KAZUO ISHIGURO
LAS INCERTIDUMBRES DE LA
MEMORIA Y LA IDENTIDAD
por Laura Ventura
(La
Nación / 5-10-2017)
Kazuo Ishiguro nació
en Nagasaki, Japón, en 1954, nueve años después de la explosión de la bomba
nuclear. A los cinco años se mudó a Guildford, al sur de Inglaterra, donde
adoptó el inglés como lengua y en este idioma ha escrito su producción
literaria -siete novelas, varios libro de relatos y algunos guiones de
cine- que hoy fue distinguida con el Premio
Nobel de Literatura .
Este Oficial de la Orden del Imperio Británico apenas habla el japonés, a
diferencia de Haruki Murakami, quien sí figura desde hace muchos años como
favorito en las apuestas para alzarse con el galardón que otorga la Academia
Sueca.
Existe, llamativamente, un arco entre el último
ganador de este premio, Bob Dylan, e Ishiguro, quien se ha declarado admirador del
cantautor. Ishiguro integra la generación -una etiqueta editorial- del British
Dream Team, un grupo de narradores ingleses nacidos a fines de los años 40
o comienzos de los 50. Entre ellos destacan Hanif Kureishi (Intimidad, El
buda de los suburbios), Jeanette Winterson (La pasión), Julian
Barnes (El loro de Flaubert), Ian McEwan (Expiación) y
Martin Amis (El libro de Rachel).
Ishiguro ha ambientado sus novelas en distintos momentos de la historia
de Inglaterra, a diferencia de sus primeras ficciones, que transcurrían en
Japón (Un artista del mundo flotante, por ejemplo). Su novela más
conocida es Los restos del día (1989), un éxito en críticas y
también comercial, fue llevado al cine con un guión que tuvo para su primera
versión la firma del premio Nobel Harold Pinter. Esta historia en primera
persona es narrada en 1956 por Stevens, el mayordomo de la mansión Darlington
Hall, que hasta hace unos años fue propiedad de un aristócrata inglés:
"Durante estos últimos meses, he sido responsable de una serie de pequeños
fallos en el ejercicio de mis deberes. Debo reconocer que todos ellos son
bastante triviales. No obstante comprenderán ustedes que para alguien
acostumbrado a no cometer este tipo de errores la situación resultaba
preocupante, por lo que empecé a elaborar toda clase de teorías alarmistas que
explicaran su causa". Stevens, quien el presente del relato sirve a un
nuevo amo, estadounidense, muy distinto al anterior, parte a encontrarse con
quien fuera la ama de llaves, Miss Kenton. La novela propone un viaje a través
el cual Stevens recorre la geografía de Inglaterra, su historia y también su
propia vida, en un ejercicio de memoria: "Es casi una revelación que Miss
Kenton recuerde del mismo modo que yo un hecho que se remonta a hace más de
treinta años, un hecho que debió de ocurrir una de esas tardes de verano a las
que hace referencia. Ya que me acuerdo perfectamente de que una de esas tardes
subí al segundo rellano de la escalera y de pronto encontré ante mí un haz de
rayos anaranjados con que el atardecer cortaba la oscuridad del corredor, en el
que se veían entornadas las puertas de las habitaciones. A través del umbral de
una de ellas, vi la silueta de Miss Kenton dibujada contra la ventana. Al oírme
pasar, se volvió y me dijo en voz baja: «Mister Stevens, ¿puede venir un
instante?»".
En 2015 Ishiguro sorprendió a sus lectores con El gigante enterrado, la primera novela
luego de una década de silencio, ambientada en la Edad Media, cuando los
romanos ocuparon Inglaterra. Este fantasy, con ogros y dragones,
cuenta la búsqueda de un matrimonio de ancianos que parte hacia una aventura a
buscar a su hijo en una atmósfera enrarecida, donde los habitantes han perdido
la memoria. Los derechos de esta novela fueron adquiridos por Scott Rudin en
simultáneo con la publicación de El gigante enterrado.
Pálida luz en las colinas (Premio Winifred Holtby), Un artista
del mundo flotante (Premio Whitbread), Los restos del
día (Premio Booker), Los inconsolables (Premio
Cheltenham), Cuando fuimos huérfanos, Nunca me abandones (Premio
Novela Europea Casino de Santiago) son sus otras novelas.
Existe un romance entre el cine e Ishiguro, quien se define a sí mismo
como cinéfilo. Los realizadores han llevado a la pantalla varias veces sus
relatos: Los restos del día (1993), con Anthony Hopkins y Emma
Thompson; La condesa rusa (2005), con Ralph Fiennes, Natasha
Richardson y Vanessa Redgrave; y Nunca me abandones, tanto en su
versión para el cine en 2010, con Keira Knightley, Carey Mulligan y Andrew
Garfield, como la miniserie japonesa de 2016. También se filmó su guión
de La música más triste del mundo (1993), con Isabella
Rossellini.
Quizá la mejor novela de Ishiguro no sea Los restos del día,
sino Nunca me abandones, una novela incómoda, cruel, distópica,
"un mundo feliz" con castas de humanos, una sociedad científicamente
evolucionada que salva vidas, a fuerza de la experimentación y utilización de
otros humanos. La acción de esta bildungsroman transcurre en el internado de
Hailsham, en Inglaterra, a fines de los noventa, narrado por una voz femenina,
Kathy. En este universo, un mundo sin Dios, sin trascendencia ni descendencia,
la gente no muere, sino que "se completa".
La memoria vuelve a ocupar un espacio clave en Nunca me
abandones, donde Kathy recuerda como fue esa adolescencia donde, por única
vez, experimentó una sensación de pertenencia: "He pensado una y otra vez
en aquellos instantes, tendría que haber encontrado algo que decir. Podría
haberlo negado sencillamente aunque lo más probable es que Tommy no me hubiese
creído. Me habría sido enormemente difícil explicar las cosas sinceramente y
con todos sus matices. Pero podría haber hecho algo, podría haber enfrentado
con Ruth, haberle dicho que estaba tergiversando las cosas, que aun admitiendo
el hecho de haberme reído jamás lo habría hecho en el sentido que ella quería
darle. Podría incluso haberme acercado a Tommy y darle un abrazo, allí mismo
delante de Ruth. Es algo que se me ocurrió años más tarde, probablemente podría
haber sido una opción viable en aquel tiempo dado la persona que yo era y dada
la forma en la que los tres nos comportábamos entre nosotros. Pero podría haber
hecho algo".
Ishiguro indaga en su prosa por la naturaleza de las acciones (Stevens
se pregunta a sí mismo, aún con toda su experiencia en esa tarea, qué es ser un
mayordomo) y por la autenticidad de la naturaleza humana, donde la razón y la
emoción suelen estar en pugna. Nunca me abandones explora
dónde está la humanidad del hombre, aunque suene redundante. Pero, así como
Stevens es un ícono del estatismo, los adolescentes de esta fábula genética se
rebelan contra la injusticia de un sistema cruel.
La literatura de Ishiguro está sujeta a múltiples interpretaciones, como
también lo será este premio a un ciudadano británico, nacido en Japón, en un
escenario donde el Brexit ha puesto a Inglaterra y a sus habitantes en vilo,
una sociedad que cierra sus puertas a la inmigración, que ve al extranjero como
una amenaza.
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