JULIO
HERRERA Y REISSIG
PSICOLOGÍA
LITERARIA
(El Diario
Español, 1907)
Exégesis
de introspección. Modos del inconsciente. El esfuminio y la luz en el arte.
Moldes de sensibilidad. Rejuvenecimiento de la poesía. Lo intraductible en la
sensación. El alma de las palabras. Jano del pensamiento. Dos teorías de
estética que son una misma. El sentido evocatorio. Lo simple y lo sutil. Lo
antiguo en lo moderno. Platón y el siglo XIX.
OCTAVA ENTREGA
Lo
simple (2)
¡Cuánto suda el alma para encontrar una expresión! Y
una expresión es a veces toda el alma, toda la vida, un viaje al través de
todos los dolores, de todas las embriagueces, de todos los círculos, de la
filosofía, de todos los universos de la conciencia.
Lo claro es lo oscuro.
Lo simple es lo complejo. En el fondo del diamante está la noche del carbón y
más allá el sol formidable que ostenta el día plutónico de sus entrañas
incandescentes.
El alma humana sigue
esta ley. ¿Hay acaso algo más luminoso y más opaco, más sencillo y más
complicado que el Amor, antítesis esencial que hará eternamente sufrir y gozar,
vivir y extenuarse, llorar y cantar al rústico montañés y al excéntrico
quintaesenciado?
El artista es en su
Arte un colaborador de la Naturaleza, que pule, que aclara, que perfecciona, al
reproducir. El genio lee en voz alta su libro de un millón de páginas. Y al
mismo tiempo, interpreta, da forma, sintetiza, saltea, deja de lado, y amplía.
El instinto de esa inmensa madre determina la inteligencia de nuestro idioma y
la intuición de nuestros sentidos. La sencillez compleja de nuestra palabra
corresponde a la compleja simplicidad de su gran voz salvaje.
¡Oh, la Diosa simple,
complicada, profunda, sincera, veraz y engañosa! ¡Oh, la buena y la voluble;
oh, la pérfida y la impenetrable! ¡Oh, la que murmura y la que no precisa!
Ella evoca más que
revela; su elocuencia radia sugestiones. Es la erudita sonámbula de un sueño
pitonisico!
Tal como es ella,
Beldad monstruosa, es el Arte, naturaleza refinada.
Por eso es que el
principal valor de la literatura, como lo afirma un esteta, consiste, no en lo
que dice, sino en lo que sugiere y hace pensar. El gran Arte es el arte evocador,
el arte emocional, que obra por sugestión, el que necesita, para ser sentido,
de un receptor armonioso que sea un alma instrumentada y un clavicordio que sea
un hombre.
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