RITA SEGATO
“LA PRIMERA VÍCTIMA DEL MANDATO DE MASCULINIDAD ES
EL HOMBRE”
por Laura Vilche
(Ovación / 22-8-2017)
La antropóloga Rita
Segato estuvo en Rosario disertando sobre violencia de género y con Ovación
habló también de fútbol y machismo.
¿Por qué publicar la nota de una antropóloga feminista e investigadora
de cuestiones relacionadas con la violencia de género en un suplemento
deportivo? Porque Rita Segato, la argentina de 65 años que reside entre
Brasilia y Tilcara, estuvo en Rosario y habló sobre género, feminicidios,
violaciones, racismo y colonialidad, pero en sus disertaciones se escabulleron
más de una vez las palabras "masculinidad" y "machismo", y
el fútbol fue tan sólo uno de los escenarios en los que puso a jugar ambos
conceptos, para criticarlos duramente.
"Vengo viendo y analizando casos de violencia de género entre
hombres", dijo Segato antes de apuntar como ejemplo a la salvaje golpiza
que en abril pasado terminó con la vida de Emanuel Balbo, el hincha de Belgrano
arrojado al vacío en el estadio cordobés Mario Alberto Kempes durante el
clásico contra Talleres.
Para esta mujer, lo que está en juego en hechos aberrantes como ese es
justamente la masculinidad. "Hay hombres que para gozar del prestigio
masculino frente a sus pares son obligados a hacer lo que no tienen ganas y a
veces a no hacer lo que tienen ganas: la primera víctima del mandato de
masculinidad es el hombre", aseguró.
A esa idea, que sigue analizando, la dijo en más de una oportunidad y a
sala llena, de mujeres y varones. La expresó durante la mesa "Género y
violencia", organizada por el municipio, y también en la conferencia
"El periodismo y el espejo de la reina mala, ¿Cómo pueden contribuir los
medios para prevenir la violencia machista", convocada por Periodistas de
Argentina en Red por una Comunicación No Sexista (RedPar). Y finalmente
ante Ovación, con el que aclaró que "el mundo" del
deporte no va a cambiar porque haya cada vez más mujeres futbolistas, árbitros,
técnicas o dirigentes. "Las propias instituciones tienen género, son
patriarcales: el Estado, la Universidad y también el deporte lo son",
afirmó antes de invitar a comenzar a "pensar una política en clave
femenina". Una tarea que no parece que pueda dejarse fuera de las páginas
deportivas de los medios, que para Segato deberían ser "buenos espejos
para la reflexión".
¿Por qué toma la brutal paliza de la cancha de Córdoba como violencia de
género?
Lo que ocurrió acá también sucedió en una cancha de Lima, Perú. Una
estructura regular en dos países diferentes, un síntoma. Esos simpatizantes
entendieron que ese hombre era un hincha del enemigo y me hizo pensar en algo
que no podía formular hasta ahora y es que la primera víctima del mandato de
masculinidad son los hombres. No pueden tener ciertas formas de intimidad y
tranquilidad que las mujeres tenemos. Acá está conmigo mi compañero (el músico
Tukuta Gordillo), pero no es lo más habitual, es común que ellos cuando
trabajamos nos digan "no te espero" o "te espero en la
puerta". El hombre no está preparado para ser acompañante y a eso llamo
mandato de masculinidad. Son imposiciones a los hombres, que hacen a su
protocolo de existencia, lo que les hace evidenciar su potencia, su no
sumisión. El hombre tiene un miedo muy arraigado y es el de perder su
masculinidad ante otros hombres. Para ser parte, para no quedar fuera de esa hermandad,
puede llegar a ser cruel y narcisista. Todo un sacrificio para ser un hombre.
Las mujeres debemos saber que el hombre no sufre, por ejemplo, de ser cornudo
por la mujer, sino por la cofradía, por la mirada de los otros hombres. Hay que
desmontar ese mandato que, entre otras cosas, es mano de obra bélica.
¿Se podrá desde el mundo deportivo en general y el futbolero en
particular?
El deporte es guerra y el fútbol es faccionalista, algo fundacional en
la Argentina. Desde las guerras por la independencia hubo facciones, la grieta
no es de hoy. Y la masculinidad en el jugador de fútbol merece pensarse. Creo
que es homoafectiva. No hay nada más importante para un hombre que otro hombre.
Groseramente siempre se dice que entre hombres se miden.
Claro, porque la relación es competitiva pero homoafectiva entre
cofrades. Para que un hombre salga de allí debe estar muy seguro de su
masculinidad y los varones inteligentes intentan desplazarse hacia afuera de
ese mandato por varios caminos. Fíjese que se ha analizado por qué los hombres
mueren antes que las mujeres en todos los países del mundo. Y las
investigaciones psicológicas y médicas dan cuenta de que es porque sufren pero
no pueden reconocer su propio sufrimiento. El mandato les impone sacrificios
inmensos. Son obligados a hacer lo que no tienen ganas y a veces a no hacer lo
que tienen ganas.
¿Cómo abrir realmente los espacios de las mujeres y que no quede en mera
retórica?
El Estado es patriarcal, no importa que esté lleno de mujeres. Hay que
hacer un gran trabajo para pensar qué es una política en clave femenina. Es la
tarea pendiente para todas las que estamos en este campo. No lo pienso desde un
lugar esencialista sino histórico y político: pensar qué perdimos, qué obstruyó
el Estado en la modernidad y recuperar la memoria y recomenzar desde allí. En abril de este año a Emanuel Balbo, de 22 años e hincha de
Belgrano de Córdoba, lo arrojaron al vacío una veintena de simpatizantes
durante el clásico cordobés contra Talleres, en el estadio Mario Kempes.
"Algo
similar ocurrió en Perú", dijo Rita Segato marcando lo que considera un
síntoma.
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