ENCUENTRO
CON LA SOMBRA
(El poder del lado oscuro de la
naturaleza humana)
Carl
G. Jung / Joseph Campbell.
ll
/ Marie-Louise von Franz / Robert Bly / Ken Wilber / Nathaniel Branden / Sam
Keen / Larry Dossey / Rollo May
/ M. Scott Peck / James Hillman / John Bradshaw y otros.
Edición
a cargo de Connie Zweig y Jeremia Abrams.
CIENTOSEPTUAGESIMOSÉPTIMA
ENTREGA
DÉCIMA PARTE
RECUPERAR NUESTRO LADO OSCURO
MEDIANTE LA INTUICIÓN, EL ARTE Y EL RITUAL
41: ASUMIR LA RESPONSABILIDAD DE
NUESTRA PROPIA SOMBRA
Ken Wilber (4)
Así
pues, si queremos -a modo de experimento personal- saber cómo ve el mundo
nuestra sombra, ni tenemos más que asumir
exactamente lo opuesto de lo que conscientemente deseemos, queramos, sintamos,
necesitemos, intentemos o creamos. De ese modo, podremos establecer
contacto consciente con nuestros opuestos, expresarlos, representarlos y, por
último, recuperarlos. Después de todo, la sombra siempre tiene algo que decir y
o bien nos apropiamos de ella o ella se apropia de nosotros. Si algo hemos
aprendido en cada uno de los ejemplos que hemos ofrecido en este capítulo es
que o bien tratamos sensatamente de ser
conscientes de nuestros opuestos o nos
veremos obligados a tomar conciencia de ellos.
Ahora
bien, utilizar los opuestos, ser consciente y, finalmente, re-apropiarnos de
ellos no significa necesariamente actuar según
sus dictados. Casi todo el mundo teme enfrentarse a sus opuestos por miedo a
que le dominen y, sin embargo, lo que ocurre es exactamente lo contrario: sólo
cuando la sombra permanece inconsciente terminamos sometidos a sus
dictados aunque estos vayan en contra de
nuestra voluntad.
Para
tomar cualquier decisión o elección válida debemos ser plenamente conscientes
de ambos aspectos, de ambos opuestos, porque si una de las dos alternativas
permanece inconsciente nuestra decisión será necesariamente inadecuada. Como lo
demuestra claramente este ejemplo y el resto de los presentados en este
capítulo, en cualquier área de la vida psíquica debemos afrontar nuestros
opuestos y re-apropiarnos de ellos, lo cual no significa necesariamente actuar
según sus dictados sino simplemente ser
consciente de ellos.
A
medida que vamos afrontando nuestros propios opuestos cada vez resulta más
evidente -y esto es algo que no nos cansaremos de repetir- que, dado que la
sombra es una faceta realmente integrante del ego, todos los “síntomas” y
molestias que esta parece infligirnos son, en realidad, síntomas y molestias
que nos estamos infligiendo a nosotros mismos por más que protestemos
conscientemente de lo contrario. Todo
sucede como si de un modo deliberado nos estuviéramos pellizcando dolorosamente
a nosotros mismos y pretendiéramos, al mismo tiempo, que no es así. En este
nivel, cualquier síntoma -culpa, miedo, ansiedad, depresión- es la consecuencia
directa de los pellizcos “mentales” que, de un modo u otro, nos estamos dando,
lo cual significa ineludiblemente -por más increíble que pueda parecernos- que ¡deseamos que el doloroso síntoma en
cuestión desaparezca y permanezca al mismo tiempo!
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