HUGO GIOVANETTI VIOLA
HABEMUS CIELO
UNO: SOPA DE HORROR
SEXTA ENTREGA
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-Gracias -apenas pudo construir
una mínima sonrisa de labios y ojos cerrados el doctor Rabí después que Poli
tocó Oración por todos.
-Te juro que recién sentí como si estuviera
rezando, gordo.
-¿Y eso lo tocás ahí en Viena?
-Últimamente casi no puedo. Me
hace acordar demasiado a Jerónimo, igual que la Canço del Lladre.
-El otro día tu hermano fue a
llevarle a Abel Rosso el demo que grabaron Cristina y Ana Inés.
-Yo también la cantaba.
-Y te salía preciosa.
-Sí. Pero cuando Senel me dijo
que Jerónimo la compuso pensando en que la única solución que teníamos mamá y
yo era perdonar a Dios se me fueron
las ganas de cantarla.
-Ah, yo creo que esa
interpretación de tu hermano es muy tramposa -se le hinchó una fluorescencia
lastimante al doctor. -Que no joda, el teólogo.
-Y por qué pensás que es tramposa
-se puso a bordonear taquicárdicamente Poli.
-Porque un edípico como Jerónimo
también tuvo que perdonar a Dios, por más santo que fuera.
-Mirá vos. Ni los santos se salvan.
-¿De qué?
-De odiar a Dios.
-¿Te acordás de aquella voz de
Porchia que dice: Dios mío, casi no he creído nunca en tí, pero siempre te he amado?
-¿Cómo no me voy a acordar si los
dueños de la verdad de la familia
Rabí se pasaron paspándome toda la vida con eso?
Entonces el doctor bajó los rulos rubios y raleados
para confesar igual que si vomitara:
-Cuando me enteré de lo que hizo
Brenda en las fiestas me pasé un rato largo rezando a gritos para que no se
enloqueciera. Y sentí que jamás la pude querer como ella se lo merecía. Pero lo terrible es que ahora
siento que la amo así, aunque ya no
podamos volver a juntarnos.
-Perdoname, pero no entiendo qué
tiene que ver eso con la frase de Porchia.
-Es que una vez Jerónimo me dijo
que él sólo era capaz de amar de verdad cuando
escribía, ¿entendés?
-Pero eso no es verdad.
-Lo único que interesa es que él
toda la vida sintió esa culpa. Y Abel
me dijo que cuando se empedaba mal era capaz de poner patas para arriba la
frase de Porchia: Dios mío, siempre he
creído en ti, pero casi nunca te he amado. Y yo soy médico y a veces pienso
lo mismo, Poli: que no tuve la fe que hacía falta para ayudar a tu madre a
curarse de los recuerdos de la celda mental donde la torturaron cuando era
chiquita.
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La mañana de Reyes Brenda almorzó
con los Rosso y después fue hasta su apartamento a traer un DVD para compartir
con ellos sus dos películas preferidas: Mujer
bonita y El guardaespaldas.
-Ah, pero entonces la cantante no
se queda con él. Así no vale -se le arrugó el deslumbramiento a Michita, que se
había pasado las tres horas agarrándole la mano a su marido como en las matinés
de los viejos tiempos.
-Yo antes veía primero Mujer bonita. Pero la realidad es así
-se agachó para sacar el disco del aparato la ex-actriz de delgadez turgente.
-¿Y cómo es la realidad? -sonrió
Pirín, casi con idiotez.
-Mi madre decía siempre: Las cosas se rompen, nena.
-¿Vos sabés que la Magdalena
también pensaba que Jesús era un príncipe
azul y al final terminó por entender que lo que se ata en la tierra en el nombre del reino no se deshace nunca?
-Ta -se apelotonó el rulerío
sobre la cara la todavía esposa del
doctor Rabí. -Biblia no, por favor. Y mirá que Poli y yo nos devoramos El código Da Vinci, aunque los dueños de Dios de la familia piensen
que somos taradas.
-¿A Jerónimo también lo
considerabas un dueño de Dios?
-apenas pudo sonreír el viejo.
-Bueno -empezó a poner en una
bandeja las tazas de té y el plato con migas de pastafrola Michita. -Mejor no
escarbar en eso.
-Yo le veía a Dios adentro a mi cuñado -demoró en suspirar Brenda.
-Y mirá que él decía que tuvo que dejar de leer El código Da Vinci en la página 30 porque era basura demasiado mal escrita.
-¿Y a tu marido no le veías a
Dios adentro? -se le alfileró la curiosidad detectivesca a Pirín.
-Los primeros años sí. Hasta que
cuando me empezaron las crisis depresivas me di cuenta que él ya me amaba como
un guardaespaldas, nomás.
-No entiendo.
-Pero si lo acabamos de ver en la
película -estiró un brazo irritadamente hacia el DVD la todavía esposa del doctor Rabí. -Los guardaespaldas aman por
obligación, nomás. Y una empieza a sentirse como un pedazo de carne en peligro.
Entonces la mujer diminuta se fue
a la cocina con la bandeja sin poder disimular un fruncimiento desconcertado y
Brenda murmuró:
-Perdón. Es que yo debo tener 77
demonios en vez de 7.
-¿Y alguna vez Jerónimo te
comentó por qué él pensaba que Jesús y la Magdalena fueron mucho más que esposos?
-No. Nunca hablamos de eso.
-Porque solamente una compañera del reino pudo alegrarse al
verlo resucitado. Una esposa común le
hubiera dicho: Pero mirá que sos
pelotudo, Rabbuní. ¿Todo el mundo hecho mierda porque te crucificaron y vos
todavía jugando a aparecerte disfrazado de jardinero?
