ELICURA CHIHUAILAF
“ESTE PREMIO ABRE UNA VENTANA PARA QUE EL ESTADO ESCUCHE AL PUEBLO
MAPUCHE”
por Andrés Gómez y Rodrigo González
(LA TERCERA / 1-9-2020)
El autor
de De Sueños Azules y Contrasueños es el primer escritor mapuche en
recibir el Premio Nacional de Literatura, en casi 80 años. Desde Asturias,
donde se encuentra desde marzo, expresa sus deseos de que el galardón promueva
un diálogo entre las comunidades indígenas y la sociedad chilena. "Ojalá
podamos conversar de manera profunda y que cada cual asuma lo que tiene que
asumir".
Fue un ejercicio de nostalgia. Comenzó a escribir a los 15 años, cuando
se trasladó desde Quecherewe, en la precordillera, al Liceo de Temuco. Hijo de
maestros rurales, Elicura Chihuailaf creció escuchando los cuentos de su abuela
junto al fogón, las adivinanzas e historias de su gente. Y con esas voces dio
forma a su escritura: “Hablo de la memoria de mi niñez/ y no de una sociedad
idílica/ Allí me parece aprendí lo que era la poesía”.
La misma nostalgia acaso que siente ahora en Asturias, en España, donde
se encuentra desde marzo, producto de las suspensiones de vuelos provocadas por
la pandemia. “Esto es como un extraño exilio, con el tiempo uno comienza a
añorar su territorio, las personas, las bandurrias, las voces, los esteros, los
bosques”, decía haces unas semanas a La Tercera el autor
de De sueños azules y contrasueños.
Rodeado de un paisaje de montañas, Elicura Chihauilaf recibió allá una
noticia de bordes históricos: es el primer poeta mapuche en obtener el Premio
Nacional de Literatura, en 80 años, el máximo galardón del Estado para los
escritores.
El premio le fue otorgado hoy “por su vasta trayectoria y por su
capacidad de instalar la tradición oral de su pueblo en una escritura poderosa,
que trasciende la cultura mapuche. Con maestría y haciendo uso de una expresión
muy propia, ha contribuido de forma decidida a difundir su universo poético en
todo el mundo, amplificando la voz de sus ancestros, desde la
contemporaneidad”, dice el fallo.
El jurado lo integraron la ministra de Cultura, Consuelo Valdés; la
escritora Diamela Eltit, como última premiada; María Eugenia Góngora,
representante de la Academia Chilena de la Lengua; la ensayista Adriana Valdés
y la poeta mapuche María Isabel Lara Millapán, nominadas por el Consejo de la
Cultura; el rector de la Universidad de Chile, Ennio Vidaldi, y el rector de la
UMCE, Jaime Espinosa, representante del Consejo de Rectores.
Nacido en Quecherewe en 1952, Chihuailaf ha dado voz a su comunidad en
su obra y ha desplegado esfuerzos por establecer un diálogo con la sociedad
chilena, en especial en su libro Recado confidencial a los chilenos y
en su memoria La vida es una nube azul.
“Agradezco la confianza que a través de este premio se ha depositado en
la palabra de nuestra gente y de nuestros antepasados que habita en mí”, dijo
al agradecer a la ministra de Cultura vía Zoom. “Intento hacer dialogar mi
espíritu y mi corazón de mapuche, porque es necesaria una pluriculturalidad: es
el camino que hoy hay que tomar, en este momento tan tremendo que vive el
mundo, en el que la naturaleza nos ha dado una dura advertencia. Reitero el
agradecimiento, porque no soy yo quien habla únicamente: el autor es un pequeño
camino dentro de lo que es la enseñanza y la palabra de nuestros antepasados.
Esa voz, de un pueblo que sufre hace 200 años, es la que me ha llevado por el
mundo”.
¿Qué significa este premio entregado en
el contexto del recrudecimiento del conflicto mapuche?
Este premio abre una ventana para que el Estado se anime a escuchar la
realidad del pueblo mapuche. Ojalá que también ayude a ver que nuestra lucha
(la del pueblo mapuche) es también una lucha por la ternura. También quiero
reflexionar sobre lo siguiente: creo que la pandemia nos ha demostrado
sobradamente que es una respuesta a la violencia sostenida del ser humano
contra el agua de la vida, contra los bosques, contra su población de insectos,
de flores y de hongos.
Para el poeta, “el premio tal vez es una señal para resolver un gran
problema no resuelto, un problema conceptual. Significa que, de acuerdo a
expertos, desde 1915 se establece que Chile es un país de blancos donde no fue
necesaria la importación de esclavos debido a lo benigno de su clima y que la
presencia de población indígena en el sur de país y en las más bajas capas de
la sociedad es sólo visible al ojo del experto. Pienso que justamente este
premio da la posibilidad de dar vuelta ese espejo o de despejarlo; se trata de
un espejo obnubilado. Es la hora de ver nuestra hermosa morenidad. A fin de
cuentas, todos los pueblos en vienen de culturas nativas”.
Presentado al premio por la Universidad de La Frontera, Elicura
Chihuailaf piensa que “en nuestro país debería existir un diálogo entre la
hermosa morenidad del pueblo mapuche y la pretendida blanquedad de Chile. Ojalá
podamos conversar de manera profunda y que cada cual asuma lo que tiene que
asumir. Se habla de desarrollo, pero para los mapuches el desarrollo es junto a
la naturaleza, no contra la naturaleza. Y cuando se habla de justicia, creo que
es importante entender que la justicia se impuso sobre la legitimidad. Todos
estos desencuentros conceptuales han contribuido al denominado conflicto
mapuche.
Elicura Chihuailaf postulaba por tercera vez al premio. Entre los
nominados se encontraban poetas como Rosabetty Muñoz, Elvira Hernández, Carmen
Berenguer, Teresa Calderón, Claudio Bertoni y Tomás Harris.
El galardón entrega una suma aproximada de $ 23 millones y una pensión
mensual vitalicia de 20 UTM.
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