LA
INTIFADA PALESTINA Y SU POESÍA
Poemas
palestinos de resistencia
Taufiq
Zayyad
Mahmud
Darwish
Fadua
Tuqán
Samih
Al-Qasim
Salim
Yubrán
Prólogo, selección y notas de Alejandro Hamed Franco
Primera edición WEB: elMontevideano Laboratorio de
Artes, 2016 / Primera edición: Arandurâ Editorial, 2002.
SEGUNDA ENTREGA
PRESENTACIÓN
(2)
Ni la presencia
bizantina ni la llegada de los árabes musulmanes en el siglo VII alteraron los
rasgos palestinos comunes. No debemos olvidar que la relación entre los habitantes
de Arabia y Palestina es permanente a todo lo largo de la historia, y que las
zonas limítrofes del sur y el sureste palestino estuvieron siempre habitadas
por árabes, fenómeno que gradualmente se traslada a las ciudades. En el año 637
el califa Omar llega a Jerusalem y, en actitud simbólica, la confirma como uno
de los lugares santos del Islam, permite el regreso de los judíos a Jerusalem,
de donde fueron expulsados por los bizantinos, tolerando al mismo tiempo el
culto de los cristianos. De esta suerte, se inicia la etapa de arabización
cultural de Palestina.
Se producen así dos
fenómenos ya inextinguibles: la adopción de la lengua árabe en forma progresiva
por toda la población, y buena parte de esta se convierte al Islam, aun siendo
amplia todavía la cantidad de cristianos allí existentes, contando además con
una minoría de judíos palestinos.
Los centros del saber
religioso y erudito se encontraban en los monasterios, como los de San Sabas,
San Cheritón y Santa Catalina, ubicado este en la península del Sinaí, y
dependían del Patriarca de Jerusalem. Hasta el siglo VIII, las obras aun se escriben
en griego y siríaco, pero de a poco el árabe se impone. El monje Teodoro Abu
Qurra redactó en árabe algunos alegatos que presentó ante los musulmanes en esa
época.
Si bien el latín, el
griego, el siríaco, el hebreo y el árabe se mantenían en las respectivas
liturgias, esta última lengua también encuentra amplia aceptación en los
sectores populares.
Palestina pasa a formar
parte de un conjunto de civilización y cultura a lo cual aporta sus propias
cualidades. Coincide con la aparición de figuras de relevancia que trascienden
ampliamente los límites del país. Al Shafei es uno de los cuatro imames que
crearon escuela jurídica en el Islam. Había nacido en Gaza y murió en El Cairo en
el 820. Su escuela domina en Indonesia, Malasia, en la costa oriental de África
y en Siria. Las otras escuelas son: la Maliki, la Hanafi y la Hambali.
Por su parte, Al
Maqdisi (s. XI) es un geógrafo e historiador destacado que nació en Jerusalem.
Al Safadi, polígrafo, oriundo de Safad, donde desempeñó importantes funciones y
produjo más de quinientas obras, se suma a esta lista.
A lo largo de la Edad Media,
se acentúa el atractivo de esta tierra sobre los viajeros de todo el mundo. Las
cruzadas enfatizan la atención europea hacia ese suelo. Con Saladino, Palestina
conoce de nuevo una época de plenitud.
Ya en el siglo XVIII,
sobresalen dos aspectos importantes en el campo cultural: las tradiciones
populares, como la literatura, la música, el bordado, etc., y la literatura
mística, donde sobresale la figura de al Nabulsi (m. 1791), originario de
Naplusa, profundo conocedor de la lengua árabe.
En el siglo XIX aumenta
la atención europea y norteamericana por Palestina. Ya Napoleón Bonaparte había
manifestado su interés en convertir esta tierra en la base de penetración en
toda la región, para lo cual había que emplear, no sólo la fuerza militar, sino
también medios culturales sutiles.
Por su parte, en 1818,
se constituye en Estados Unidos una asociación misionera con el objetivo de
instalarse en Palestina, lo que se logra plenamente entre los años 1840-50,
mientras que en Roma, el Papa Gregorio XVI exhortaba en 1831 a los jesuitas a
que se dirigieran a Siria.
La llegada de la primera
imprenta a Palestina representó un hito trascendente, que en su primera etapa
se dedicó solamente a imprimir libros de carácter religioso. En 1851, se crea
la Imprenta Nacional por Alfuns Antún Alunso.
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