ENCUENTRO
CON LA SOMBRA
(El poder del lado oscuro de la
naturaleza humana)
Carl
G. Jung / Joseph Campbell.
ll
/ Marie-Louise von Franz / Robert Bly / Ken Wilber / Nathaniel Branden / Sam
Keen / Larry Dossey / Rollo May
/ M. Scott Peck / James Hillman / John Bradshaw y otros.
Edición
a cargo de Connie Zweig y Jeremia Abrams.
CIENTOSEPTUAGESIMOSEXTA
ENTREGA
DÉCIMA PARTE
RECUPERAR NUESTRO LADO OSCURO
MEDIANTE LA INTUICIÓN, EL ARTE Y EL RITUAL
41: ASUMIR LA RESPONSABILIDAD DE
NUESTRA PROPIA SOMBRA
Ken Wilber (3)
Si
el primer paso en el proceso de “curación” de las proyecciones de la sombra es
el de asumir la responsabilidad de dichas proyecciones, el segundo consiste en invertir el sentido de la proyección y
hacer amablemente a los demás lo que hasta entonces nos habíamos estado
haciendo despiadamente a nosotros mismos. Si lo hacemos así, la afirmación
previa de que “el mundo me rechaza”
se transforma en “¡en este momento rechazo todo el condenado mundo!”; “mis
padres quieren que estudie” se convierte en “quiero estudiar”; “mi pobre
madre me necesita” deviene “necesito
estar cerca de ella”; “tengo miedo de quedarme solo” se traduce como “malditas
las ganas que tengo hoy de ver a nadie” y “la gente siempre me critica” pasa a
ser “no paro de criticar a todo el mundo”.
En
breve volveremos a estos dos pasos esenciales, la responsabilidad y la
inversión pero, por el momento, baste con señalar que, en todos los casos de
proyección de la sombra, estamos distorsionando “neuróticamente” nuestra
autoimagen para hacerla aceptable. De esta manera, todas aquellas facetas de
nuestra autoimagen, de nuestro ego, que no coinciden con lo que
superficialmente creemos que nos interesa, todos aquellos aspectos
incompatibles con las bandas filosóficas, todo aquellos rasgos que hemos
alienado en momentos de stress, impasse o doble vínculo, constituyen ahora
aspectos enajenados de nuestro propio potencial. Como resultado de todo ello,
nuestra identidad va reduciéndose progresivamente hasta llegar a ser tan sólo
una pequeña fracción de nuestro ego, la distorsionada y empobrecida persona y, al mismo tiempo, nos
condenamos eternamente a sentirnos acosados de continuo por nuestra propia
sombra, a la que ahora negamos la menor atención consciente. No obstante, la
sombra siempre tiene algo que decir y pugna por abrirse paso hacia la
conciencia en forma de ansiedad, culpa, miedo y depresión. La sombra deviene
síntoma y se aferra a nosotros como un vampiro a su presa,
Metafóricamente
hablando, podríamos decir que hemos escindido la concordia discors del psiquismo en numerosa polaridades, contrarios
y opuestos (a los que nos referimos grupalmente como dualismo cuaternario) y terminamos
dividiendo al psiquismo en la persona y la sombra. De esta manera, la sombra se
convierte precisamente en lo opuesto de
la persona que consciente y deliberadamente creemos ser.
No hay comentarios:
Publicar un comentario