19/9/17

LECCIONES DE VIDA

ELISABETH KÜBLER-ROSS Y DAVID KESSLER


SEXAGESIMOQUINTA ENTREGA



8 / LA LECCIÓN DEL MIEDO (1)


DK (2)



En la vida tenemos miedo a muchas cosas, como a hablar en público, acudir a una primera cita o incluso admitir que, a veces, estamos solos. En muchos casos, nos resulta más fácil dejar de hacer algo que ser rechazados y enfrentarnos a los sentimientos que nos provoca ese rechazo. Los miedos son engañosos porque están muy bien colocados, uno encima del otro. Podemos eliminar cada una de las capas hasta llegar al miedo que hay en el fondo y que sirve de base a los demás. Habitualmente, es el miedo a la muerte.


Supongamos que estamos muy preocupados por un proyecto de trabajo. Si quitamos ese miedo, debajo encontraremos el miedo a no hacerlo bien. Debajo de este, descubriremos capaz sucesivas de miedos: el miedo a no conseguir un aumento de sueldo, a perder el trabajo y, al final de todo, a no sobrevivir, que es, en esencia, el miedo a la muerte. El miedo a no sobrevivir es el fundamento de muchos de nuestros miedos económicos y laborales.


Supongamos que tenemos miedo de pedirle una cita a alguien. Debajo de ese miedo está el miedo a ser rechazados, y debajo el miedo de que no haya nadie para nosotros. En una capa inferior, está el miedo a no merecer ser amados y a que, si nadie nos ama, ¿cómo sobreviviremos? Cuando alguien se siente inadecuado, el miedo que hay en el fondo es el miedo a no valer lo suficiente. ¿Por qué hay personas que, en las fiestas se quedan en una esquina y no hablan con nadie? Porque creen que no saben relacionarse con los demás, lo que significa que temen no valer lo suficiente como personas. Los otros sí son simpáticos, atractivos, cariñosos, interesantes, pero ellos no lo son.


En el fondo de todo se halla el miedo a la muerte, que es la causa de buena parte de nuestra infelicidad. Sin saberlo, hacemos daño a nuestros seres queridos debido al miedo, y por la misma razón nos limitamos personal y profesionalmente. Puesto que todos los miedos tienen su origen en el miedo a la muerte, si aprendemos a mitigar ese miedo podremos enfrentar a todo lo demás con mayor tranquilidad.


Los moribundos se enfrentan al miedo definitivo, el miedo a la muerte, y cuando lo hacen se dan cuenta de que esta no puede con ellos, que ya no tiene más poder sobre ellos. Los moribundos aprenden que el miedo no importa, pero para el resto de nosotros sigue siendo muy real.



Si, literalmente, pudiéramos entrar en nuestro interior y suprimir todos, absolutamente todos, los miedos, ¿cómo cambiaría nuestra vida? Pensemos en ello. Si nada nos impidiera realizar nuestros sueños, nuestra vida sería muy distinta. Eso es lo que aprenden los moribundos. La muerte hace que afloren nuestros peores miedos para que nos enfrentemos a ellos de una forma directa. La muerte nos ayuda a vislumbrar que es posible una vida diferente y, al verla, los demás miedos desaparecen.

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