23
Senel empezó sus vacaciones
aislándose en el viejo chalé que tenían los Rabí en Atlántida para dedicarse a
predicar clandestinamente a través del Facebook, pero el segundo domingo tuvo
que volver a encontrarse con su padre en la parroquia San Alejandro.
-Perdoná la ignorancia, ¿pero
todavía existe la unción para los enfermos? -se puso colorado como un chiquilín
el doctor cuando entraron a una de las piezas-confesorios de la sacristía.
-Por supuesto. ¿Estás bien?
-Muy bien. Mejor que nunca.
Y después que el muchacho-hombre
con aura sajona trajo el óleo sacramental su padre se paró para olfatearle la
ropa asqueadamente:
-No me digas que volviste a
fumar.
-El otro día mamá me rezongó exactamente con la misma frase.
Pero te pido que en este momento pienses que soy un prelado y no tu hijo. Y que el que se está confesando sos vos.
-Todo bien -sacó su teléfono del
bolsillo el doctor para localizar una foto donde se distinguía el rostro de una
especie de mujer-pájaro posado sobre la transparencia solar de una cortina.
-¿Recibiste este testimonio que te compartí por Facebook?
-Claro.
-Apareció el 8 de diciembre en la
casa de un tallerista de Abel Rosso que estaba desayunando con la novia. Y
aunque ninguno de los dos es católico gritaron al mismo tiempo Mirá la Virgen y tuvieron tiempo de
sacarle una foto con el celular.
Entonces Senel bajó su perfil
querúbico para suspirar con complaciente impasibilidad:
-A mí lo único que me demuestran
estas epifanías es que a veces Dios elige formas muy imprevisibles para manifestarse.
-Pero no te conmueven demasiado.
-Es que no tendríamos que necesitarlas. Y además hay muchísima gente
que después de saber que existe la divinidad prefiere seguir
cagándose en la fe, carajo. ¿De qué
te sirve un touch? Mirá: el mes
pasado perdí el control en la misa y me puse a gritar que si la resurrección
apareciera filmada en los noticieros la mayoría de la humanidad apagaría
enseguida los televisores.
-Hijo -se agarró sonriendo las
manazas el doctor Rabí. -En la tomografía que me hicieron anteayer para situar
mejor el nódulo descubrieron que tengo un tumor gigantesco en el riñón.
-¿Maligno?
-Eso ni se averigua. La anatomía
patológica te la estudian después que te lo sacan. Y además esto me lo
agarraron en una fase asintomática y puedo zafar bien. Conozco muchos casos de
gente que vive perfectamente con un solo riñón y quisiera curarme, de verdad.
Pero lo que a mí me importa tanto como ver una foto de la Virgen es que el cielo me haya escuchado cuando ofrecí la
vida. ¿Entendés?
24
-Él gordo mismo había pedido que
le hicieran nada más que cuello y tórax, mamá -le explicó Poli a Brenda. -Fue
cosa del tomógrafo.
-Eso es porque son colegas y
quiso asegurarse de que no hubiera regalos
escondidos -le dio la espalda a la pantalla para apoyar la cabeza en el vidrio
del ventanal la mujer con perfil de sirena.
-Y sin embargo papá dice que es
rarísimo que al tipo se le haya ocurrido
de golpe pedirle a la enfermera que bajara a hacerle todo el cuerpo.
-¿Y cómo se lo dijeron? -parpadeó
compulsivamente para defenderse de la avalancha solar Brenda.
-¿Lo qué?
-Lo del cáncer, hijita. Se supone
que habrán tenido la delicadeza de prepararlo diciéndole que detectaron un
quiste sospechoso o algo así.
-Ah, eso no sé. Lo operan en
febrero.
-Entonces deben tener un susto
horrible, porque para ellos las licencias son más sagradas que los partidos por
las Eliminatorias.
-Bueno, el gordo sigue
contentísimo y se piensa pasar una semana en Atlántida invitando a comer
parrilladas con riñones a todos los amigos.
-Decime: ¿y tu padre y Senel no
te comentaron nada sobre un reportaje que le hicieron en el blog de el
Montevideano a un tallerista de Abel Rosso que le sacó una foto a una aparición
sobrenatural que hubo el 8 diciembre?
-Ellos saben que a esas cosas yo
no les doy pelota.
-Ta, pero esta nota la hizo Abel
y cualquiera se da cuenta que la foto no
es trucha -dejó tatuada una marca vaporosa en el ventanal la mujer que ahora
literalmente parecía chorrear oro. -Pedí Testimonio
de una aparición sobrenatural en el buscador del blog y fijate lo que dicen
el muchacho y la novia. Por favor.
-Pa. Zarpado -resopló Poli al
rato. -Pero viste que además de ser el día de la Virgen era justo el
aniversario de la muerte de Lennon. Aunque para mí las facciones de la epifanía
son de mujer.
Entonces Brenda se acercó a la
repisa para destapar la foto de su casamiento por civil, que ya estaba muy
borrosa.
-Yo no veo ni a la Virgen ni a
Lennon -puso frente a la pantalla el retrato de su cuñado mientras se abanicaba
con la mano todavía ceñida por el anillo de compromiso. -Para mí es tu tío
Jerónimo, nena. ¿Puedo pedirte que toques Oración
por todos?
-Es cierto: la nariz podría ser
perfectamente la de Jerónimo -demoró en comprobar la afinación la guitarrista
de resplandor tahitiano. -Qué loco es todo esto.
-Y además los muchachos dicen que
se posó en la cortina justo cuando estaban escuchando Naranjo en flor por Goyeneche.
-No se puede creer. Justo lo que
les gustaba berrear a dúo con el gordo cuando estaban muy choborras. Qué loco
es todo esto.
-Sí. Y yo lo que menos soporto de
Dios es que jamás sea cuerdo.
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