EL JARDÍN PERFUMADO:
EL ANTIGUO KAMA SUTRA ÁRABE
Este libro escrito en
la Edad Media, aborda de forma muy directa el arte de la cópula,
diferenciándose del Kama Sutra por profundizar a través de parábolas muy
vividas, alternativas que abarcan desde el alargamiento del pene hasta
posiciones sexuales; un manual que ruborizaría hasta al mismísimo Vatsiaiana.
Hablar de libros eróticos antiguos, el más famoso y conocido es el Kama
Sutra, escrito por Mal-la Naga Vatsiaiana; una obra que rinde tributo acerca de
las artes amatorias desde la perspectiva religiosa hindú, que se ha abierto
camino a través de los siglos gracias a sus técnicas y posiciones. No podemos
dejar de nombrar al el Ananga ranga, manual sexual indio, escrito en el siglo
XVI por Kaliana Mal·la.
Muchos pueden pensar que el Kama Sutra de Vatsiaiana es el único libro en su estilo, pero en el medio oriente nació otro libro muy parecido. De origen musulmán, escrito en el año 1535 por el autor Cheik Al-Nafzawi, El jardín perfumado aborda el arte del amor y el sexo con un estilo poético a través de relatos y parábolas.
Aunque Las mil y una noches aún mantiene su lugar como el libro árabe más
conocido, El jardín perfumado podría ocupar el segundo lugar. En este sentido,
los ingleses se beneficiaron de sus páginas, al ser ambos libros traducidos a
esa lengua por el venturero, sexólogo y orientalista Richard Burton, destacando
por ser un libro medieval (de principios del siglo XV) cargada de mucho
erotismo.
Así como otras obras de tinte erótico, está prohibido por muchas
escuelas legales del islam y la sharia, siendo una pieza clave que demuestra
que el mundo islámico albergó muchísimos textos y poemas acerca del erotismo y
el sexo; que incluían hasta la homosexualidad (tan condenada en esa región) si
nombramos el trabajo del poeta Abu Nuwás. Es decir el Islam (que hoy
ofrece su cara más bronca) conoció amplios períodos de tolerancia y liberalidad
moral.
Al-Nafzawi era fiel creyente de Alá, en este sentido, en su libro inicia agradeciendo:
“Gracias por darnos la bendición de la
sexualidad con una buena verga y una hermosa vagina, el azote del macho y la
convulsión de la hembra”.
Siendo él mismo un ulema (erudito del islam) escribió El jardín
perfumado para exponer con historias el arte de la cópula a través de un
lenguaje, directo pero al mismo tiempo elegante con metáforas de fácil
reconocimiento como “jardín perfumado” al referirse a la vagina. Aquí expone
cómo el hombre y la mujer disfrutan del sexo, refiriéndose a los gustos de la
mujer por la eyaculación masculina; y a las preferencias de los hombres por
vaginas sin malos olores; por ejemplo. Asimismo, aconseja la cópula al estar
ligero del estómago; e igualmente expone la psiquis femenina desde la
sexualidad con interrogantes: hechas a una anciana como:
¿Dónde reside el entendimiento en las mujeres?
Entre sus muslos…
¿Anomalía del mundo árabe?
Es sabido que en el mundo árabe es complejo el tema de la sexualidad, ya
que hoy es asumido desde el tabú; en este sentido El jardín perfumado podría
ser una curiosa anomalía del mundo árabe. La especialista Sarah Irving explica,
cómo esta obra fue creada desde las bendiciones divinas lejos de ser una vulgar
pieza de pornografía árabe clandestina:
“Estos textos fueron aprobados religiosamente.
Sus consejos fueron vistos como parte de los regalos de Dios a la
humanidad".
En el otro extremo de las percepciones equivocadas sobre esta región,
está la representación hecha por los orientalistas, quienes la muestran
como un "patio de recreo" para la sexualidad, donde las
fantasías de Occidente corren libremente.
En su hipersexualizado mundo árabe, Flaubert se jacta de haber dormido con la bailarina egipcia Kuchuk Hanem, y al "turco lujurioso" le cortaron su apéndice (pene), el cual era preservado celosamente por su esclavo, de una manera que incluso Sada Abe habría aprobado.
En su hipersexualizado mundo árabe, Flaubert se jacta de haber dormido con la bailarina egipcia Kuchuk Hanem, y al "turco lujurioso" le cortaron su apéndice (pene), el cual era preservado celosamente por su esclavo, de una manera que incluso Sada Abe habría aprobado.
Las dos ideas del mundo árabe -hipersexual y estéril- son, obviamente, sesgadas.
Este libro es un clásico de la literatura erótica, funcional para ser
una guía de posiciones eróticas o una herramienta para desarrollar una
forma más profunda de las relaciones de pareja, con la estética de los textos
orientales; siendo una joya medieval que no ha perdido vigencia. Incluso, presenta
opiniones sobre qué cualidades tienen los hombres y las mujeres para ser
atractivo, advertencias sobre la salud sexual, recetas para remediar
enfermedades sexuales, sexo entre los animales hasta una lista de nombres
para el pene y la vagina y una sección sobre la interpretación de los sueños,
todo abordado con un tono muy pintoresco e ilustrativo.
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