LECCIONES
DE VIDA
ELISABETH
KÜBLER-ROSS Y DAVID KESSLER
SEXAGESIMOQUINTA ENTREGA
8
/ LA LECCIÓN DEL MIEDO (1)
DK (2)
En la vida tenemos
miedo a muchas cosas, como a hablar en público, acudir a una primera cita o
incluso admitir que, a veces, estamos solos. En muchos casos, nos resulta más
fácil dejar de hacer algo que ser rechazados y enfrentarnos a los sentimientos
que nos provoca ese rechazo. Los miedos son engañosos porque están muy bien
colocados, uno encima del otro. Podemos eliminar cada una de las capas hasta
llegar al miedo que hay en el fondo y que sirve de base a los demás.
Habitualmente, es el miedo a la muerte.
Supongamos que estamos
muy preocupados por un proyecto de trabajo. Si quitamos ese miedo, debajo
encontraremos el miedo a no hacerlo bien. Debajo de este, descubriremos capaz
sucesivas de miedos: el miedo a no conseguir un aumento de sueldo, a perder el
trabajo y, al final de todo, a no sobrevivir, que es, en esencia, el miedo a la
muerte. El miedo a no sobrevivir es el fundamento de muchos de nuestros miedos
económicos y laborales.
Supongamos que tenemos
miedo de pedirle una cita a alguien. Debajo de ese miedo está el miedo a ser
rechazados, y debajo el miedo de que no haya nadie para nosotros. En una capa
inferior, está el miedo a no merecer ser amados y a que, si nadie nos ama,
¿cómo sobreviviremos? Cuando alguien se siente inadecuado, el miedo que hay en
el fondo es el miedo a no valer lo suficiente. ¿Por qué hay personas que, en
las fiestas se quedan en una esquina y no hablan con nadie? Porque creen que no
saben relacionarse con los demás, lo que significa que temen no valer lo
suficiente como personas. Los otros sí son simpáticos, atractivos, cariñosos,
interesantes, pero ellos no lo son.
En el fondo de todo se
halla el miedo a la muerte, que es la causa de buena parte de nuestra infelicidad.
Sin saberlo, hacemos daño a nuestros seres queridos debido al miedo, y por la
misma razón nos limitamos personal y profesionalmente. Puesto que todos los
miedos tienen su origen en el miedo a la muerte, si aprendemos a mitigar ese
miedo podremos enfrentar a todo lo demás con mayor tranquilidad.
Los moribundos se
enfrentan al miedo definitivo, el miedo a la muerte, y cuando lo hacen se dan
cuenta de que esta no puede con ellos, que ya no tiene más poder sobre ellos.
Los moribundos aprenden que el miedo no importa, pero para el resto de nosotros
sigue siendo muy real.
Si, literalmente,
pudiéramos entrar en nuestro interior y suprimir todos, absolutamente todos,
los miedos, ¿cómo cambiaría nuestra vida? Pensemos en ello. Si nada nos
impidiera realizar nuestros sueños, nuestra vida sería muy distinta. Eso es lo
que aprenden los moribundos. La muerte hace que afloren nuestros peores miedos para
que nos enfrentemos a ellos de una forma directa. La muerte nos ayuda a
vislumbrar que es posible una vida diferente y, al verla, los demás miedos
desaparecen.
No hay comentarios:
Publicar un comentario