16/1/16

GASTON BACHELARD

LAUTRÉAMONT

(traducción de Angelina Martín del Campo)


CUADRAGESIMOSEXTA ENTREGA


V LAUTRÉAMONT: POETA DE LOS MÚSCULOS Y DEL GRITO


III             


Se tendrá inmediatamente el ejemplo del carácter directo y primero del estremecimiento muscular, desde las primeras páginas de los Cantos de Maldoror. El odio de “fosas nasales orgullosas, anchas y flacas” (p. 124). El odio basta para dar la primitividad muscular al ser usado, espoleado, anonadado por las más pasivas. Entonces el estremecimiento de las fosas nasales no responde a la invasión de un perfume; el orgullo de una fosa nasal dinamizada por el odio no se nutre con incienso. “Tus fosas nasales, que están desmesuradamente dilatadas de inefable contento, de éxtasis inmóvil, no le pedirán nada mejor al espacio, convertido en algo embalsamado con perfumes e incienso; pues estarán saciadas de completa felicidad.”



¿Hay ejemplo más claro de un trastocamiento de los valores sensibles? Lo que era sensación pasiva, de pronto es voluntad; lo que era espera, de pronto es provocación. ¿No es el olfato el sentido más pasivo, más terrestre, más inmóvil, más inmovilizante?, ¿el que lenta, paciente, sabiamente debe esperar que la realidad impuesta se aleje, se borre, para soñar verdaderamente para escribir su poema? Cuando el perfume sea un recuerdo, el recuerdo será un perfume. El perfume con su materia y su ideal podrá integrarse en ricas y vastas correspondencias. Pero lo que se gane en riqueza, se perderá en decisión. Una dinamogenia primitiva, como la que se encuentra animada en los Cantos de Maldoror no soporta los perfumes triunfantes. Todo ese universo pasivo y respirado se debilita y se borra cuando el acto se impone como un universo. El soplo supera a los soplos. A la vida ofendida sucede la vida ofensiva. Entonces la carne viva es su propio dolor ella misma.

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