LA
INTIFADA PALESTINA Y SU POESÍA
Poemas
palestinos de resistencia
Taufiq
Zayyad
Mahmud
Darwish
Fadua
Tuqán
Samih
Al-Qasim
Salim
Yubrán
Prólogo, selección y notas de Alejandro Hamed Franco
Primera edición WEB: elMontevideano Laboratorio de
Artes, 2016 / Primera edición: Arandurâ Editorial, 2002.
SEXTA ENTREGA
TAUFIQ
ZAYYAD (2)
Fuente
de vuelta
¡Queridas gentes mías!
Con las pestañas.
Alfombraré el camino de
nuestra vuelta
con las pestañas.
Acunaré en mi seno
vuestra herida.
Juntará las espinas del
camino
con los párpados.
Y con las palmas
trituraré el granito.
Con las palmas.
Y de mi carne,
levantaré el puente de
vuestra vuelta.
En las dos orillas.
Crucificado
¡Queridas gentes
mías!...
Con las rosas y el
dulce.
Con el amor completo,
estoy esperando.
Yo, la tierra, la luna.
Y la fuente, las
flores, el olivo.
Con las eras sedientas,
el camino,
y las vides.
Y mil verdes poemas
que hacen hoja la
piedra.
*
*
*
Con las rosas y el
dulce.
Con el amor completo,
estoy esperando.
Y espío el soplo
del viento que viene
del Este.
Pues tal vez en las
alas
de sus alas
nos venga la noticia.
Cierto día, tal vez, el
río grite:
Respira ya…
Pues tu perdida gente,
me atravesó…
¡Crucificado!
Sobre
un tronco de olivo
Porque no tejo lana.
Porque todos los días
estoy expuesto
a la orden de arresto;
y expuesta está mi casa
a que la policía la
visite,
para su “saneamiento”.
Porque no puedo ni
comprar papel,
grabaré todo lo que
encuentre,
grabaré todos mis
secretos,
sobre un olivo,
en el patio de mi casa.
Grabaré mi historia
y los actos de mi
drama,
mis quejidos
encima del naranjal
y de las tumbas de mis
muertos.
Y toda la amargura que
he gustado,
que borrará
un décimo tan sólo de
la dulzura próxima.
Grabaré el número
de cada trozo hurtado a
nuestra tierra,
los límites y el sitio
de mi pueblo,
las casas de sus gentes
destruidas,
mis árboles arrancados,
y todas las flores
silvestres pisoteadas.
Los nombres de los que
se han hecho maestros
en retorcer mis nervios;
los nombres de las
cárceles,
toda clase de argollas
que me ataron las
manos.
Grabaré los dossieres
de mis guardias,
y las injurias todas
vertidas sobre mí.
Escribiré: “Kufr Qasim,
no te olvido” (*)
Escribiré: “Der Yasin,
hunde en mis tus recuerdos” (*)
Escribiré: “Llegamos a
la cima de la tragedia”
Grabaré todo lo que me
cuenta el sol,
y la luna me dice
quedamente;
lo que canta la alondra
sobre el pozo dejado
por los amantes.
Para acordarme bien…
De pie, continuaré
grabando
los actos de mi drama
y todas las etapas del
desastre.
Del grano
a la montaña.
Sobre un olivo,
en el patio de mi casa.
(*) Kufr Qasin. Otra aldea palestina, escenario asimismo
de un criminal acontecimiento. El 29 de octubre de 1956, cincuenta y un campesinos,
hombres, mujeres y niños, fueron asesinados, a la vuelta de su labor, por las
ametralladoras de las unidades israelíes de fronteras. (Puede verse el libro
citado de Demeron, pp. 67 y ss.)
(*) Der Yasin. Aldea palestina, escenario de un
genocidio en la noche del 9 al 10 de abril de 1948. En tal ocasión murieron
doscientos cincuenta y cuatro árabes de diversos sexos y edad. Los supervivientes,
en camiones descubiertos, fueron paseados por los barrios judíos de Jerusalén.
(Más detalles sobre este crimen pueden verse, en el libro de Pierre Demeron:
Contre Israël, Paris, 1986, página 61 y ss.)
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