CARLOS
CASTANEDA
LAS
ENSEÑANZAS DE DON JUAN
(Una
forma yaqui de conocimiento)
VIGESIMOTERCERA ENTREGA
PRIMERA
PARTE
“LAS
ENSEÑANZAS”
III
(8)
Jueves,
23 de noviembre, 1961 (1)
Al llegar en el auto,
no vi a don Juan sentado en su zaguán. Eso me pareció extraño. Lo llamé en voz
alta y su nuera salió de la casa.
-Está adentro -dijo.
Resultó que don Juan se
había dislocado el tobillo varias semanas antes. Había hecho su propio enyesado
remojando tiras de tela en una papilla de cacto y hueso molido. Las tiras,
atadas estrechamente en torno del tobillo, habían formado al secarse un molde
ligero, ajustado. Tenía la dureza del yeso, pero no su amplitud de volumen.
-¿Cómo pasó? -pregunté.
La nuera, una yucateca
que lo estaba atendiendo, me contestó:
-Fue un accidente. ¡Se
cayó y casi se rompe el pie!
Don Juan rio y esperó
que la mujer saliera de la casa antes de responder.
-¡Qué accidente ni que nada!
Tengo cerca una enemiga. ¡La Catalina! Me empujó en un momento de debilidad y
yo caí.
-¿Por qué hizo eso
ella!
-Porque quería matarme,
por eso.
-¿Estuvo aquí con
usted?
-¡Sí!
-¿Por qué la dejó
entrar?
-Yo no la dejé. Ella
entró volando.
-¡Cómo dice!
-Es chanate. Y muy
buena para eso. Me cogió desprevenido. Ha estado tratando de acabarme desde
hace mucho. Esta vez anduvo muy cerca.
-¿Dijo usted que es un
chanate? Digo, ¿es la Catalina un pájaro?
-Ahí vas otra vez con
tus preguntas. ¡Es un chanate! Igual que yo soy un cuervo. ¿Soy un hombre o un
pájaro? Soy un hombre que sabe cómo volverse pájaro. Pero hablando otra vez de
la Catalina: ¡es una bruja del demonio! Su intención de matarme es tan fuerte
que a duras penas logré quitármela de encima. El chanate se metió hasta mi casa
y no pude detenerlo.
-¿Puede usted
convertirse en pájaro, don Juan?
-¡Sí! Pero es algo que
veremos después.
-¿Por qué quiere
matarlo?
-Oh, hay un viejo
problema entre nosotros. Se pasó de la raya, y ahora parece que tendré que
acabar con ella antes de que ella acabe conmigo.
-¿Va a usted a usar
brujería? -pregunté con gran expectación.
-No seas tonto. Ninguna
brujería trabajaría contra ella. ¡Tengo otros planes! Algún día te los diré.
-¿Puede su aliado
protegerlo de ella?
-¡No! El humito nada
más me dice qué hacer. Luego yo debo protegerme solo.
-¿Y Mescalito? ¿Puede
protegerlo de ella?
-¡No! Mescalito es un
maestro, no un poder que se use por motivos personales.
-¿Y la yerba del
diablo?
-Ya te dije que debo
protegerme solo, siguiendo las indicaciones de mi aliado el humito. Y hasta
donde yo sé, el humito puede hacer cualquier cosa. Si quieres saber de lo que
sea, el humito te dice. Y no sólo te da conocimiento, sino también los medios
para proseguir. Es el aliado más maravilloso que un hombre pueda tener.
-¿Es el humito el mejor
aliado posible para todo el mundo?
-Todos nosotros no
somos iguales. Muchos le tienen miedo y no lo tocan, ni siquiera se le acercan.
El humito es como todo lo demás; no se hizo para todos nosotros.
-¿Qué clase de humo es,
don Juan?
-¡El humo de los
adivinos!
No hay comentarios:
Publicar un comentario