SAN
JUAN DE LA CRUZ
CAUTELAS
(3)
CENTESIMODECIMONOVENA ENTREGA
INSTRUCCIÓN Y CAUTELAS DE
QUE DEBE USAR EL QUE DESEA SER VERDADERO RELIGIOSO Y LLEGAR A LA PERFECCIÓN
CONTRA
EL DEMONIO
SEGUNDA
CAUTELA
12. La segunda cautela sea
que jamás mires al prelado con menos ojos que a Dios, sea el prelado que
fuere, pues le tienes en su lugar. Y advierte que el demonio mete mucho aquí la
mano. Mirando así al prelado, es grande la ganancia y aprovechamiento, y sin
esto grande la pérdida y el daño. Y así, con grande vigilancia vela en que no
mires en su condición, ni en su modo, ni en su traza, ni en otras maneras de
proceder suyas; porque te harás tanto daño, que vendrás a trocar la obediencia
divina en humana, moviéndote o no te moviendo sólo por los modos que ves
visibles en el prelado, y no por Dios invisible, a quien sirves en él. Y será
tu obediencia vana o tanto más infructuosa cuanto más tú, por la adversa
condición del prelado te agravas, o por la buena condición te aligeras. Porque
dígote que mirar de esos modos, a grande multitud de religiosos tiene
arruinados en la perfección, y sus obediencias son de muy poco valor delante de
los ojos de Dios, por haberlos ellos puesto en estas cosas acerca de la obediencia.
Si esto no haces con fuerza, de manera que vengas a que no se te dé más que sea
prelado uno que otro, por lo que a tu particular sentimiento toca, en ninguna
manera podrás ser espiritual ni guardar bien tus votos.
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