Destino casuístico de los "Reflejos de una vida ordinaria"

No podía evitar sentirme mal, porque mi cuerpo estaba cansado y mi Alma como ausente luego de aquella frenética noche de roces, glamour y perdición, que no logró saciar mi apetito de una especie de autodestrucción que pensé por mucho tiempo que jamás debería visitar nuevamente y sin embargo, esto me muestra nuevamente que los límites siempre son fronteras tan elásticas como nuestra voluntad lo imagine y nuestra esquizofrenia solapada pueda derribar. Quizás sea que la muerte me haya rozado de un suspiro pero no lo puedo aseverar salvo por los restos de sus mordiscones y sus besos que cuasi como una vampira succionaba mientras se perdía en los recónditos senderos del placer culposamente casual pero compartido y que hoy dejan sus huellas color violeta sobre mi cuello.

O acaso mi espalda surcada por los senderos de sus uñas mientras la Vida fecundaba orgasmos, o su perfume deliciosamente embriagador que no me permite sacarla de mi mente.
No es el sexo lo que me conmueve, sino sentir pasión por algo que se vincula con mi sentir, con mi corazón, con mi espiritu en formato de mujer.

No volvería a verla, pero si llamarla y recibir sus mensajes de posibles visitas esporádicas como en una procesión a una virgen aún a anunciarse.

Sabía porque ya me lo había dicho, que su futuro estaba pautado por el confort y la comidad de su ausente marido que la mimaba en la medida que pueda representar aquello que simule el deseo y la posesión.

Así, me fuí convirtiendo rapidamente en su servidor, en el escalvo de sus deseos con el concentimiento de mi razón que supo guardar silencio y permitirme vivir de los excesos secretos de esta mujer, ajena, ausente de una edad incierta pero convertida en una metafora de un ideal que no es el mío.

Me gusta. (cont. esta tarde)

Nice Day