LOS
RECOVECOS DE MANUEL MIGUEL
Desbocada
reinvención de la vida de Manuel Espínola Gómez.
Hugo
Giovanetti Viola
Primera edición: Caracol al Galope, 1999.
Primera edición WEB: elMontevideano Laboratorio de
Artes, 2016.
OCTAVA ENTREGA
SEGUNDA
PUERTA: ARENA ASOMBRADA (4)
EL MATERIAL del primer
número de la revista Palabra empezó a
ser compuesto en setiembre. Llegamos a corregir pruebas y todo, hasta que el
Ministerio del Interior ordenó secuestrar los plomos de la imprenta y llamaron
a declarar a nuestro director, Leonidas Spatakis. La tarde que salí volando a
Pocitos a comunicarle al Peludo lo que pasaba lo encontré en plena batalla con
uno de los ocho cuadros polifocalistas.
-¿Escuchaste la
gritería, recién? -me preguntó, mirándome con dificultad a través del vapor
extraordinario que segregaba el cuadro en elaboración (Cierto regreso, cierta continuidad, cierto sueño). -Lo que pasa es
que no me salía un color y me agarré una calentura que casi reviento.
-Yo no escuché nada.
-Entonces habré gritado
hace un rato. ¿Qué horas son?
-Deben ser como las
cinco. Nos cagaron la revista, Peludo. Requisaron la imprenta ayer de noche y
hoy Spatakis estuvo declarando no sé cuántas horas. Pero no te preocupes, que
salió bien parado.
Manolo
frunce una mueca muy ancha y se clava dos dedos moteados de óleo sobre los
párpados: tiene medio cuerpo desnudo y suda a chorros: yo apenas me animo a
vichar el enorme bastidor octogonal como me pasó en El Prado cuando entreví el
salón donde fulguraba El Greco: pero al torcer los ojos me enfrento al ya
terminado Más allá de nuestros días y la reverberación del reino me paraliza: entonces Manolo hace un breve
comentario sobre el cierre de Palabra y
recupera el ritmo de una pincelada percutiente como si se sometiera a una
palanca de mando: Fuerza grito y me escapo escuchando un resoplido.
EL 18 de noviembre fue
estrenada la muestra en Galería Losada, y se repitió en marzo del año siguiente
a pedido del público. MANUEL ESPÍNOLA
GÓMEZ EXPONE durante 14 tardes laborables LOA PRIMEROS EJERCICIOS UNIVERSALES
EMERGENTES DEL POLIFOCALISMO (nuevo enfoque óptico expresivo ideado por el
autor) anunciaba el catálogo, que contenía también una enjundiosa
fundamentación estético-biográfica. Todo arrancaba en la infancia solisense,
cuando el “mirador cavante” que
siempre fue Manolo buscaba -entre otras cosas- el descubrimiento, a través de “golpes afortunados” de pupila -en realidad
pupila gobernada-, de fisonomías frescas, no demasiado familiares, “incontaminadas”.
O sea, la “restitución” -de una parte
al menos- del “misterio original”, en cierto modo perdido o manoseado. El
primer intento “focalista” tuvo lugar hace
ya más de tres décadas. Quise materializar, mejor aun, inmovilizar esa
experiencia contemplativa mediante un retrato de mi padre, cuyo centro o foco
panorámico habíase fijado en el extremo nasal -la nariz era su rasgo más
prominente-, y el resto, iba, -fue- perdiendo los contornos filosos, precisos,
y la intensidad de su superficie. Manolo reconocía -aunque recién ahora,
contemplando la historia retrospectiva- la influencia que la fotografía y la
cinematografía deben haber tenido en aquel primer intento (clave) que no se
concretó. Muchos años después, en los “retratos paisajes” o “retratos
decorativos” del 72, situaría los focos aislados de coloración múltiple que se
roban la “mira” del espectador dentro de cada rostro. Hasta que en los paisajes
actuales se concretaba por fin -aunque no plenamente, todavía- el
polifocalismo. Ahora bien, ¿cuál es el
origen de este último? Observando detenidamente mi “propio sistema” de prensión
visual -que es más o menos el común- descubrí o creí descubrir -porque es muy
difícil “pasar en limpio” algo que puede mezclarse con la autosugestión- que el
comportamiento de mis ojos frente a la realidad circundante se verificaba, de
manera corriente, en no menos de dos o
tres y no más de cinco o seis sucesivos
“golpes de vista” enérgicos, vitales, con las correspondientes excepciones. (El
panorama, así, mostraríase con algunos puntos mayormente “recortados”,
punzantes, que el resto, mas… no por razones de perspectiva atmosférica, eso
sí.)
Mi padre también tiene
un catálogo en la mano: acabamos de ver la exposición y ahora estamos sentados
en la platea del Millington Drake esperando que salga a tocar Álvaro Pierri en
su primera presentación montevideana después de haber ganado el Concurso
Internacional de Guitarra de París con medalla de oro: Qué noche le murmuro a
la muchacha que encontré parada apenas abrí la puerta de la primavera: Nadie
puede discutir que el Peludo es un maestro me codea mi padre Pero para qué se
complica tanto escribiendo estas cosas: en ese momento Álvaro sale a escena y
nos paramos a aplaudirlo: Todos con la
cabeza afuera del agua y hundidos en una luz más larga que el horror y la muerte
para siempre amén rezo sin recordar que no soy religioso.
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