ENCUENTRO
CON LA SOMBRA
(El poder del lado oscuro de la
naturaleza humana)
Carl
G. Jung / Joseph Campbell.
ll
/ Marie-Louise von Franz / Robert Bly / Ken Wilber / Nathaniel Branden / Sam Keen
/ Larry Dossey / Rollo May
/ M. Scott Peck / James Hillman / John Bradshaw y otros.
Edición
a cargo de Connie Zweig y Jeremia Abrams.
CIENTOSEPTUAGESIMOCTAVA
ENTREGA
DÉCIMA PARTE
RECUPERAR NUESTRO LADO OSCURO
MEDIANTE LA INTUICIÓN, EL ARTE Y EL RITUAL
41: ASUMIR LA RESPONSABILIDAD DE
NUESTRA PROPIA SOMBRA
Ken Wilber (4)
Así
pues, el primer opuesto al que podemos intentar enfrentarnos es el deseo oculto
de mantener los síntomas, el deseo inconsciente de pellizcarnos a nosotros
mismos. Señalemos, además, que cuanto más ridículo le parezca esto a un
determinado individuo menos en contacto se hallará este con su propia sombra,
con esa parte de sí mismo que es la responsable de los pellizcos.
Por
consiguiente, no tiene el menos sentido preguntarnos cómo puedo desembarazarme
de esos síntomas porque ¡eso supondría que no soy yo quien lo está haciendo! Lo mismo ocurre si me pregunto “¿cómo
puedo dejar de pellizcarme?” Mientras sigamos preocupados por dejar de
pellizcarnos, mientras persistamos en intentar
dejar de hacerlo es obvio que no nos habremos dado cuenta de que somos
nosotros mismos quienes nos estamos pellizcando. De ese modo, no hacemos sino
mantener, o incluso aumentar, el dolor. ¡Si realmente nos diéramos cuenta de
que nos estamos pellizcando a nosotros mismos no nos preguntaríamos cómo dejar
de hacerlo sino que simplemente dejaríamos de hacerlo de inmediato! En otras
palabras, la razón por la que el síntoma no desaparece es precisamente el hecho
de que estamos tratando de hacerlo desaparecer. Por este motivo Perls afirmaba
que cuanto más luchamos contra un síntoma más empeora este. El cambio
deliberado nunca funciona porque excluye a la sombra.
¡No se trata de desembarazarnos de ningún
síntoma sino más bien de intentar exagerarlo deliberada y conscientemente, de
tratar de experimentarlo plenamente! Si estamos deprimidos procuremos
deprimirnos todavía más; si estamos tensos aumentemos la tensión; si nos
sentimos culpables exageremos el sentimiento de culpa. ¡Hagámoslo literalmente
así! Si intentamos hacer esto reconoceremos a la sombra y, por vez primera, nos
solidarizaremos con ella y, por consiguiente, pasaremos a hacer conscientemente
lo que hasta entonces sólo habíamos hecho de un modo inconsciente. Cuando, de
un modo activo y deliberado, ponemos todo nuestro empeño en intentar reproducir
nuestros síntomas estaremos reunificando realmente nuestra persona y nuestra sombra. Entonces tomaremos contacto con
nuestros opuestos y nos pondremos de su parte y, en resumen, re-descubriremos
nuestra sombra.
Si
exageramos, de modo deliberado y consciente, cualquier síntoma presente hasta
llegar a darnos cuenta de que eso es lo que siempre hemos hecho estaremos, por
primera vez, en situación de dejar de hacerlo. Al igual que Max, en nuestro
ejemplo anterior, sólo pudo dejar de tensarse libremente después de tomar clara
conciencia de que era él quien se estaba tensando. Si somos libres para
provocarnos más culpabilidad entonces
nos percataremos espontáneamente de que también podemos hacer algo para
sentirnos menos culpables. Si somos
libres para deprimirnos también lo somos para no hacerlo. Mi padre tenía un
remedio infalible para curar instantáneamente el hipo sacando un billete de
veinte dólares y pidiendo a cambio que la víctima hipara sólo una vez más.
Admitir la ansiedad es dejar de sentirse ansioso y el modo más fácil de “dis-ten-sar”
a una persona es invitarla a que se tense todo lo que pueda. En todos los
casos, la adhesión consciente a un determinado síntoma nos libera de él.
No hay comentarios:
Publicar un comentario