FRANCISCO
ESPÍNOLA
DON
JUAN, EL ZORRO
ARTURO
SERGIO VISCA: PRÓLOGO (3)
HISTORIA
DE UNA NOVELA EXCEPCIONAL
CUARTA ENTREGA
3
DIEZ
CAPÍTULOS Y TRES APÉNDICES (2)
V. Muerte y velorio del Peludo. De
este capítulo se conservan los originales manuscritos a que se ha hecho
referencia en las líneas dedicadas al capítulo I, La mala acción del Peludo. Pero la versión más avanzada, aunque con
toda seguridad no final, es la que figura en Escritura, constituyendo el sexto y último capitulillo del
fragmento allí publicado. El impreso conservado presenta numerosas correcciones
manuscritas que, desde luego, han pasado a esta edición. No se conservan copias
mecanografiadas ni ningún otro manuscrito fuera de los citados. La ubicación de
este capítulo en el total de la novela reconoce las mismas razones de
coherencia narrativa que validan la ubicación del anterior.
VI. En la casa del Zorrino. Este
capítulo, tal como queda indicado en el inciso b) del parágrafo 2, y al igual
del titulado La partida del Sargento
Cimarrón, fue rescatado al ubicarse y ordenar las páginas que lo componen y
que se hallaban dispersas entre una maraña de papeles de muy diversa índole. No
quedó copia mecanografiada. Los originales manuscritos hallados corresponden
unos, a la versión manuscrita primaria, y otros, a la secundaria. Pero tanto
los unos como los otros son de muy difícil lectura. Por momentos, totalmente
ilegibles. El capítulo pudo ser recompuesto mediante el estudio comparativo de
ambas versiones, porque pasajes ilegibles en una pudieron ser descifrados en la
otra. Es indudable que este capítulo, lo mismo que el titulado La partida del Sargento Cimarrón, estaba
destinado a ser reelaborado a fondo. Su ubicación en el total de la novela
suscitó algunas dudas. Es evidente que debe ocupar un lugar posterior al
capítulo IV, La partida del Sargento
Cimarrón, porque hacia el final de ese capítulo, el Zorrino le dice a don
Juan: “-Bueno, ahora vamos derecho a
casa. Y allí resolveremos lo que va a ser de tu vida (…)”; tampoco cabe
duda que antecede inmediatamente al capítulo VII. La pulpería, porque al final de los folios de la versión manuscrita
secundaria, figura, con letra del autor, la siguiente anotación: “Sigue en la pulpería de La flor de un día”.
Hasta aquí no hay dudas acerca de su ubicación. Las mismas se plantean en
relación con el capítulo V, la muerte y
velorio del Peludo. ¿En la casa del
Zorrino debía anteceder o seguir a Muerte
y velorio del Peludo? Ambas ubicaciones eran admisibles. Se prefirió la
segunda, entre otros motivos, para no separar demasiado la muerte de la agonía del
Peludo.
VII. La pulpería. La ubicación de
este capítulo no admite dudas. De acuerdo con anotación manuscrita recién
citada; “sigue en la pulpería La flor de
un día”, este capítulo debe ir inmediatamente después de En la casa del Zorrino. De la pulpería se conservan originales
manuscritos (borradores, versión primaria y secundaria, ambas con abundantes
correcciones manuscritas). La versión definitiva es la de CEDAL. Esta edición
la reproduce con las correcciones manuscritas del autor que figuran en el
impreso.
VIII. El sitio de la Mulita. Este
extenso capítulo se mantuvo hasta ahora casi totalmente inédito: sólo fue dado
a conocer el breve fragmento del mismo publicado en Asir. De los originales manuscritos sólo han quedado unos pocos
folios. Se conservan, afortunadamente, los originales mecanografiados, en sus
dos versiones, aunque incompleta la primaria. Ambas tienen numerosas
correcciones manuscritas. Obviamente, para esta edición se utilizó la versión
manuscrita secundaria. La ubicación de este capítulo y la de los dos siguientes
no plantea dudas, porque los originales mecanografiados de los tres, en una y
otra versión, constituyen dos series de folios con numeración correlativa (del
1 al 134 la versión mecanografiada secundaria).
IX. Los tres viejos. Sólo se
conservan tres folios de los originales manuscritos. También un original
mecanografiado con numerosas correcciones manuscritas. La versión definitiva de
este capítulo es la constituida por su publicación en Puente, ya que el impreso respectivo tiene numerosísimas
correcciones. La versión de Puente es
la que sirvió para esta edición, pero después de efectuado un cuidadoso cotejo
entre las correcciones manuscritas que figuran en el original mecanografiado y
las que presenta el impreso.
X. Muerte de los Sargentos y de la
Mulita. Se conservan manuscritos originales (una sola versión) y
mecanografiados (versiones primaria y secundaria) con abundantes correcciones.
La versión definitiva es la de CEDAL, que sólo presenta unas pocas correcciones
manuscritas. Tras su cotejo con los originales mecanografiados secundarios, se
utilizó CEDAL para esta edición.
Apéndice I: La tormenta y Apéndice II:
Noche en el monte. Estos capítulos han permanecido hasta ahora inéditos. Se
publican como apéndices porque no es posible darles una ubicación válida dentro
del conjunto de unos diez capítulos que los anteceden. Sólo es seguro que
pertenecen a la parte final de la novela. De ambos se conservan originales
manuscritos (borradores y versiones primarias y secundarias). Todas las copias
mecanografiadas tienen numerosísimas correcciones manuscritas. Esta edición
recoge la versión mecanografiada secundaria pero después de efectuado un
cuidadoso cotejo de sus correcciones con las que figuran en la versión
mecanografiada primaria.
Apéndice III. Comentarios del
autor sobre Don Juan, el Zorro.
Recoge el material mencionado en el inciso e) del parágrafo 2.
La atenta lectura de los diez capítulos en que han quedado ordenados los
materiales válidos para la recomposición de Don
Juan, el Zorro, hará evidente al lector que los capítulos I y V, La mala acción del Peludo y Muerte y velorio del Peludo,
respectivamente, y asimismo, la primera parte del capítulo VI, En la casa del Zorrino, difieren de los
otros siete tanto por su concepción narrativa como por su realización estética.
También podrá comprobar el lector atento que la novela, tal como ha quedado
compuesta, presenta algunas contradicciones en sus aspectos anecdóticos. Así,
por ejemplo, en los recién mencionados capítulos I y IV, Don Juan tiene trato
personal con la Mulita, contradiciendo lo que dice el mismo Don Juan en la
exclamación siguiente, que figura hacia el final del capítulo VII: “-Pobre Mulita! ¡Qué va a ser de ella, tan
sola!... ¡Y yo sin haberla podido conocer personalmente todavía!”. Esas
diferencias en la concepción narrativa y de la realización de algunos capítulos
con respecto a otros, así como las incongruencias anecdóticas perceptibles en
la novela, se explican fácilmente cuando se conoce el proceso -largo proceso-
de gestación de la novela.
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