LAO
TSÉ
TAO
TE CHING
Edición
por Vladimir Antonov
Traducido
al español por Anton Teplyy
DECIMOSÉPTIMA ENTREGA
62
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Tao es el profundo Fundamento de todo. Es el tesoro de aquellos que Lo buscan.
No obstante, Tao también reconoce la existencia de las personas de mal.
Sin duda, hay que predicar la pureza y la conducta
bondadosa a todas las personas. Pero ¿acaso no necesita la sociedad de las
personas de mal?
¿Acaso no ayudan ellas
a conocer el carácter efímero de los bienes y tesoros terrenales, así como el
carácter ilusorio de la esperanza de permanecer siempre en la Tierra en el
cuerpo actual?
¿Acaso, en la
interacción con ellas, no hacen las personas de bien esfuerzos por
transformarse en su Camino hacia Tao con el fin de apartarse tan lejos del mal
como les sea posible? Pues, para ser inalcanzable por el mal, es necesario
realizar acciones concretas para el desarrollo de uno mismo como conciencia.
(33)
¡Y muchos no se
esforzarían por llegar a ser mejores si no hubiese existido “ayuda” de parte de
las personas de mal!
Los gobernantes
terrenales, quienes poseen el poder absoluto, y sus allegados, valoran sus
alhajas y carruajes lujosos. ¡No obstante, en realidad, no son mejores que
aquellos que, en la soledad y tranquilidad, siguen el Camino Más Profundo hacia Tao! ¿No sería mejor para estos
gobernantes también comenzar a llevar una vida tranquila y dedicarla al
conocimiento de Tao?
Se afirma que en la
antigüedad las personas no buscaban riquezas terrenales y los delincuentes no
eran ejecutados. En aquellos tiempos, todos veneraban a Tao.
Notas
(33) Tales ejemplos están en el libro Cómo conocer a Dios. Libro 2. Autobiografías
de los estudiantes de Dios.
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