SAN JUAN DE LA CRUZ
LLAMA
DE AMOR VIVA
OCTAGESIMOPRIMERA
ENTREGA
CANCIÓN TERCERA (10)
¡Oh lámparas de fuego,
en cuyos resplandores
las profundas cavernas
del sentido
que estaba oscuro y
ciego,
con extraños primores
calor y luz dan junto a
su Querido!
DECLARACIÓN
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El tercer ciego es la misma alma., la cual, no entendiéndose, como
habemos dicho, ella misma se perturbe y se hace el daño; porque, como ella no
sabe obrar sino por el sentido y discurso de pensamiento, cuando Dios la quiere
poner en aquel vacío y soledad donde no puede usar de las potencias ni hacer actos,
como ve que ella no hace nada, procura hacerlo, y así se distrae y se llena de
sequedad y disgusto el alma, la cual estaba gustando de la ociosidad de la paz
y silencio espiritual en que Dios la estaba de secreto poniendo a gesto. Y
acaecerá que Dios esté portando por tenerla en aquella callada quietud, y ella
porfiando también con la imaginación y con el entendimiento a querer obrar por
sí misma. En lo cual es como el muchacho que, queriéndole llevar su madre en
brazos, él va gritando y pateando por irse por su pie, y así ni anda él ni deja
andar a la madre; o como cuando, queriendo el pintor pintar una imagen y otro
se la estuviese meneando, que no se haría nada, o se borraría la pintura.
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