida.
La religión fue uno
de sus temas predilectos.
Bach compuso una pieza
basada en cada uno de los evangelios de la Biblia, así como composiciones para
acompañar misas y otros temas de corte religioso.
La obra de Bach se
compone de más de mil piezas…, muchas de ellas fueron por encargo.
Bach consideraba que su
éxito se debía a su disciplina y arduo trabajo, más que a su talento.
Al final de su
vida Bach perdió la vista, debido en parte a su grave miopía y
a toda una vida dedicada al trabajo de composición sin más luz que la de un
candil encendido.
Las piezas Variaciones
de Goldberg y El clave bien
temperado fueron compuestas cuando Bach ya era completamente ciego.
Millones de
personas han escuchado a J. S. Bach, Miles de conciertos y cientos
de CDs presentan su música inigualable.
Pero en su
época, Bach era prácticamente un desconocido, al menos fuera
de las villas alemanas en las que vivía y trabajaba sin hacer ruido.
Bach nunca se sintió
atraído por el estrellato, la fama o la fortuna.
Este genio
incuestionable era agradablemente modesto.
Dijo a un estudiante:
“simplemente practica con diligencia y todo irá muy bien; tienes cinco dedos en
cada mano tan sanos como los míos”.
Una vez, cuando
alabaron su maravillosa habilidad como organista, Bach demostró
su característica humildad e ingenio respondiendo: “no hay nada maravilloso en
ello; sólo se trata de golpear las notas adecuadas en el momento adecuado y el
instrumento hace el resto”.
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