SAN
JUAN DE LA CRUZ
CÁNTICO
ESPIRITUAL
UNDÉCIMA ENTREGA
¡Oh
bosques y espesuras
plantadas
por la mano del Amado!
¡Oh
prado de verduras
de
flores esmaltado;
decid
si por vosotros ha pasado!
DECLARACIÓN
1
/
Después que el alma ha dado a entender la manera de disponerse para comenzar
este camino, que es el ánimo para no se andar ya a deleites y gustos, y
fortaleza para vencer las tentaciones y dificultades, en lo cual consiste el
ejercicio del conocimiento de sí -que es lo primero que tiene que hacer el alma
para ir al conocimiento de Dios-, ahora en esta canción comienza a caminar por
la consideración y conocimiento de las criaturas al conocimiento de su Amado,
Criador de ellas. Porque, después de el ejercicio del conocimiento propio, esta
consideración de las criaturas es la primera por orden en este camino
espiritual para ir conociendo a Dios, considerando su grandeza y excelencia por
ellas, según aquello de el Apóstol, que dice: “Invisibilia enim ipsius a
creatura mundi, per era quae facta sunt, intellecta, conspiciuntur” (Rom. 1,20);
que es como decir: “Las cosas invisibles de Dios”, del alma “son conocidas por
las cosas visibles creadas a invisibles”. Habla, pues, el alma en esta canción
con las criaturas, preguntándoles por su Amado. Y es de notar que, como dice
San Agustín, la pregunta que el alma hace a las criaturas es la consideración
que en ellas hace de el Criador de ellas. Y así, en esta canción se contiene la
consideración de los elementos y de las demás criaturas inferiores y la consideración
de los cielos y de las demás criaturas y cosas materiales que Dios crió en
ellos, y también la consideración de los espíritus celestiales, diciendo:
¡Oh
bosques y espesuras!
2
/
Llama “bosques” a los elementos que son: tierra, agua, aire y fuego, porque así
como amenísimos bosques están poblados de espesas criaturas, a las cuales aquí
llama “espesuras” por el grande número y muchas diferencias que hay de ellas en
cada elemento: en la tierra, innumerables variedades de animales y plantas; en el agua, innumerables
diferencias de peces; y en el aire, mucha diversidad de aves; y el elemento de
el fuego, que concurre con todos para la animación y conservación de ellos; y
así, cada suerte de animales vive en su elemento y está colocada y plantada en
él como en su bosque y región donde nace y se cría. Y, a la verdad, así lo
mandó Dios en la creación de ellos (Gen. 1), mandando a la tierra que produjese
las plantas y los animales, y a la mar y aguas los peces, y al aire hizo morada
de las aves. Y por eso, viendo el alma que él así lo mandó y que así se hizo,
dice el siguiente verso:
plantadas
por la mano de el Amado.
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