GASTON
BACHELARD
LAUTRÉAMONT
(traducción de Angelina Martín del Campo)
CUADRAGESIMOSEXTA ENTREGA
V LAUTRÉAMONT: POETA DE
LOS MÚSCULOS Y DEL GRITO
III
Se
tendrá inmediatamente el ejemplo del carácter directo y primero del
estremecimiento muscular, desde las primeras páginas de los Cantos de Maldoror. El odio de “fosas
nasales orgullosas, anchas y flacas” (p. 124). El odio basta para dar la
primitividad muscular al ser usado, espoleado, anonadado por las más pasivas.
Entonces el estremecimiento de las fosas nasales no responde a la invasión de
un perfume; el orgullo de una fosa nasal dinamizada por el odio no se nutre con
incienso. “Tus fosas nasales, que están desmesuradamente dilatadas de inefable
contento, de éxtasis inmóvil, no le pedirán nada mejor al espacio, convertido
en algo embalsamado con perfumes e incienso; pues estarán saciadas de completa
felicidad.”
¿Hay
ejemplo más claro de un trastocamiento de los valores sensibles? Lo que era
sensación pasiva, de pronto es voluntad; lo que era espera, de pronto es
provocación. ¿No es el olfato el sentido más pasivo, más terrestre, más inmóvil,
más inmovilizante?, ¿el que lenta, paciente, sabiamente debe esperar que la
realidad impuesta se aleje, se borre, para soñar verdaderamente para escribir
su poema? Cuando el perfume sea un recuerdo, el recuerdo será un perfume. El perfume
con su materia y su ideal podrá integrarse en ricas y vastas correspondencias.
Pero lo que se gane en riqueza, se perderá en decisión. Una dinamogenia
primitiva, como la que se encuentra animada en los Cantos de Maldoror no soporta los perfumes triunfantes. Todo ese
universo pasivo y respirado se debilita y se borra cuando el acto se impone
como un universo. El soplo supera a los soplos. A la vida ofendida sucede la
vida ofensiva. Entonces la carne viva es su propio dolor ella misma.
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